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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 01/11/2025 09:52
La reciente reinauguración de la Planta de Asfalto Municipal permitirá acelerar los trabajos viales en la ciudad. Se puso en marcha el 14 de octubre en un predio del Parque Industrial Gualeguaychú (PIG) y, apenas iniciada la producción, se llevaron a cabo los primeros trabajos de pavimentación bajo el sistema de consorcios vecinales. En estos 15 días se completaron 700 metros lineales de nuevas carpetas asfálticas, en cuatro consorcios vecinales diferentes. Esto significó el asfaltado de una superficie total de 3.888 metros cuadrados: para ello, se necesitaron alrededor de 600 toneladas de mezcla producida en la planta local. Las obras iniciales fueron en las calles San Martín (entre Nágera y Hermanas Mercedarias), Laxague (entre Majul y Lisandro de la Torre), Lisandro de la Torre (entre Doello Jurado y Arigós De Elía) y Hernandarias (entre Irazusta y Lisandro de la Torre). También se realizaron bacheos en el ingreso al Acceso Sur, en la trepada de la mano de ingreso a la ciudad desde Ruta Nacional N°14. En este marco, Ahora ElDía dialogó con el ingeniero civil y Director de Articulación Operativa municipal, Jonatan Ríos, para conocer las ventajas, los procesos y los desafíos de las obras viales en la ciudad. Consultado sobre los beneficios de contar con una planta de asfalto activa en la ciudad, Ríos fue determinante: “El beneficio es inmenso. En la provincia solo hay tres departamentos que tienen planta asfáltica, y Gualeguaychú es el único que la tiene activa y modernizada a las condiciones actuales de trabajo. Las demás plantas asfálticas son de los años 70 y 80, todavía no se han modernizado y siguen operando de la misma manera como cuando se crearon”. El profesional indicó que su ubicación es otro punto a favor: “La cercanía con la ciudad permite que podamos realizar trabajos grandes en un día sin estar dependiendo tanto del transporte y no arriesgar ningún tema técnico en cuanto a temperaturas de la mezcla asfáltica.” Puede interesarte Sin embargo, para realizar una calle no sólo se necesita asfalto. Jonatan nombró los diferentes materiales que requieren: “Se necesita brosa, que se compra en canteras (como las de Concepción del Uruguay, de donde más traemos nosotros). Después, el cemento (que se lo compramos a los corralones locales directamente en bolsas de 25 kilos). Además, se necesitan materiales para la planta asfáltica: la piedra partida (viene de la zona de Puerto Yeruá, en el departamento Concordia), la arena (viene de Gualeguay), el cemento asfáltico y el riego de imprimación, que es esa pintura negra que se pone antes de asfaltar (lo compramos en Buenos Aires). Cada obra es diferente Ríos detalló que existen diferentes tipos de obras viales que se realizan. Una de ellas son las que se realizan para para pavimentar una calle de tierra. El director explicó el proceso que debe llevarse a cabo: “Inicialmente, se debe contar con el cordón cuneta y las bocacalles (esquinas) de hormigón listas. Una vez que están las estructuras rígidas laterales, hay que abrir la caja. Esto es, excavar desde el nivel del cordón cuneta, unos 27 centímetros más abajo. A ese nivel, se compacta la subrasante, el suelo natural que se encuentra abajo”. “Una vez que esa subrasante tiene las condiciones ideales de compactación, se comienza a ejecutar el suelo-cemento. Cargo 25 centímetros de brosa y los mezclo con un porcentaje de cemento de acuerdo a la densidad de la brosa. La mezcla se amalgama, se amasa, se trabaja con motoniveladoras, con compactadores, con regadores. También se compacta, y una vez compactada va a servir de base para la carpeta asfáltica”, continuó el ingeniero. Es así como queda la base para que entre en el juego el asfalto: “Sobre ese material rígido que ya se trabajó y, tras tres o cuatro días de curado, se llega con la terminadora y se transporta el material desde la planta hacia la calle. Luego, la terminadora en conjunto con los compactadores le dan la finalización al trabajo y ejecutan la carpeta, que es, generalmente, lo último que se ve: la mezcla asfáltica.” En su explicación, Ríos subrayó que cada caso es distinto por la infraestructura existente y su estado: “Depende mucho de las condiciones de la calle. Por ejemplo, si todas las bocas de registro de la cloaca están bajas, tenemos que generar estructuras de hormigón para levantarlas. Muchas veces también nos encontramos con conexiones de agua y de cloaca por encima del nivel mínimo y tenemos que repararlas, o sea, bajarlas para que no sufran las consecuencias de los equipos operando arriba.” Otro tipo de obra diferente es cuando la calle ya está asfaltada, y sobre ella se debe hacer una intervención, el director analizó: “Se debe fresar la superficie, remover los primeros seis centímetros completos de esa mezcla asfáltica vieja, hacer un análisis de lo que hay abajo (para ver si no existe un bacheo profundo excesivo). Finalmente, cuando se hayan saneado aquellos baches y hayan finalizado el fresado, se puede hacer un riego de imprimación, un riego de liga, y hacer la carpeta asfáltica arriba”. Sobre cuánto dura una calle en buen estado, Ríos respondió que “la vida útil depende de que se respeten las condiciones de tránsito por encima de esa capa. Un asfalto urbano, que tiene entre cinco y seis centímetros, si no se somete a cargas excesivas y no se permite que el tránsito pesado lo circule, debería durar entre unos ocho y diez años haciendo un mantenimiento del mismo”. Puede interesarte El Director de Articulación Operativa resaltó que, cuando comienzan las grietas y problemas en la calle es necesario solucionarlo enseguida: “Si se permite que esas grietas se continúen expandiendo y en el tiempo no se hace una intervención, eso me va a generar que, dentro de esa grieta, ingrese la humedad, ingrese el agua, ingrese el frío, y todo eso afecte las bases.” Visión y prioridades para la ciudad Ríos amplió sobre el estado actual de las calles de Gualeguaychú: “Nosotros estamos haciendo relevamientos de arterias que faltan pavimentar, arterias que tenemos que repavimentar, lugares dentro del casco céntrico, y cada vez sumamos más metros cuadrados en los que se necesita intervención. Y ni hablemos de conexiones en las afueras de la ciudad. Tenemos un desafío muy grande. Pero, como dije antes, tenemos una gran herramienta, la planta asfáltica”. Contando los trabajadores de la planta de asfalto, más las cuadrillas que están en las calles, el ingeniero destacó que en el equipo cuenta con casi treinta personas. En cuanto a las prioridades que existen, Ríos enumeró: “En principio, la prioridad la tiene la gente que pagó por su pavimento. Luego, la contribución por mejora, se pavimenta una calle donde no se hizo consorcio, y luego el municipio se encarga de cobrarle a los vecinos el pavimento. En el número tres, podría estar la repavimentación de los bulevares y de las avenidas más importantes que tenemos”. Adicionalmente, se le consultó sobre el impacto de pavimentar mucho en relación al escurrimiento del agua de lluvia: “En cuanto a la absorción, se reemplaza un suelo natural que es poroso por un material casi impermeable. Y, por supuesto, todo el volumen de agua que caía sobre esa calle ahora se va a trasladar a otro punto”. Por ello que, señaló el ingeniero, “todos estos trabajos deberían ir de la mano con mejoras en la infraestructura pluvial de la ciudad, un área que tiene pendiente bastante trabajo”.
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