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  • El Comando Vermelho en Nordelta

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/11/2025 06:33

    Marcelo Alves de Sousa y Nally Pires Diniz, investigados por lavado de dinero del Comando Vermelho “La mafia constituye una forma de vida, un sistema de poder, una articulación del poder, una metáfora del poder y una patología del poder”, Giovanni Falcone. El lavado de dinero proveniente del narcotráfico Todas las empresas criminales del narcotráfico y de otros delitos relacionados, en los que sus autores buscan procurarse ilícitamente bienes, suelen atravesar una etapa de perfeccionamiento: el lavado de dinero o blanqueo de capitales. Es un segmento tan importante como la venta, distribución o el propio contrabando. Actualmente se analiza el tema por dos escándalos vinculados: el de la delegación del Comando Vermelho en la Argentina, dedicada a lavar el dinero de la venta de drogas por esa organización criminal que opera especialmente en las favelas de Río de Janeiro; y el provocado por la masacre de los “soldados” de esa organización en las favelas de Alemão y Penha, a manos de la policía del estado de Río. La mafia, antiguamente, era una estructura violenta muy bien organizada a partir de familias y apartada del Estado. Tenía sus propias autoridades, sus propias leyes y su propia justicia. Luego, sufrió una transformación y comenzó a cooptar a funcionarios estatales para facilitar su comercio y permitirles desarrollar su poder económico. Los funcionarios son contaminados y cooptados. Se conforma una suerte de asociación en la que todos ilegalmente se benefician. En nuestro país, esas asociaciones tienen un desarrollo menor respecto al que ostentan en Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Guatemala y México. Las organizaciones criminales, cárteles o comandos más importantes de Brasil son cuatro: Comando Vermelho, Primer Comando Capital, Comando del Norte y Comando Vermelho puro. En algunos lugares del conurbano bonaerense, los puntos de venta están manejados por punteros políticos, como en el caso, conocido públicamente, de Mameluco Villalba en San Martín, u otro de cuyo nombre no se quiere citar en La Matanza. Pero, a diferencia de Brasil donde todo es más grande, extenso y numeroso, en la Argentina son menores la población, la cantidad de pobres, el crecimiento marginal, la construcción de las estructuras criminales y el tamaño del mercado. El manejo del sistema está mucho más atomizado. En Brasil, los volúmenes económicos que maneja el narcotráfico mediante cárteles o comandos oscila en los 200 mil millones de dólares al año. En bancos de Estados Unidos, según diversas fuentes e informes, se lavan al menos 400 mil millones en igual período. Se desconoce cuánto de lo que se comercia en los países de Latinoamérica se lava en bancos del norte, aunque parte de lo que se genera en esta región termina allí. No existen datos actualizados del lavado de dinero proveniente del narcotráfico en nuestro país, pero la práctica está vigente desde las primeras décadas de la democracia. Se pueden recordar algunas informaciones sobre distintas operaciones de lavado de dinero de origen narco. Uno de los ejemplos es el banco República, recurrentemente sospechado y señalado en informes del Senado de Estados Unidos. Una vía que se hizo pública era la formada por banco República–Citibank de Buenos Aires-Nueva York, con maniobras en las que participaron los hermanos Di Tulio. El República fue liquidado en 1999. Tenía como corresponsal de negocios al Citibank, institución señalada por facilitar el traslado de millones de dólares desde México al exterior por Carlos Salinas de Gortari. También fue señalado como implicado en operaciones de lavado procedentes de pagos ilegales por las privatizaciones de la década del ’90. Otro caso resonante fue el del triple crimen de General Rodríguez, ocurrido en 2008, donde se asesinó a tres empresarios farmacéuticos (Forza, Ferrón y Bina), hecho vinculado