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Parana » Entreriosya
Fecha: 03/11/2025 02:43
El fenómeno de La Niña, que había mostrado signos de consolidación a lo largo de octubre, finalmente se impondrá de lleno en el mes de noviembre, trayendo consigo importantes cambios en los patrones climáticos de Argentina. Tras un octubre marcado por lluvias intensas y heladas tardías, la llegada de La Niña modificará tanto la temperatura como el régimen de lluvias, especialmente en el Litoral argentino y el centro del país. Este fenómeno climático, que ya muestra “características más consolidadas”, alterará significativamente las condiciones en las principales regiones productivas, lo que podría tener un impacto directo en la actividad agropecuaria. Según los expertos, “el punto de partida está dado por el fortalecimiento del fenómeno La Niña”, lo que augura un cambio sustancial en la dinámica climática del país. Uno de los efectos más notables de este fenómeno será una “disminución de las lluvias”, con la franja central de Argentina como la más afectada. En las próximas semanas, se espera que las precipitaciones se vuelvan “menos frecuentes y con mayor déficit”, una situación que podría poner en riesgo los cultivos en la región Litoral y otras zonas agrícolas clave del país, sostuvo Leonardo de Benedictis. Menos lluvias y mayor déficit hídrico en el Litoral El fenómeno de La Niña suele traer consigo un patrón de “mayor estabilidad atmosférica”, lo que provoca que las lluvias sean menos frecuentes y se concentren en áreas más al norte del país. Si bien al inicio de noviembre aún podrían registrarse “algunos pulsos de humedad” que generen lluvias aisladas, la tendencia general es hacia una marcada disminución de los eventos pluviales. Esto resultará en un noviembre significativamente más seco, especialmente para la región pampeana, el Litoral y el este argentino. La falta de lluvias en estas áreas podría generar un “déficit hídrico en aquellos suelos que, pese a las lluvias de octubre, no han logrado una recuperación homogénea”. De esta manera, las zonas agrícolas que dependen de las lluvias regulares para asegurar la cosecha se verán afectadas por una falta de agua que podría comprometer la producción de soja, maíz y otros cultivos clave para la economía nacional. El “déficit hídrico” se prevé más grave en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, donde el impacto de la disminución de las precipitaciones será más evidente. En estas regiones, los agricultores podrían enfrentarse a un panorama de estrés hídrico, con un pronóstico que prevé una reducción de las lluvias durante todo el mes. Impactos regionales y perspectivas para la agricultura La situación se presenta algo más favorable en el extremo norte del país, donde “el extremo norte de Argentina”, particularmente el oeste de Formosa y el norte del Chaco, podría registrar “acumulados levemente superiores a los promedios”. Estos sectores, que suelen ser más áridos, se verían beneficiados por un aumento en las precipitaciones, aunque estos valores seguirán siendo relativamente bajos en comparación con las regiones más afectadas por La Niña. En contraste, la Patagonia se mantendrá dentro de “niveles de precipitación dentro de los valores medios”, sin cambios significativos respecto a los promedios históricos. Esto supone un alivio para la región, donde la variabilidad climática no será tan extrema como en otras zonas del país. Sin embargo, la “falta de lluvias” en el Litoral y el centro del país podría generar un riesgo para la ganadería y la producción de forrajes, que dependen de un adecuado balance hídrico, consignó Meteored. A nivel agrícola, los productores deberán adaptarse a un escenario más seco de lo habitual. Esto obligará a la implementación de estrategias de riego suplementario y una mayor atención al manejo de los suelos, ya que el déficit de agua podría afectar no solo a las cosechas de granos, sino también a los cultivos de frutas y hortalizas. A su vez, la situación podría acelerar los costos operativos debido al aumento de las necesidades de riego y las dificultades para mantener los cultivos en buen estado.
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