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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 26/10/2025 11:00
La referencia literaria es inevitable. “Las tierras blancas” de Manauta, su novela cumbre, transcurre en un domingo electoral. Ya se han escrito muchas y muy buenas reseñas sobre ese texto. Lo que en esta ocasión nos ocupa es la historia y para eso recurrimos a la Historia de Gualeguay de Humberto Vico. La primera elección fallida En 1810, el Cabildo de Gualeguay fue requerido por la Primera Junta para que la reconociese y designara un diputado (vocal). Aunque se dio a publicar el extracto de la circular de la Junta después de la misa parroquial, la elección de ese diputado fue suspendida (fecha 16 de julio). La villa de Gualeguay, junto con Gualeguaychú y Soriano (Banda Oriental), finalmente quedó sin representación. Compartimos cómo lo cuenta Vico: “La noticia de la instalación de la Primera Junta habría llegado a Paraná, "La Bajada", entre el 5 ó 6 de junio, de tal manera a mediados de ese mes, debió haber sido conocida en Gualeguay tan agradable buena nueva. El Cabildo gualeguayense estaba entonces integrado en su mayoría por españoles, quienes en su fuero íntimo eran contrarios a la revolución. Formaban aquel Cabildo de 1810, D. Manuel Gómez de Celis, Alcalde de primer voto (ferviente contrarrevolucionario); José Santos Lima, Regidor decano (criollo y partidario del movimiento emancipador); Domingo Urquía, Alguacil mayor; Pedro Millán, Fiel ejecutor; Prudencio Rueda, Defensor de pobres y Juan Bengoechea, Síndico Pro curador. Requerido el Cabildo por la Primera Junta para que la reconociese y designara un diputado para que se incorporase a la misma —circular del 27 de mayo— nuestro Ayuntamiento cumplió ese mandato, como lo atestigua un oficio del 7 de setiembre, en el cual manifiesta que cumpliría las órdenes impartidas de cortar toda comunicación con el centro realista de Montevideo "como lo verificó con el primer mandato de fecha 27 de Mayo, pues el extracto que se le incluyó dando aviso de la erección de la Exma. Junta Gubernativa y la elección que se debía hacer de diputado de un individuo de esta villa para que pasase a esa Capital de Vocal, lo mandó publicar el primer día festivo después de la misa parroquial, como es costumbre y en virtud de lo mandado por Vuestra excelencia de fecha 16 de Julio, se suspendió su remisión". De esa manera queda probado, aunque no se conozca el documento respectivo, el inmediato reconocimiento de las autoridades capitulares gualeguayenses a la Primera Junta. Pero el acatamiento de la mayoría de los cabildantes era aparente y bien pronto se prestarían a las insinuaciones contrarrevolucionarias del Alcalde de 1er. Voto del Cabildo de Gualeguaychú, Francisco García Petisco, quien obedecía instrucciones de Javier de Elío, el cual desde Montevideo procuraba orquestar la reacción y apoderarse de las principales villas entrerrianas, lo que como veremos logró, aunque transitoriamente. Como se ha visto, el 16 de julio la Primera Junta mandó a nuestro Cabildo suspender la elección de diputado al Congreso General a realizarse en Buenos Aires, en razón de no ser esta villa cabeza de partido. La elección se suspendió hasta tanto se resolviera si esta localidad, como así mismo Gualeguaychú y Soriano en la Banda Oriental, debían elegir o no diputados. Finalmente quedaron sin representación”. Acusación de fraude Un poco más adelante en el tiempo, antes de la Ley Sáenz Peña, las internas eran tanto o más complejas y antagónicas que ahora. Un ejemplo son las elecciones municipales del 14 de diciembre de 1887 que fueron anuladas por el Ejecutivo Municipal, que acusó al Jefe Político, Coronel Nicolás Garmendia, de fraude y parcialidad. Así lo cuenta Vico: “Años verdaderamente excepcionales en la vida de Gualeguay por las obras que bajo el auspicio de la Municipalidad se realizaron o iniciaron son los de 1887 