al tráfico de efedrina, precursor químico de la metanfetamina, y a cuantiosas operaciones de lavado relacionadas, en las que participó Ibar Pérez Corradi. Numerosos casos de lavado de dinero originados en el narcotráfico se vincularon con cárteles colombianos de Cali y Medellín y, actualmente, también con el cártel de Sinaloa. Se encuentra en trámite la extradición de Fred Machado, ex socio de Debra Lynn Mercer, condenada a 16 años de prisión por un tribunal estadounidense. Cadáveres en las calles tras el operativo militar en las favelas de Río de Janeiro El Comando Vermelho moraba en Nordelta No es correcto suponer que los jefes de la mafia viven en las favelas. Los jefes del Comando Vermelho residen en casas palaciegas en Leblón o Ipanema y poseen haciendas en distintos estados de Brasil y residencias en diversos países, incluyendo complejos privados como Nordelta, en la provincia de Buenos Aires. En un juicio abreviado, fueron condenados cinco ciudadanos brasileños que admitieron haber cometido el delito de lavado de dinero para el Comando Vermelho de Río. Sentenciados a penas en suspenso, recuperaron la libertad (TOF 7). De forma similar, otros tres cómplices, uno de nacionalidad china, otro colombiano y una mujer boliviana, obtuvieron su libertad hace dos semanas (Infobae, Iago Vieyra). Los líderes están prófugos de la justicia brasileña y argentina desde hace más de dos años (6 de septiembre de 2023). Marcelo Clayton Alves De Sousa y Hang WanIago Vieyra Según informó Infobae en la nota citada, la banda estuvo liderada por Alves De Sousa, oriundo de Brasilia y naturalizado argentino, y por Hang Wan. Ambos permanecen prófugos de la Justicia argentina. El primero residía en una mansión en la calle Los Mimbres 13 del barrio La Isla, en Nordelta, junto a su esposa Nally Pires Diniz. La investigación comenzó a partir de una denuncia de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), a cargo del fiscal Diego Velasco y Laura Roteta, y reveló una red compleja que operó desde el 21 de octubre de 2015 hasta el 7 de septiembre de 2023. Hoy la investiga el fiscal federal de San Isidro, Fernando Domínguez, con apoyo de los fiscales de Procelac. Quinientos millones de dólares en criptomonedas El grupo buscaba otorgar una apariencia legal a activos provenientes de actividades ilícitas, fundamentalmente del narcotráfico del Comando Vermelho. Es el primer caso de este tipo, y de esa organización, detectado en la Argentina. El fiscal Velasco determinó que la organización gestionó al menos 520.531.997 dólares, en su mayoría convertidos en criptomonedas. Concluida la investigación, se solicitó la elevación a juicio. Los involucrados recibían dinero del Comando Vermelho para invertir en criptoactivos o depositarlo en cuentas bancarias, generalmente a nombre del líder, Marcelo Alves De Sousa. Las operaciones con criptomonedas resultan más difíciles de detectar. Una breve síntesis del tráfico de estupefacientes “Argentina es un país de tránsito”, decían funcionarios hasta hace treinta años. No obstante, hasta mediados de los años 90, Abel Reynoso, jefe de la DEA en el país, afirmaba a este cronista: “Veo mucho tránsito de la mano a la nariz”. El secretario de Políticas sobre Drogas fue desplazado, tras denunciar que observaba “nariguetazos” en la Cámara de Diputados de la Nación. Se expandió el consumo en boliches y salones VIP para luego alcanzar barrios y ocultarse en villas. Creció el contrabando a España y otros destinos de Europa, y así, también creció el lavado de dinero, involucrando bancos y profesionales locales con carteles colombianos. En cada distrito del Gran Buenos Aires y la Capital Federal, la policía conocía a los mayoristas, cocinas y dealers. Después ingresaron las metanfetaminas. Tanto la policía como los vecinos reconocen quién vende en los barrios. El menudeo en zonas medias y bajas es de baja calidad, para abastecer una demanda a bajo precio. La casa más vistosa de la cuadra en las barriadas pobres suele ser el punto de venta. Esto