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La Paz » Politica con vos
Fecha: 01/11/2025 05:46
En una provincia en la que el peronismo no pudo articular una propuesta unificada ni retener la influencia de su dirigencia, el revés electoral del PJ introduce una crisis interna que trasciende los números. La irrupción de la Alianza La Libertad Avanza, la dispersión partidaria y el desconcierto de la base militante estructuran una nueva realidad política para el espacio. “La unidad del adversario y nuestra fragmentación” El dirigente Jorge “Kinoto” Vázquez señaló que una de las claves de la derrota fue la combinación de un oficialismo “compacto” frente a un justicialismo provincial agrietado. “Un PJ dividido ante un oficialismo … unido en una sola propuesta”. Ese contraste fue evidente en las recientes elecciones legislativas de 2025, donde la Alianza La Libertad Avanza se impuso en Entre Ríos con un 52,9 % frente al 34,4 % de la lista de la fuerza justicialista. El mensaje es claro y no sólo se perdió la elección, se perdió el relato de unidad, la capacidad de proponer y de renovar. Desgaste dirigencial, rostros conocidos, agenda agotada Vázquez advirtió que la dirigencia del PJ entrerriano “ya no tiene nada nuevo para ofrecer a un electorado en permanente demanda”. “El partido debería tomar algún tipo de medida”. El dato lo confirma: en una provincia clave, el PJ quedó tercero o muy rezagado en varios departamentos, reteniendo sólo dos distritos según informes locales. En un contexto donde el electorado castiga la falta de novedad, la acumulación de gestiones sin transformación real se vuelve un lastre. El desafío del PJ ya no es solo retener cargos, es convencer de que puede volver a transformar. Deslealtades internas, “alquiler de servicios” y base en fuga Un factor central señalado por Vázquez es la actitud de militantes o dirigentes que “alquilaron sus servicios” al gobierno provincial en lugar de permanecer activos en el partido. “Hay que ir a buscarlos … que siguen en sus casas enojados y frustrados”. El efecto es doble: por un lado erosiona la disciplina partidaria; por otro, mina la moral de la base, que queda sin referentes claros ni incentivos para la movilización. En un año electoral marcado por la alta polarización, esta desconfianza interna resulta costosa. El contexto nacional y provincial que agrava la crisis La derrota del PJ en Entre Ríos no se da en el vacío. En el marco de las elecciones legislativas de octubre de 2025, el oficialismo nacional (a través de La Libertad Avanza) obtuvo triunfos contundentes en varias jurisdicciones. En Entre Ríos, la Alianza La Libertad Avanza alcanzó aproximadamente el 52,9 % de los votos para diputados, superando al PJ por 18,5 puntos. Este nuevo mapa obliga al peronismo a replantear su estrategia: ya no bastará con repetir fórmulas, tendrá que reinventarse. En este sentido el PJ entrerriano se ve obligado a preguntarse si aspira a ser actor o si acepta quedar relegado a una reserva de posiciones. Hacia 2027 ¿reposición del proyecto o caída en irrelevancia? Vázquez plantea que la lógica interna debe virar de “el que gana conduce y el que pierde acompaña” a un modelo más inclusivo: “el que gana, convoca y el que pierde acompaña”. “El peronismo tiene que renovarse … No se hace cacería de brujas”. La invitación es clara: construir un espacio que convoque, integre y recupere la movilización. Pero sin una hoja de ruta clara, sin nuevas figuras emergentes y sin plantear un renovado relato para los sectores populares, la derrota de hoy puede transformarse en irrelevancia estructural mañana. La derrota del PJ en Entre Ríos no es sólo un revés electoral más Lo sucedido el pasado 26 es un diagnóstico de urgencia política para él periodismo entrerrio. Porque en momentos en los que los derechos laborales, los sectores vulnerables, la universidad pública y los servicios están siendo profundamente tensionados, el peronismo debería alzarse como alternativa de transformación. Pero no lo hará sin antes echar mano a su propia transformación: renovación dirigencial, reconexión con la base, unidad de propósito, una propuesta crítica frente al oficialismo y la vocación real de liderar. Si el PJ no aborda esta encrucijada con decisión, corre el riesgo de pasar de ser fuerza de gobierno a fuerza residual. Y en una Argentina que se redefine aceleradamente, eso significaría perder lo que fue su esencia: la posibilidad de representar a los que quedan al margen.
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