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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 31/10/2025 13:50
 
                            Con la llegada del calor, los hogares comienzan a prepararse para los meses de mayor demanda energética. Los aires acondicionados, las heladeras y otros electrodomésticos se convierten en aliados indispensables, pero también en los principales responsables de las subas en las facturas de luz. Ante este escenario, Despertar Entrerriano consultó a Juan Martín Asueta, director comercial de la Cooperativa Eléctrica de Concordia, y a técnicos locales especializados en mantenimiento, para conocer cuáles son las prácticas más efectivas para reducir el consumo sin perder confort. Verano: el pico más alto de consumo eléctrico Según explicó Asueta, los consumos eléctricos domiciliarios presentan dos picos marcados durante el año: uno en invierno, por la calefacción, y otro —más pronunciado— en verano, debido a la refrigeración. “Los mayores registros se dan en los meses de enero y febrero, cuando las altas temperaturas y las olas de calor aumentan de manera considerable la demanda”, sostuvo. El funcionario detalló que, en Concordia, el crecimiento del uso de aires acondicionados en los últimos años cambió completamente el panorama energético. “El aire acondicionado es hoy el principal motivo de los picos de consumo. A eso se suma que el costo del servicio no crece de manera proporcional: si el consumo aumenta un 150 %, la factura puede subir un 260 %. Por eso es fundamental usar la energía de manera responsable”, advirtió. El director comercial de la Cooperativa explicó que la curva de demanda en los domicilios se modifica notablemente entre noviembre y marzo. “En esta época, no solo aumenta el uso de los aires, sino que también los equipos de refrigeración, como heladeras y freezers, trabajan más para mantener la temperatura interna. Esa exigencia adicional se traduce en un incremento del consumo general del hogar”, comentó. Además, aclaró que la demanda ya no se concentra únicamente en las tardes-noches. “Históricamente, el horario pico era entre las 18 y las 23, cuando las familias regresaban a sus casas. Hoy, los picos también se dan en la siesta, entre las 15 y las 17 horas, sobre todo en jornadas de mucho calor. Esto obliga a ajustar la planificación del sistema eléctrico para responder adecuadamente”, señaló. Temperatura justa, ahorro real Uno de los consejos más repetidos por los técnicos tiene que ver con la temperatura ideal del aire acondicionado. Según Asueta, lo recomendable es mantenerlo entre 23 y 24 grados. “Cada grado menos representa un incremento considerable en el consumo. No tiene sentido colocar el aire a 18 grados: el equipo va a enfriar igual, pero trabajará más tiempo y gastará más energía”, explicó. Desde el rubro técnico, Ignacio Rodríguez, de HR Service, reforzó la importancia del mantenimiento preventivo, algo que muchas veces los usuarios pasan por alto hasta que el equipo falla. “Siempre insistimos en que, antes del verano, se limpien los filtros, se revisen las unidades interior y exterior y se haga una limpieza profunda. Eso mejora el rendimiento del equipo, evita sobrecargas, reduce el consumo y, sobre todo, previene averías costosas”, explicó. Rodríguez agregó que los filtros sucios son una de las principales causas de consumo excesivo: “Cuando los filtros están tapados, el aire no circula correctamente y el compresor tiene que trabajar más. Un simple lavado con agua cada quince días puede ahorrar hasta un 15% de energía. Es algo básico, pero marca la diferencia”, indicó. Por su parte, Yamil Alarcón Torres, de ATP Repuestos y Servicios, advirtió que el tamaño del equipo también influye directamente en la eficiencia energética. “A veces instalan un equipo chico en un ambiente grande, y eso hace que nunca llegue a la temperatura deseada. El equipo trabaja sin cortar y termina consumiendo el doble. Por eso, lo ideal es pedir asesoramiento técnico antes de comprar”, recomendó. El técnico agregó que incluso la ubicación del equipo puede afectar su rendimiento. “Si la