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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/11/2025 10:30
Furia y destrozos en el Instituto Médico Platense: retiró a su madre sin el alta, amenazó a empleados y destrozó el hall a fierrazos Un momento de extrema tensión y violencia desmedida se vivió en las últimas horas del viernes en el Instituto Médico Platense (IMP), de la ciudad de La Plata, cuando un hombre enfurecido irrumpió en el sanatorio y destrozó a golpes los vidrios de la entrada principal, desatando el pánico entre el personal y los pacientes que aguardaban en la guardia. El violento episodio, que ocurrió entre las 20:30 y las 21:00 en la sede de 1 y 50, fue la culminación de una semana de hostilidades por parte de la familia de una paciente, y convirtió en segundos el ambiente del sanatorio en un escenario de terror. Toda la secuencia del ataque quedó registrada por las cámaras de seguridad del establecimiento. Según fuentes policiales y directivos del instituto, el conflicto se gestó durante varios días. Una mujer de 76 años se encontraba internada, y según relató el director del IMP, Raúl Tassi, al sitio 0221.com sus familiares, en particular sus hijos, habían mantenido “conductas agresivas durante la semana previa”. “Había una mujer que estaba internada y acompañada por cuatro hijos que estuvieron muy agresivos toda la semana”, detalló Tassi. La tensión escaló a tal punto que, según el director, “el jueves empujaron a un médico, que después no quería ir más a atenderlo”. El agresor cargó a su madre, de 76 años, en una silla de ruedas y la retiró del lugar sin firmar los papeles correspondientes.Tras dejarla en el auto, volvió con una llave cruz y causó graves incidentes Las amenazas verbales fueron una constante. “Hubo empujones y amenazas de que iban a romper todo”, señalaron fuentes del establecimiento. El conflicto llegó a su punto crítico el viernes por la noche, cuando los hijos pretendían retirar a la paciente “sin autorización médica”. El personal del sanatorio intentó seguir los protocolos habituales, que indican que, ante un retiro contra la opinión de los profesionales, los familiares deben firmar un documento de “alta voluntaria”. Sin embargo, “no quisieron firmar el papel que decía que se la llevaban sin alta médica”, explicó Tassi. Lo que siguió fue una secuencia de furia irracional. El hombre, descripto por testigos como “alto y calvo”, decidió llevarse a su madre por la fuerza. Pasadas las 21, retiró a la mujer de 76 años en una silla de ruedas del establecimiento y la subió a un vehículo particular, identificado como un Ford EcoSport. El violento episodio, que ocurrió entre las 20:30 y las 21:00 en la sede de 1 y 50, fue la culminación de una semana de hostilidades por parte de la familia de una paciente Lejos de calmarse, el agresor regresó “enfurecido” al hall del sanatorio. Según consta en el informe policial, comenzó a amenazar al personal. Un empleado que intentaba recuperar la silla de ruedas del establecimiento recibió una amenaza directa: “Retírate si no querés que tu vida corra peligro”. Acto seguido, el hombre fue hasta su auto y regresó armado. “Salieron, fueron hasta el auto, luego volvió con dos fierros, tipo cruz, de cambiar las gomas”, relató Tassi. Con la llave cruz en mano, comenzó el ataque. Testigos describieron una escena de terror. El agresor golpeó con saña los cristales del hall principal. En cuestión de segundos, rompió los blindex de acceso, destrozó la zona de informes y parte del área de guardia. El estallido de los vidrios, los gritos y la corrida de los trabajadores sembraron el pánico. Quienes se encontraban en la sala de espera, muchos de ellos pacientes aguardando atención, tuvieron que correr y buscar refugio. Los vidrios volaron “a centímetros de donde estaban sentados”, y debieron esquivar los restos en medio de escenas de profundo nerviosismo. Tras descargar su furia contra las instalaciones, y antes de que llegara la policía, el hombre huyó del lugar. Tras provocar los destrozos el hombre se dio a la fuga y es intensamente buscado Inmediatamente después del suceso, las autoridades del Instituto se acercaron al lugar para activar los protocolos internos de seguridad y evaluar los daños. “Rápidamente vino todo el Directorio para arreglar todo y volver a funcionar con normalidad”, indicó Tassi. La prioridad, según un comunicado del sanatorio, fue “garantizar la continuidad de la atención” a pesar del caos. Las autoridades del IMP radicaron la denuncia en la Comisaría Primera de La Plata. La causa fue caratulada como “Daños” y quedó en manos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°9 y del Juzgado de Garantías N°6. Las imágenes de las cámaras de seguridad, que registraron “toda la secuencia”, fueron entregadas a los investigadores y son una prueba clave para identificar fehacientemente al responsable, quien permanece prófugo y es “intensamente buscado”. El hecho generó una profunda conmoción entre el personal del IMP y reavivó un debate urgente sobre la violencia en los centros de salud. El director del sanatorio lamentó la “reiteración de los hechos de violencia en los establecimientos sanitarios”, un problema que, según fuentes del sector, es cada vez más frecuente y afecta a médicos, enfermeros y empleados administrativos.
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