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  • Dos informes de inteligencia argentinos dan detalles de la operación en Río de Janeiro

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 02/11/2025 02:34

    Dos informes de inteligencia, con análisis de lo ocurrido en Río de Janeiro, señalan que el Comando Vermelho (CV) y la otra organización narco brasileña, el Primeiro Comando da Capital (PCC), no tienen (todavía) influencias de relevancia en la Argentina, pero que ambas estructuras de narcos están en expansión, cada vez con métodos más sofisticados. Por lo tanto, en los dos papers de inteligencia se proponen medidas. Del análisis de la operación policial en Río surgen lo que consideran novedades: por primera vez el CV utilizó drones con explosivos; puso en marcha autobuses para realizar bloqueos; movieron el Uber de Río -Rotax Mobilidade– que, aparentemente, es de su propiedad y utilizaron, en especial, armas de origen norteamericano que entraron legalmente desde el país del norte a Paraguay y de Paraguay por contrabando a Brasil. El diagnóstico es que el CV se centra en las favelas, no se expande tanto al exterior, aunque dentro de Brasil ya está en 26 estados y se dice que maneja la extracción ilegal de oro en la Amazonia, lo que se llama “narcogarimpo”. Ellos se jactan de tener 200 “combatientes” en Argentina, aunque más en Paraguay, donde tienen fuerte presencia en las cárceles. El PCC sí se expande al exterior en función de la logística del tráfico de drogas, provenientes de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. El PCC sostiene que cuenta con fuerte presencia en España, Sudáfrica y el puerto de Montevideo, todos puntos clave en la ruta de la cocaína. Los dos informes de inteligencia fueron elaborados por oficiales vinculados a la Gendarmería y a la SIDE. Responden a pedidos de las jefaturas que requieren un diagnóstico sobre el impacto geopolítico de lo ocurrido en Río de Janeiro. La recomendación principal que surge de los informes es reforzar el Comando Tripartito con Paraguay y Brasil, haciéndolo efectivo y agilizando el intercambio. Pero no ven una avalancha de narcos brasileños ingresando a la Argentina ni el “desbande” que mencionó Patricia Bullrich en una carta de alerta que le dirigió a su número 2, Alejandra Monteoliva. Otro show de la ministra. Los textos ponen bastante el acento en una fuerte diferencia con la Argentina: en las favelas, el CV y el PCC manejan casi todos los servicios. Eso incluye la luz, el gas, internet y buena parte del transporte. Es más, el texto vinculado a la SIDE refiere a varias reuniones del gobernador de Río, Claudio Castro, con los proveedores legales de servicios para regularizar la situación. Pero nunca pudieron lograrlo. A eso se agrega la irrupción de la principal aplicación, Rotax Mobilidade, creada por ingenieros que habrían trabajado para el CV, y que monopoliza el ingreso de autos a las favelas. Los informes hacen especial hincapié en la cuestión del material militar. Hasta hace dos años se consideraba como principal proveedor a un argentino, Diego Dirisio, que las importaba desde Turquía, Serbia, República Checa y Eslovenia hacia Paraguay y luego se pasaban clandestinamente a Brasil. Ahora, el material principal viene de Estados Unidos, también a Paraguay y se contrabandea desde Paraguay a Brasil. En 2024, desde suelo guaraní se importaron de Estados Unidos unas 300.000 armas que, obviamente, no son para paraguayos. Los suministros argentinos –dicen los informes– son menores. Según parece, los drones figuran como importados desde China con fines vinculados al agro. No está claro aún cómo ingresaron, si a través de Paraguay o directamente a Brasil. Es parte de la investigación. Esta semana fue detenido un militar de la Marina que preparó drones con granadas para el CV: Rian Mauricio Tavares Mota fue sorprendido en su casa, en una especie de taller-bunker, en el que armaba drones que liberan granadas. Es una muestra de los niveles de infiltración que tienen los grupos narcos en policías y militares. Como se sabe, el CV y el PCC surgieron esencialmente de las cárceles y siguen dominando las prisiones brasileñas y paraguayas. El CV (Comando Vermelho, Rojo) tomó su nombre de los presos de la dictadura, en buena parte pertenecientes a la fuerza de izquierda Falange Vermelha. Y de entrada se centró sólo en la defensa de los derechos de los presos, pero rápidamente se expandió a las familias y, por esa vía, a las favelas. El PCC surgió como competencia del CV en las cárceles. Desde ese punto de vista, los dos informes señalan que ninguna de las organizaciones tienen incidencia en las cárceles argentinas, al menos por ahora. La versión más extendida es que los Servicios Penitenciarios manejan los negocios y controlan los penales en las provincias y también a nivel federal. El diagnóstico equipara las cosas a una vieja humorada que existía en los años 60: “¿Usted sabe por qué la mafia italiana nunca entró a la Argentina? Respuesta: no puede competir con la policía”. Para la Argentina el mayor peligro es, en un futuro cercano, el PCC y no el CV. Este último se mueve poco de las favelas y más bien se expandió hacia los estados brasileños, especialmente, los de la Amazonia. Utiliza las rutas de esos estados para el ingreso y el movimiento de la droga. Según los informes, en los últimos años hizo pie en en la extracción ilegal de oro, el “narcogarimpo”. La estructura del CV no es tan vertical: las regionales tienen autonomía y conducción propia. Según ellos, tienen unos 50.000 combatientes, la mayoría con tatuajes tumberos en los que ostentan si mataron o cometieron otros delitos. A la frontera se envió un instructivo sobre esos tatuajes. El PCC es una organización más jerárquica, más sofisticada y muy orientada al tráfico hacia Europa. En los informes afirman que cuando se les presentan obstáculos en sacar la droga por el Atlántico brasileño –a veces cambian los jefes de Aduanas o de las fuerzas que vigilan las costas–, ponen en marcha la estructura de la Hidrovía, pero principalmente a partir del control de las afueras del puerto de Montevideo. Una maniobra de ese estilo se vio con el barco Ceci, detenido en San Lorenzo, cerca de Rosario. En el buque se encontraron 470 kilos de cocaína y, según el capitán, los bolsones con la droga fueron izados cerca de Montevideo. El PCC tiene organizaciones también en los puertos de recepción, España, Sudáfrica, Alemania, Turquía y en el este de Europa. Uno de los informes menciona que la organización se expandió al mundo crypto y a las apuestas online. La advertencia sobre la Hidrovía figura en los dos informes de inteligencia. El escaso control y la privatización efectivamente derivaron en que un barco como el Ceci levantara media tonelada de cocaína cerca de Montevideo, subiera hasta San Lorenzo, y se disponía a volver a bajar, todo sin ser molestado. El plan no naufragó por la intervención de ninguna fuerza de seguridad, sino porque el capitán –vaya a saber cuál fue la razón– se decidió por denunciarlo. Como es obvio, Bullrich y buena parte del gobierno libertario, tratan de magnificar la influencia que pueda tener lo de Río en la Argentina. El objetivo es hablar rápidamente de narcoterrorismo –así lo puso la ministra en su carta– para sintonizar con Donald Trump y justificar el uso de militares –norteamericanos y de cada país– en las cuestiones de seguridad. Jugadas de esa naturaleza terminaron en tremendos fracasos en Colombia y México. De hecho, buena parte de los cuadros del CV son exmilitares.

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