unidad exterior está al sol todo el día o rodeada de objetos que impiden la ventilación, se recalienta y pierde eficiencia. Lo mismo pasa si el aire está instalado justo frente a una ventana sin cortina o en un ambiente que recibe sol directo. En esos casos, lo que el equipo enfría se pierde rápidamente y se dispara el consumo”, señaló. Tanto Rodríguez como Alarcón Torres coincidieron en que, además de la limpieza, conviene realizar un control técnico completo una vez por año, donde se verifica la presión del gas, el estado del compresor, los sensores y la instalación eléctrica. “Mucha gente no sabe que un simple problema de conexión o una pérdida mínima de gas puede hacer que el aire trabaje forzado. Eso se traduce en más consumo y en una vida útil más corta del equipo”, explicó Rodríguez. Heladeras, las grandes olvidadas del consumo Aunque los aires son los protagonistas del verano, las heladeras también pueden ser una fuente importante de gasto. Rodríguez explicó que el mal uso cotidiano suele pasar desapercibido: “Abrir y cerrar la puerta constantemente o sobrecargarla de alimentos hace que el motor funcione más tiempo del necesario. También hay que controlar que las puertas cierren bien, porque si la goma está deteriorada, el frío se pierde y la heladera trabaja sin descanso”. Asueta sumó que el recambio de electrodomésticos es un momento clave para mejorar la eficiencia. “No todos los equipos nuevos consumen igual. Hay que mirar la etiqueta de eficiencia energética. Los que son clase A+, a C o D tienen una tecnología más moderna y pueden consumir hasta un 40 % menos que uno convencional”, explicó. Mitos y hábitos: lo que realmente sirve Entre los consejos populares, uno de los más frecuentes es desenchufar los electrodomésticos que no se usan. Asueta explicó que, si bien algunos aparatos como los televisores, módems o cargadores mantienen un pequeño consumo aun estando apagados, el impacto en la factura es mínimo comparado con el uso de equipos de climatización. “Apagar las luces y desenchufar lo que no se usa es una buena práctica, pero el verdadero ahorro se logra regulando la temperatura del aire y controlando las horas de uso”, subrayó. Otro mito común es pensar que un equipo nuevo siempre gasta menos. “No necesariamente. Dos electrodomésticos del mismo año pueden tener distinta eficiencia. Por eso hay que mirar la etiqueta: la diferencia en el precio inicial se recupera rápidamente en la factura de energía”, puntualizó. Alarcón Torres destacó que “la ubicación del equipo también influye: si el aire está expuesto al sol o la unidad exterior está cubierta de tierra, se fuerza más y consume más energía”. En la misma línea, Rodríguez agregó que “los ventiladores, aunque no enfrían el ambiente, ayudan a distribuir el aire fresco y tienen un consumo mucho menor —unos 60 watts por hora frente a más de 1.000 de un aire acondicionado—”. Cómo se prepara la Cooperativa para el verano De cara a los meses de mayor demanda, Juan Martín aseguró que la Cooperativa Eléctrica ya está trabajando para garantizar el suministro. “Siempre planificamos con anticipación. Revisamos las redes, reforzamos las subestaciones y mantenemos guardias activas para responder ante cualquier falla. Además, contamos con stock de materiales para reponer rápidamente fusibles o equipos en caso de cortes por sobrecarga”, indicó. El funcionario remarcó que en los últimos años la prestación del servicio mejoró notablemente, aunque algunas interrupciones se deben a problemas externos a la red local. “Hay cortes que se originan en líneas que alimentan la ciudad desde niveles superiores. Aun así, tratamos de brindar soluciones en plazos razonables y mantener la continuidad del servicio en la medida de lo posible”, afirmó. Mientras tanto, los profesionales del sector recomiendan actuar con anticipación. Un mantenimiento a tiempo, una buena instalación eléctrica y pequeños hábitos cotidianos pueden marcar la diferencia entre un verano sofocante y uno eficiente, tanto en confort como en costos. Fuente: Despertar Entrerriano
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