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  • Crece la producción de arándanos con cosecha a pleno y buena demanda

    » Elterritorio

    Fecha: 01/11/2025 11:42

    El productor diversificó su chacra y apuesta a un cultivo poco convencional en Misiones. Sin embargo, la fruta se consolida cada vez más como opción productiva. sábado 01 de noviembre de 2025 | 3:00hs. Ricardo Wernes y su esposa Maximiliana producen arándanos en una hectárea de su chacra. Foto: Carina Martínez La producción de arándanos en Misiones sigue consolidándose año tras año. Con el objetivo de abastecer al mercado local y generar valor agregado, los productores apuestan cada vez más a esta producción que hasta hace un tiempo era poco convencional en la provincia y actualmente se realiza en la zona Norte, aunque hay productores también en la zona Sur, como San José y Apóstoles. Los arándanos son cultivos que se adaptan bien al clima misionero y la cosecha se realiza generalmente en octubre. Se trata de una fruta fresca y noble que además puede generar otros productos como miel de arándanos. Actualmente, según pudo saber El Territorio, los productores buscan mejorar la comercialización y diversificar la producción. Se trata de otra alternativa productiva frente a las tradicionales como la yerba y el té, incluso destacan que brinda trabajo los meses cesa la cosecha de yerba. En este sentido, Ricardo Wernes cuenta con una chacra ubicada en colonia San Jorge, San Pedro. Allí se produce y diversifica con una hectárea de arándanos, un exótico cultivo que se incorporó al suelo misionero hace más de 17 años. En estos días la familia comenzó a cosechar los primeros kilos de fruta con excelente tamaño, color y su sabor particular. Con el tiempo a favor y buena demanda, el productor estima cosechar más de mil kilos, que vende a 8.000 pesos por kilo. Cultivo de arándanos Luego de que el invierno acompañó con heladas tempranas, el cultivo de arándanos del productor Wernes comenzó a rendir sus primeros kilos de fruta. En estas semanas entre el verde de las hojas sobresale el tono azul oscuro que encanta, llama la atención, es motivo de visita de estudiantes y genera expectativa para la familia. “Las frutas son de buen tamaño, excelente calidad, color y sabor”, destacó Wernes en diálogo con El Territorio. Además, detalló cómo se realiza la cosecha. Entre los factores que influyen en el buen desarrollo de las frutas para esta zafra está el cuidado del suelo: “Este año nos arriesgamos y compramos abono para mejorar el suelo, gracias a Dios, es uno de los primeros años en que el tiempo nos favoreció”. Con satisfacción expresó que “con la cosecha de hace algunas semanas, que fue poco más de 100 kilos, pude pagarle al ingeniero el abono”. Sobre el clima, contó que “si bien el arándano es una planta que necesita horas de bajas temperaturas, no resiste a las fuertes heladas”. “Este año, a diferencia de temporadas pasadas, todo ocurrió a su tiempo. Las heladas llegaron con mucha intensidad de manera temprana, cuando recién comenzaban a formarse los pimpollos, y luego en la etapa de crecimiento de las frutas no se registraron heladas intensas, por lo que no hubo perdida en comparación a zafras pasadas, cuando se perdió todo”. Demanda Se trata de una fruta sumamente nutritiva que con el pasar del tiempo comenzó a formar parte de la mesa de muchos sampedrinos, que la consumen como fruta, mermelada o jugos. “Creo que ahora uno puede pensar en invertir en el cultivo, porque cuando empezamos nadie conocía la fruta, ahora muchos piden para consumo particular, en la familia, aparte de los clientes fijos que tengo que producen mermelada”, señaló Wernes. Además, destacó la demanda, “es de suma importancia ya que la fruta, así como se cosecha debe ser comercializada”. Efectos del tiempo Este año, las bajas temperaturas, que persisten hasta la fecha, demoran un poco la maduración de las frutas. Lo que de cierta manera resulta positivo, porque las frutas crecen mejor sin apuro a diferencia de cuando en semanas de maduración los días son de mucho calor. “El frío de estos días, que tuvimos hasta 9º, hace que no se madure tan rápido, estamos cosechando tres veces por semana. Para la fruta esta temperatura es buena, tanto para la maduración como para conservarla”, explicó el productor sobre el impacto de las condiciones del tiempo durante la cosecha. En las semanas de cosecha el arándano no sólo es una fuente de ingresos para la familia productora, sino también de trabajo para los cosechadores que acompañan en esta tarea, que se realiza de manera manual y durante las primeras horas del día para evitar que el sol castigue a las frutas, que son bastante sensibles y demandan manos que las traten con delicadeza. “Dependiendo la cantidad de kilos que tengamos para cosechar es la mano de obra que necesitamos. Hay días que tengo a nueve personas cosechando, que se sacan para su pan”, sostuvo Wernes. Generalmente la cosecha se lleva a cabo en octubre. Foto: Carina Martínez “Es como siempre digo, en estos meses cuando no se hace yerba mate, no existen fuentes de trabajo, la cosecha brinda una changa. Y cómo decía mi papá, es alimento y si no se vende se consume. Este cultivo tiene un enorme valor emocional para nosotros”, manifestó en compañía de su esposa. La cantidad de frutas maduras se intensifica a medida que pasan los días y hay entusiasmo al respecto. Precio En lo que respecta el valor del kilo para la venta, el productor buscó un precio razonable para que todas las personas puedan acceder. “Estamos vendiendo a $8 mil el kilo, no es que se saca mucha plata, pero sí queremos que todos puedan probar esta delicia de fruta, que es exótica. La producimos nosotros y es altamente recomendable por su valor nutricional”. Por otro lado, en la verdulería las bandejas de 200 gramos cuestan más de $5 mil pesos. El productor estima cosechar 1.400 kilos de fruta. Los interesados pueden contactarlo al 3751- 319675, así sea para comprar fruta como para visitar su plantación. Cómo llegó el arándano a San Pedro Este año el tiempo fresco acompañó la producción. Foto: Carina Martínez Hace unos 17 años, más de diez familias que residen en chacras ubicadas entre colonia San Jorge y Primavera recibieron una rentosa propuesta: cultivar arándanos.Fruta prácticamente desconocidas en la zona, la rentabilidad y la garantía de mercado entusiasmaron a las familias. La empresa capacitó, brindo asistencia técnica y proporcionó los plantines para una hectárea por chacra de manera gratuita. A los pocos años, comenzó a dar frutas y fue cuando el negocio no funcionó. Experiencias de las producción Una de las cuestiones tuvo que ver con la logística; es decir, contar con los medios idóneos para transportar el producto sin que pierda su calidad. ya que se trata de una fruta que una vez madura, se deteriora rápidamente. Tras unas primeras experiencias fallidas, los colonos vieron con enorme tristeza la pérdida de miles y miles de kilogramos. Intentaron trabajar en cooperativa, congelar las frutas o hacer mermelada, sólo que, por varios motivos, uno de ellos la energía eléctrica de mala calidad, no lograron subsanar el problema de almacenamiento de las frutas. Por ello, la mayoría decidió arrancar las plantas y en su lugar varios plantaron yerba mate. De todos quedaron tres productores que hasta hace dos años mantenían la hectárea de cultivo. Hoy sólo quedan Ricardo Wernes y su tío, quien cuenta con una chacra lindante a la suya. En dicha chacra este año no lograron combatir el feroz ataque de las hormigas mineras que perjudico notablemente a las plantas. Wernes se muestra entusiasmado pese a que también pasó por muchas etapas con el cultivo que, para su familia, más que ganancias económicas, es orgullo.

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