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» Santo Tome al dia
Fecha: 29/10/2025 00:23
Río de Janeiro fue escenario este martes del operativo policial más letal de su historia reciente. Al menos 64 personas murieron, entre ellas cuatro agentes, y 81 fueron detenidas en una intervención a gran escala contra el Comando Vermelho, una de las bandas del narcotráfico más poderosas de Brasil. La ofensiva, que movilizó a 2.500 efectivos, 32 blindados, helicópteros y drones, tuvo como epicentro los complejos de favelas Penha y Alemão, en el norte de la ciudad. Según las autoridades, los objetivos eran líderes regionales de la organización criminal, entre ellos Edgar Alves de Andrade, alias “Doca”, buscado por más de 100 causas judiciales vinculadas al crimen organizado. El gobernador estatal, Cláudio Castro, calificó la operación como “la mayor en la historia de Río de Janeiro” y advirtió que los criminales utilizaron incluso drones artillados para atacar a las fuerzas de seguridad. La ciudad vivió escenas propias de un conflicto bélico: barricadas incendiadas, ráfagas de tiros, comercios cerrados y clases suspendidas en 45 escuelas. Más de 200.000 personas resultaron afectadas por la paralización de servicios. En el operativo fueron incautadas unas 50 armas de fuego, incluidas 42 de uso exclusivo militar, y se documentaron combates en distintos puntos de acceso a las favelas. Las fuerzas de seguridad utilizaron vehículos de demolición para romper barricadas y acceder a zonas controladas por el Comando Vermelho, que según la fiscalía brasileña opera con una estructura casi paramilitar y ejerce control territorial en barrios donde el Estado está prácticamente ausente. El balance humano reavivó el debate sobre los límites de la acción policial en zonas densamente pobladas. Organismos de derechos humanos, como Human Rights Watch, han advertido que este tipo de intervenciones suelen derivar en abusos y ejecuciones extrajudiciales, muchas veces sin rendición de cuentas. En 2024, unas 700 personas murieron en operativos similares solo en Río, casi dos por día. Para Chris Dalby, director del observatorio World of Crime, esta acción marca un punto de inflexión: “El Comando Vermelho ha dejado de ser solo una organización criminal: funciona como un poder paralelo, con control territorial, estructuras de gobierno propias y capacidad de resistencia armada”. Según el experto, la ofensiva de Castro refuerza su perfil de mano dura, pero deja abierta la pregunta sobre el costo social y político de este tipo de políticas. Mientras el operativo continúa, las autoridades mantienen una recompensa de 100.000 reales (unos 17.500 dólares) por información que lleve a la captura de “Doca”. En paralelo, crecen las voces que exigen investigaciones independientes sobre lo ocurrido, el respeto a los derechos de los habitantes de las favelas y un cambio estructural en la estrategia de seguridad pública.
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