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Basavilbaso » Riel FM
Fecha: 03/11/2025 09:45
Facundo Cabrera, oriundo de Basavilbaso, es un entusiasta defensor de la vida silvestre. Desde hace varios años, se dedica a asesorar a la población sobre el manejo responsable de reptiles y arácnidos, y realiza rescates en distintos puntos del departamento Uruguay. Su compromiso nace de una convicción profunda: “Las serpientes son importantes para el ecosistema, no hay que matarlas”, sostiene. En redes sociales se lo conoce como @serpientes.cdelu, desde donde comparte información, videos educativos y registros de sus intervenciones. Cabrera explica que las serpientes, además de despertar curiosidad o temor, cumplen un rol ecológico vital: controlan poblaciones de roedores e insectos que pueden transmitir enfermedades o dañar los cultivos. “Son parte de los depredadores que mantienen los ecosistemas naturales equilibrados”, remarca. Cada especie tiene su propio nicho ecológico, y su desaparición puede provocar efectos en cadena que afectan a otras especies. Además, las serpientes funcionan como indicadores de la salud ambiental: cuando sus poblaciones están en equilibrio, el entorno también lo está. En diálogo con FM RIEL, Cabrera señaló que “las serpientes venenosas como la yarará no representan un peligro si no las molestamos. Los accidentes suelen ocurrir porque nos acercamos demasiado; ellas se sienten amenazadas y se defienden”. El Ministerio de Salud de Entre Ríos, a través de la Dirección General de Epidemiología, difundió recientemente recomendaciones ante posibles casos de envenenamiento. Según datos oficiales, desde comienzos de año hasta la semana epidemiológica 41 se registraron 24 casos de mordeduras de yarará en la provincia, mientras que no se reportaron incidentes con cascabel (Crotalus) ni coral (Micrurus). Entre 2020 y 2024, el 93% de los 3.897 casos notificados en el país también fueron provocados por yararás, una especie común en Argentina que presenta dos tipos: la yarará grande o víbora de la cruz, con dibujos en forma de riñones o herraduras, y la yarará chica, reconocible por sus patrones semejantes a relojes de arena o alas de mariposa. Con su tarea diaria, Facundo Cabrera busca derribar mitos y promover la convivencia responsable con la fauna nativa. “Las serpientes fascinan a la gente, pero también generan miedo. Con conocimiento y respeto, podemos aprender a convivir con ellas”, resume el joven basavilbasense que convirtió su pasión en un aporte concreto a la educación ambiental y la protección de la biodiversidad.
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