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» Diario Cordoba
Fecha: 02/11/2025 02:47
Miguel Ángel González y David Pérez murieron arrollados por una narcolancha en Barbate mientras ejercían su profesión: guardia civil. A otro agente le partieron la mandíbula de un puñetazo en Riotinto. Rafael Sánchez, destinado en el Servicio Marítimo de la Benemérita, sobrevivió a la embestida de una goma a toda velocidad en el Guadalquivir. Todos ellos forman parte de una estadística negra: en los últimos años, los efectivos del Instituto Armado han sufrido casi una agresión al día en Andalucía. En concreto, entre 2020 y 2024 se registraron 1.455 agresiones a miembros de la Guardia Civil en esta comunidad autónoma, según un documento oficial expedido por la Dirección General de la Benemérita. Y si se observa el número de componentes de esta fuerza de seguridad del Estado que resultaron lesionados, la cifra asciende hasta los 1.536 efectivos, de los que 596 causaron baja, tal como indica este mismo informe. "Se está perdiendo esa figura de autoridad que teníamos los agentes", denuncia Juan Fernández, secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). "Y lo peor es que en este 2025 no esperamos una mejora en las estadísticas de agresiones con respecto a años anteriores", lamenta Fernández. A preguntas de El Correo de Andalucía, desde el Instituto Armado han declinado hacer alguna declaración al respecto. "Megaalijos de coca" y "traficantes con AK47" Es difícil precisar con exactitud cuántas de estas acciones violentas se deben a las redes del narco, "pero es cierto que muchas están relacionadas con estas organizaciones", según este representante de la AUGC. "En esta situación, además, hay que tener en cuenta cómo en los últimos meses estamos viendo megaalijos de cocaína entrando a Sevilla por el río y zulos subterráneos custodiados por traficantes con armas largas como AK47", apunta Juan Fernández. Fusiles y cocaína incautados en La Puebla del Río por Guardia Civil y Policía Nacional / CARLOS DONCEL Como ejemplo de esto mismo, las siete toneladas de farlopa intervenidas en Coria del Río a finales de 2024 y los cerca de tres mil kilos decomisados en una nave de La Puebla en enero de este mismo año. Y junto a ellos, cinco fusiles kalashnikov y varios vigilantes "con entrenamiento paralimitar", tal como informó la propia Guardia Civil en una rueda de prensa. Todo a orillas del Guadalquivir. "Ya no hablamos de un menudeo a pequeña escala ni de una barriada concreta: son bandas criminales y grandes cargamentos de coca", recalca Fernández a este periódico. Y en mitad de este panorama de delincuencia, "esa falta de reconocimiento como agente de seguridad" que viven a diario muchos de estos profesionales. "Pedimos que estas agresiones tengan una condena mayor a la actual. Hay que meter presión: los narcos se ríen de nosotros". "No nos reconocen como profesión de riesgo" Al hilo del número de ataques a miembros del Instituto Armado contabilizados en estos últimos años, el secretario general de la AUGC señala que "resulta paradójico que no se reconozca a día de hoy la de guardia civil como profesión de riesgo". "Somos quienes cargamos el peso en la lucha contra el narcotráfico, soportamos agresiones cada vez más violentas, pero el Gobierno de España no nos considera como tal". En relación a esta reivindicación, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, explicó hace unos meses que "la peligrosidad está reconocida durante la vida laboral en conceptos como la productividad, que en el caso de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado está considerada en términos más elevados que en otras profesiones". "Diríamos que ya está considerada como profesión de riesgo, aunque jurídicamente no exista ese concepto". Desde 2020 a 2024, un total de 1.536 efectivos de la Guardia Civil acabaron lesionados por una agresión, según datos del propio Instituto Armado. Casi un agente herido por día durante estos años. Una problemática que, según Juan Fernández, secretario general de la AUGC, provoca que los miembros de esta institución estén "altamente preocupados". "Los guardias nos jugamos la vida, lo damos todo por la seguridad".
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