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Parana » Ahora
Fecha: 01/11/2025 00:27
Liz Solari volvió a conmover con un testimonio profundamente espiritual y relató cómo una experiencia límite marcó un antes y un después en su vida, llevándola a transitar un camino de fe, sanación y conexión con lo divino. “Hace 15 años, un ser muy amado murió drásticamente en mi presencia. Esa experiencia inesperada y shockeante cambió mi vida de forma radical. A partir de ese momento, nada volvió a ser como antes”, expresó con la voz entrecortada. La actriz describió cómo aquel episodio la enfrentó al miedo más universal: “Fui testigo de algo extraordinario. Presencié su alma dejar su cuerpo y comprendí que la muerte no termina con la vida, que el alma es indestructible y que el cuerpo es solo un instrumento para manifestarnos en esta dimensión”, explicó. Solari contó que, tras el fallecimiento, comenzó a tener vivencias que no podía explicar: “Caí en un estado de confusión, empecé a oír, ver y sentir manifestaciones del reino invisible del espíritu, sin tener ningún estudio ni preparación”. Su salud emocional se deterioró, y ante el asedio mediático decidió internarse junto a su madre en un centro de salud mental: “Solo yo sabía la batalla mental, física y espiritual que estaba viviendo. Los medios distorsionaron la verdad y me sentí invadida”. Fue en ese proceso cuando, según su relato, tuvo su primera visión espiritual: “Una noche, mirando el cielo, escuché una voz interior que me dijo: ‘Ve a Londres’. Supe con certeza que era la voz de Dios”, aseguró. Ya instalada en Inglaterra, Liz conoció a Cher Chevalier, una guía espiritual británica que, según contó, la ayudó a comprender y estabilizar sus experiencias: “Cher me explicó qué era lo que me estaba sucediendo, por qué y para qué. Me inicié en la meditación y en el entrenamiento espiritual”, recordó. Tiempo después, relató el momento más revelador de su vida: “Una noche en Argentina, al recostarme, salí de mi cuerpo y vi a Jesús Cristo sentado en mi mesa. Observé su inconmensurable belleza y sus ojos que contienen todo el universo. Me dijo con autoridad: ‘Debes ordenar tu vida, la familia va primero’”. Desde entonces, afirmó que su conexión con Jesús se volvió constante: “Él comenzó a guiarme a través de mis sueños, mis meditaciones y mis rezos”. A quince años de aquel episodio, Liz resumió las lecciones que, según afirma, recibió de Yeshua (Jesús): “El amor es acción, no basta con creer hay que actuar con amor. Nos definen nuestras acciones, no nuestras creencias. La meditación para conocer a Dios, oramos para hablar con Él, pero meditamos para escucharlo. La paz complace a Dios y él aborrece los sacrificios de sangre, dejé de comer animales y elegí la inofensividad como camino”. Finalmente, cerró su mensaje con un llamado a la unión espiritual: “Somos una familia que trasciende la sangre y las fronteras. Debemos unirnos para vencer el mal y proclamar a Jesús rey en la tierra”. Fuente: NA
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