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» Diario Cordoba
Fecha: 02/11/2025 02:30
El Gran Museo Egipcio (GEM) quedó este sábado abierto al mundo con la promesa de ser un puente entre el brillante pasado de la antigua civilización egipcia y un presente de cooperación y paz, tras una ceremonia luminosa que resaltó tanto los valores históricos y artísticos de Egipto como la proyección del país hacia el futuro. Mucha música, cientos de figurantes, fuegos artificiales y juegos de luces sobre el escenario inigualable de las pirámides de Guiza sirvieron para presentar el GEM, un enorme complejo de 500.000 cuadrados que a partir del próximo día 4 noviembre, cuando reabra sus puertas, albergará y exhibirá más de 100.000 piezas que abarcan 7.000 años de historia, desde el Egipto predinástico hasta el periodo grecorromano. Decenas de jefes de Estado, entre ellos el rey de España Felipe VI y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, asistieron a la espectacular ceremonia, cuidada al milímetro y que se esforzó tanto en alabar la historia y las glorias del pasado de la época de los faraones como en insistir, en el contexto de las tensiones y la violencia que rodean el país anfitrión, que el GEM es un instrumento de paz y una puerta para el diálogo. "Os hemos invitado a venir a esta tierra de paz y amor, y disfrutar de esta celebración para hacer de este museo una para plataforma del diálogo, un destino para el conocimiento y un puerto para la humanidad. También que sea un faro para los amantes de la vida que creen en la humanidad", dijo el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, en una breve alocución durante la ceremonia. En sus palabras, Al Sisi recordó que "la civilización se construye en tiempos de paz y se disemina con la colaboración de los pueblos", y que con la inauguración del museo, se celebra también la apertura "de un nuevo capítulo de la historia del presente y del futuro de este antiguo país". Bajo las pirámides La ceremonia arrancó con la llegada de los invitados de honor al recinto especialmente habilitado en el exterior del GEM, cuya decoración e iluminación estaban inspiradas en las pirámides de Guiza, testigos de excepción y a veces protagonistas del espectáculo desde sus majestuosa altura. Unos ultraligeros sobrevolaron el museo con el mensaje "Bienvenidos a la tierra de la paz" mientras los numerosos líderes (casi 80 según las autoridades egipcias), posaban para la foto de familia antes de ingresar al escenario principal entre fanfarrias. El Rey Felipe VI asiste a la inauguración del Gran Museo Egipcio. / Casa de S.M. el Rey Cientos de figurantes ataviados como antiguos egipcios se multiplicaron por el museo y por los muchos otros lugares repartidos por todo el país y por el resto del mundo, conectados en tiempo real por la realización del evento. De hecho, la primera parte de la ceremonia se centró en recordar la universalidad del Antiguo Egipto y la cooperación internacional y conectó en primer lugar con una orquesta en Japón -país que financió la construcción del GEM -, para luego pasar por París, Rio de Janeiro y Nueva York. En segundo lugar, bajo la premisa de que "el poder se mide en ideas, no en armas" y de que "la paz de hoy es la civilización del mañana", la ceremonia se centró en resaltar los aspectos culturales y la diversidad de Egipto, con enlaces a Luxor, Asuan, las iglesias del barrio copto de El Cairo y el corazón del barrio islámico de la capital egipcia. Ramses II y Tutankamón Tras el discurso de Al Sisi, se realizó la ceremonia formal en la que el presidente egipcio puso la última piedra de la construcción, que se encendió, con la idea de que "el silencio de las piedras no solo recuerda el pasado, sino que ilumina el futuro". Luego, con la figura de un niño como hilo conductor, se fueron presentando las joyas que se exhibirán en el museo, desde los colosos de Ramses II hasta las barcas de Keops, que aparecieron flotando en el cielo de la noche egipcia. El fin de fiesta lo propició Tutankamón, cuya mascara mortuoria de oro puro y el resto de su ajuar funerario se exhibirán de ahora en adelante en el GEM como pieza central en la historia de la egiptología. Su imagen sobre el cielo sirivió para cerrar el homenaje, dar pie a una lluvia de fuegos artificiales y dar paso a una visita privada de las autoridades al museo, fuera de la vista del público. El museo, que comenzó a construirse hace veinte años, es el mayor del mundo dedicado a una sola civilización y llega tras una inversión de cerca de 1.200 millones de dólares. El GEM, cuya apertura completa había sufrido múltiples retrasos, prevé recibir unos cinco millones de visitantes anuales y aspira a consolidar a Egipto como destino de referencia en el turismo cultural. EFE
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