replica lo visto en favelas de Brasil, chabolas de Santiago y barrios pobres de Latinoamérica. El cronista conoce villas de La Matanza y algunas favelas de Río de Janeiro como Borel, la Formiga de Tijuca o la Rocinha de Barra. La droga también llega a barrios de mayor nivel y en bares o clubes nada escapa al control de los recaudadores, la policía o los observadores atentos. Tampoco resulta distinto en los puestos que rodean a las canchas de fútbol o en los festivales de música. Basta con pasar por allí. Los agentes de inteligencia tendrían suficiente con mezclarse en algún centro de detención de Río, como Polinter. Manejan mejor que los agentes de la DEA quién está operativo en Buenos Aires. La circulación La droga circula en nuestro territorio desde las provincias fronterizas del norte (Salta, Jujuy, Formosa, Misiones, Corrientes y Entre Ríos) a través del contrabando hormiga, en bultos o ingerida por “mulas”. Otra parte considerable ingresa en botes que cruzan el río o por avionetas privadas que aterrizan en pistas clandestinas, o que lanzan la carga desde el aire en ubicaciones convenidas. La mayor parte de lo que se destina al contrabando internacional viaja en camiones desde esa zona, previa pasada por aduanas secas, que frecuentemente dejan pasar los vehículos. Transportan junto a productos agrícolas de exportación la droga hasta alguno de los 31 puertos privados de la Hidrovía del Paraná, donde embarcan en barcazas con destino Rosario o Montevideo. De los camiones a las barcazas y de estas a barcos transoceánicos. Las barcazas que transportan la carga pertenecen en su mayoría a argentinos pero navegan con bandera paraguaya; así, amparadas en la “libertad de los ríos navegables”, no tienen controles aduaneros, ni por parte de la AFIP, la Aduana o la Prefectura argentina. Desde Paraguay, también se traslada la cocaína producida en Bolivia, Perú o Colombia y casi toda la marihuana paraguaya. Las cargas viajan seguras en containers cuyos precintos han sido clonados y reemplazados por changarines de los puertos, que reciben parte del botín para abastecer a los barrios. Así se formaron grandes estructuras de narcotráfico y narcomenudeo en Rosario. La carga principal viaja cerrada hasta puertos como Ámsterdam o Barcelona. Una vez allí, los controles pueden hallar la droga, aunque esto sucede muy poco. La masacre terminó con la vida de 132 soldados; esto no afecta al narcotráfico, porque hay 132 más esperando para asumir La droga de peor calidad llega y envenena a niños y niñas de barrios humildes que inician el consumo desde los 9 años, sin otra contención social preventiva que la que brinda la Iglesia. El sesenta por ciento de quienes consumen paco o cocaína adulterada queda con daños irreversibles. Los únicos centros de rehabilitación son algunas ONG y la labor de los Hogares de Cristo, encabezados por el padre Pepe Di Paola y los curas villeros, que se extienden en todo el país. La represión brutal y violenta de la policía genera masacres en cárceles, como ocurrió en Carandirú en 1992. ¿La masacre de Carandirú resolvió el problema de las cárceles? ¿El fusilamiento de 132 personas en las favelas de Alemão y Penha resuelve el narcotráfico? No. Los hechos de la semana pasada no solucionan nada. Empeoran la situación. Esos 132 “soldados”, muchos de ellos menores de edad afectados por el consumo y armados por los jefes del narcotráfico, fueron asesinados. Matar a los “soldados” del gobernador de Río Claudio Castro y de su policía no mejora nada. Hay muchos más dispuestos a ocupar esos lugares. Al narcotráfico se lo combate persiguiendo a los operadores financieros que lavan el dinero producido por la venta de drogas. Hay que incautar sus bienes y quitarles el dinero. También se lo enfrenta con más escuelas, trabajo, cultura, fraternidad y replicando los “Hogares de Cristo” en todo el territorio. Así habrá menos adictos, menos soldados y menos policías homicidas; en suma, un mundo mejor.

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