02/11/2025 08:04
02/11/2025 08:03
02/11/2025 08:03
02/11/2025 08:03
02/11/2025 08:02
02/11/2025 08:02
02/11/2025 08:02
02/11/2025 08:01
02/11/2025 08:00
02/11/2025 08:00
» El litoral Corrientes
Fecha: 02/11/2025 01:39
No faltarán a la cita los que minimicen lo sucedido tratando de restarle valor a la voz de las urnas. Le quitarán relevancia, elucubrarán interpretaciones retorcidas y hasta cuestionarán a los ciudadanos por la decisión que han tomado mayoritariamente. Ninguna novedad hasta aquí. Es un clásico local que busca esquivar la verdad ante la evidencia que muestra algo difícil de refutar. Del otro lado del mostrador también aparecerán los que, en el sentido inverso, magnificarán esta fotografía del momento pretendiendo convertirla en algo absolutamente definitivo sin asumir que esta expresión cívica expone inexorablemente una coyuntura tan contundente como efímera. Los datos son completamente inconfundibles. El gobierno nacional aprobó el examen con creces. Una victoria inapelable que oxigena lo que viene y permite avanzar con fuerzas en estos dos años de mandato que aún tiene por transcurrir el Presidente Javier Milei. Una elección de medio término es indiscutiblemente un plebiscito a la gestión en curso. Esto vale para cualquier jurisdicción y esta no es la excepción a la regla. La gente, en este tipo de situaciones, está invitada a confirmar el norte o a poner límites al rumbo que le imprime quien conduce políticamente. Un aspecto que hay que señalar con detenimiento es que, a pesar de la escasa expectativa que tenían los analistas sobre la participación ciudadana, los porcentajes finales muestran que fue superior a lo esperado, aunque un poco inferior a los indicadores históricos de esta clase de convocatorias de recambio legislativo. Otro párrafo muy importante sobre el que hay que poner énfasis es el rol que ha cumplido la boleta única de papel, debutando nacionalmente con gran éxito, dada la simplicidad del sistema, su transparencia y la velocidad con la que fluyó el cómputo electoral pese a lo novedoso y a la escasa gimnasia con esta modalidad. En esa lógica, el oficialismo ganó de forma categórica, con un margen nada despreciable que lo coloca en una posición muy trascendente otorgándole legitimidad para llevar adelante su agenda de reformas, esas que fueron explicitadas a los argentinos cuando el entonces candidato presidencial ofrecía una plataforma de propuestas muy ambiciosas para transformar al país. Las proyecciones preliminares hablaban de una paridad que nunca apareció. Si bien dos fuerzas se llevaron más del 72 % de las preferencias concitando la atención y validando la teoría polarizadora, el supuesto empate técnico no fue el protagonista de la jornada. Es cierto que en muchas provincias los triunfos fueron ajustados y el “color” del mapa puede ser una simplificación exagerada, hecho que se verifica en una dirección y también en la opuesta, pero también existieron distritos donde las distancias fueron arrolladoras. La “avenida” del medio terminó siendo una calle angosta. No lograron imponerse con claridad ni siquiera donde lideraban gobiernos. Habrá que decir que ese proyecto tropezó al nacer y que le resultará muy cuesta arriba reponerse de semejante frustración a meses de gestar esa pretendida alternativa a la disputa del presente. El oficialismo tiene ahora no solo una oportunidad gigantesca de capitalizar al máximo este respaldo popular, sino que también tiene la enorme responsabilidad de avanzar con sus ideas para plasmar en políticas públicas la larga lista de reformas pendientes que permita profundizar el sendero que ha iniciado hace un par de años reforzando los logros obtenidos. La oposición por el contrario debería reflexionar sobre lo que pasó y en vez de buscar culpables afuera, quizás podría ensayar una profunda autocrítica, ya que no solo ha fallado la estrategia general, sino que probablemente sea la ocasión adecuada para revisar narrativa y liderazgos. Sin los recambios puertas adentro de ese espacio es complejo imaginar que puedan aportar una propuesta superadora y se constituyan en una opción competitiva. Los agoreros del colapso se quedaron fuera de sintonía. Los que compraron relatos fallidos también. La sociedad le brindó un respaldo al gobierno, que jamás es un cheque en blanco pero que tiene un significado que nadie debería caer en la trampa de bajarle el precio solo porque no encaja con su visión de la realidad. Con el diario del lunes, se puede afirmar que los pronósticos fracasaron, que varios actores centrales de la vieja dirigencia pasaron a retiro, que el oficialismo salió fortalecido, que la oposición tiene mucho para reflexionar y que los intentos de construir variantes no han tenido cabida como algunos imaginaban en sus controversiales diagnósticos. Una participación masiva muy relevante y un nuevo sistema electoral han sido también esenciales para esta etapa democrática en la que la política tradicional parece interpelada por una sociedad que demanda resultados tangibles y mejores prácticas cotidianas.
Ver noticia original