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» Elterritorio
Fecha: 02/11/2025 05:30
En distintas regiones del país, como en el resto del mundo, el Día de los Difuntos es mucho más que una visita al cementerio: se convierte en una enorme experiencia turística, espiritual, social y cultural domingo 02 de noviembre de 2025 | 1:00hs. En México se realizan coloridos desfiles. Mientras en Misiones el 2 de noviembre transcurre entre flores, rezos y silencios, en otras provincias argentinas y en el resto del mundo la fecha se transforma en un auténtico ritual de identidad. En el norte del país, especialmente en Jujuy, Salta y Tucumán, el Día de las Ánimas o Día de los Difuntos convoca a locales y visitantes a compartir un tiempo de conexión con la memoria y la comunidad. En la Quebrada de Humahuaca, los pueblos de Tilcara, Humahuaca y Purmamarca se llenan de color. Las familias preparan altares en sus casas con comidas, flores y las tradicionales figuras de pan llamadas t’antawawas, que representan a los difuntos. Los turistas pueden participar de las ofrendas, visitar los mercados donde se venden panes rituales y fotografiar los cementerios decorados con guirnaldas y velas En Buenos Aires, el cementerio de la Recoleta se vuelve un centro històrico e informativo. Algo similar ocurre en San Antonio de los Cobres, en Salta, donde el Día de las Ánimas combina la fe católica con antiguas creencias andinas. Allí, el 2 de noviembre se vive con procesiones, cantos y ofrendas, y muchos viajeros eligen ese momento para conocer la cultura puneña y sus costumbres. En Tafí del Valle, Tucumán, algunos emprendimientos turísticos ofrecen recorridos temáticos y visitas guiadas por los cementerios antiguos, donde las familias comparten comida y rezos. La experiencia permite conocer un costado profundo de la espiritualidad norteña y su vínculo con la tierra. El noroeste argentino deja regalos a sus difuntos. Y en la Ciudad de Buenos Aires, el Cementerio de la Recoleta se convierte en una opción cultural distinta: varias agencias y guías locales organizan visitas nocturnas y recorridos patrimoniales, centrados en el arte funerario y las historias de los personajes ilustres allí sepultados. En todos estos destinos, el 2 de noviembre no es un día de tristeza, sino un encuentro entre el recuerdo y la vida, una celebración que invita al turista a comprender la diversidad espiritual del país y el modo en que cada comunidad honra a sus muertos. Más Internacional Altares sembrados de cempasúchil en honor a los seres queridos fallecidos, personas disfrazadas de esqueletos y coloridos desfiles hacen del Día de Muertos un gran espectáculo en México y los estados fronterizos de Estados Unidos. Esta fiesta sombría y festiva, que se celebra los días 1 y 2 de noviembre, honra a los muertos con una fusión de tradiciones católicas y precolombinas. Los habitantes decoran las tumbas familiares en los cementerios y los viajeros se unen a las celebraciones públicas desde Ciudad de México hasta California. Ciudad de México, México: A finales de octubre y principios de noviembre, múltiples desfiles del Día de Muertos llenan la bulliciosa capital mexicana. Los protagonizan mujeres vestidas de catrinas (esqueletos de fantasía) y carrozas engalanadas con modelos sobredimensionados de alebrijes (animales míticos). El 4 de noviembre, el Gran Desfile del Día de Muertos deslumbra con miles de asistentes disfrazados entre el moderno barrio de la Condesa y el Zócalo, la gigantesca plaza central, repleta de altares conmemorativos. “El mejor lugar para ver el desfile es desde una terraza en el Paseo de Reforma, donde se pueden ver los bailarines y los colores desde arriba”, comentaron a un medio mexicano desde la oficina de turismo de Ciudad de México. Los visitantes pueden alojarse cerca de la acción en el nuevo y moderno Hotel San Fernando, en el barrio de la Condesa. El St. Regis México City tiene algunas habitaciones con vistas al Paseo de Reforma. San Antonio, Texas: Esta ciudad del sur de Texas fue en su día parte de México, una herencia que aflora tanto en el River Walk, inspirado en el sur de la frontera, como en sus vibrantes celebraciones del Día de Muertos. En el Hemisphere Park, en el centro de la ciudad, el Festival de los Muertos presenta altares conmemorativos, vendedores de arte y bandas de cumbia, conjuncto y mariachi. El festival de San Antonio trae un desfile de carrozas iluminadas al River Walk la noche del 27 de octubre y una exhibición de alebrijes de gran tamaño a La Villita, un barrio restaurado del siglo XVIII en la orilla sur del río San Antonio. Oaxaca, México: Este estado (y ciudad) del sur de México es conocido por sus cementerios iluminados con velas, sus tapetes (dibujos en el suelo hechos con arena de colores) y sus comparsas (desfiles con bandas de música y bailarines con la cara pintada de calavera) en el barrio de Jalatlaco. En cada rincón, el 2 de noviembre recuerda que la muerte no borra los vínculos, los transforma. Ya sea entre montañas jujeñas o en los coloridos altares de México, esta fecha invita a mirar de frente al paso del tiempo y a celebrar, con flores y música, el eterno diálogo entre la vida y la memoria.
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