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Concordia » Hora Digital
Fecha: 01/11/2025 19:52
Penélope, conocida como “Japinha do CV” y “musa del crimen”, murió en un operativo policial que buscaba desarticular al Comando Vermelho en los complejos del Alemão y la Penha. Su presencia en redes s Penélope, apodada “Japinha do CV” y también “musa del crimen”, murió el martes 28 de octubre durante la megaoperación policial más letal registrada en Río de Janeiro. Vestida con ropa camuflada y un chaleco antibalas, su fallecimiento ocurrió en los complejos del Alemão y la Penha, zonas consideradas estratégicas para el Comando Vermelho. Según informaron los medios brasileños O Globo y CNN Brasil, la operación movilizó a 2.500 agentes con el objetivo de desarticular la estructura de esta organización criminal, dejando un saldo de decenas de muertos y reavivando el debate sobre la violencia policial en la ciudad. Penélope se había convertido en un rostro conocido dentro y fuera de las favelas. Las fuerzas de seguridad la identificaban como una de las principales combatientes del Comando Vermelho, encargada de proteger rutas de fuga y defender puntos estratégicos de venta de drogas. Su notoriedad aumentó por su actividad en redes sociales, donde posaba con fusiles, atuendos tácticos y mostraba imágenes relacionadas con armas y drogas. Su cuenta de Instagram, que superaba los 50.000 seguidores, fue eliminada tras su muerte, aunque antes solía compartir fotos y videos en los que aparecía armada, consumiendo drogas y participando en tendencias virales. El operativo que terminó con la vida de Penélope tuvo como objetivo principal capturar a líderes del Comando Vermelho y frenar la expansión territorial de la facción. El enfrentamiento fatal se produjo cuando, según investigaciones preliminares citadas por CNN Brasil, ella abrió fuego contra los agentes durante la incursión policial. Un disparo de fusil la alcanzó en el rostro y su cuerpo fue encontrado cerca de uno de los accesos a la comunidad. Imágenes y videos de su cadáver, con el uniforme camuflado y el chaleco antibalas, circularon ampliamente en redes sociales, lo que generó la reacción de su familia. Las consecuencias de la operación generaron opiniones divididas. La Defensoría Pública calificó el operativo como una “matanza” y denunció la magnitud de las muertes, mientras que el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, defendió la acción y la calificó como un “éxito”. En una rueda de prensa, Castro expresó su solidaridad únicamente con las familias de los policías caídos, minimizando las víctimas civiles y afirmando que “las verdaderas víctimas fueron los agentes que dieron la vida para liberar a la población”. Por su parte, el ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, declaró que la operación fue planificada y ejecutada en su totalidad por el gobierno regional de Río de Janeiro, “sin conocimiento del gobierno federal” liderado por Luiz Inácio Lula da Silva. Lewandowski agregó que el Ejecutivo federal se mostró “aterrado” por la cifra de muertes y aseguró que Lula no había sido informado previamente sobre el despliegue en las favelas. En el ámbito internacional, el alto comisionado de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó su “horror” por la magnitud de la acción y exigió investigaciones exhaustivas para esclarecer las causas y responsabilidades de las muertes, recordando a Brasil sus obligaciones ante el derecho internacional. Asimismo, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió la apertura inmediata de una investigación. Respecto a la estructura del Comando Vermelho tras la operación, O Globo y Terra señalaron que varios de sus líderes permanecen prófugos. Entre ellos destaca Edgar Alves Andrade, alias Doca da Penha o Urso, identificado como el principal dirigente de la facción en el Complejo de la Penha y otras comunidades. Otros nombres mencionados por el Ministerio Público incluyen a Pedro Paulo Guedes (“Pedro Bala”), Carlos Costa Neves (“Gadernal”) y Washington Cesar Braga da Silva (“Grandão”), quienes continúan siendo objetivos de las autoridades.
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