y 1888 además, no solamente en lo referente a las obras públicas, sino en todos los aspectos, diversas realizaciones y acontecimientos dieron realce, como se ha dicho a esos años tan pródigos en hechos positivos e importantes (…) En síntesis digamos antes de entrar a su estudio circunstanciado, que se trazó entonces la Plaza Rocamora, se construyeron nuevas veredas, consecuencia de la iniciación del empedrado; principia la construcción del Mercado de Abasto, instalación de diversas nuevas oficinas públicas; se comienza la construcción del ramal ferroviario Gualeguay-Tala; se proyecta la instalación de una línea de tranvías y la construcción de la Casa Municipal. Todo lo que la Municipalidad hacía, lo financiaba con presupuestos que no iban mucho más allá de los 40.000 pesos, como el elaborado para 1888 que alcanzó a 41.831,89 pesos cuando la población era de 11.973 habitantes en la ciudad. En el aspecto político el enfrentamiento entre las tendencias era cada vez más violento, lo que era reflejo del clima general que vivía el país y que desencadenaría en 1890 la conocida revolución. Esta situación hizo que se anularan las elecciones del 14 de diciembre de 1887. E l Departamento Ejecutivo Municipal lo hizo acusando al Coronel Nicolás Garmendia, Jefe Político de fraude y parcialidad. Garmendia renunció el 27 y fue designado interinamente en su lugar Segundo Gianello, el cual fue confirmado el 15 de mayo de 1888. La anulación de las elecciones para concejales del 14 de diciembre, dejó al Concejo Deliberante sin número reglamentario para sesionar. E l Gobierno Provincial dispuso entonces nombrar por Decreto una Comisión Administradora hasta que nuevas elecciones eligieran los nuevos miembros del Concejo. Las primeras “auténticas” y el bipartidismo Llegamos a la Ley Sáenz Peña, que en el año 1912 sancionó el derecho al sufragio masculino, secreto y obligatorio para los ciudadanos nativos y naturalizados mayores 18 años de edad. Cerramos esta nota con cómo se vivió ese hecho en nuestra ciudad: En abril, el 7, hubo en esta provincia elecciones para elegir 3 diputados nacionales. La campaña electoral adquirió en Gualeguay las características de siempre, con las mismas denuncias, las mismas mañas, los corralones, las churrasqueadas, la taba y alguna pendencia inevitable. Los radicales denunciaron que un dirigente del Partido Unión Provincial, oficialista "había instalado una mesa para el expendio de boletas en la Escuela misma, en donde se efectuaba el comicio" en la Primera Sección Chacras. De allí lo hizo retirar el apoderado radical E. Belascain, pero aquél, retirándose unos cincuenta metros, "instaló nuevamente su mesa" junto al lugar donde funcionaba una cancha de taba. ¡Porfiado el hombre! A esta justa electoral concurrió el oficialista Partido Unión Popular con Alejandro Carbó y Eduardo Sobral como candidatos y la Unión Cívica Radical que resolvió levantar la abstención en Entre Ríos y enfrentar la lucha comicial y en la Convención reunida en Paraná el 20 de marzo eligió candidatos al Dr. Miguel Laurencena y al Dr. Gregorio E. Morán, como se ve, dos vecinos de Gualeguay, lo que es demostrativo de la importancia y jerarquía de los dirigentes lugareños, en el partido político que dos años más tarde asumiría el gobierno entrerriano con el Dr. Laurencena precisamente. Como el Dr. Moran renunció, fue otro dirigente gualeguayense el reemplazante, el Dr. Celestino I. Marcó. También participó en la contienda electoral el Partido Independiente con estos candidatos: Leopoldo Herrera —notable educador— y Carlos Meló. Con relativa tranquilidad y orden se realizaron estas históricas elecciones —primeras con la ley Sáenz Peña— y este fue el resultado: Carbó, 20.255 votos; Sobral, 19.700; Laurencena, 18.573; Marcó, 17.338; Herrera, 3.502 y Meló, 3.245. En Gualeguay se impuso la Unión Cívica Radical con una mayoría de 431 votos. En consecuencia ingresaron al parlamento nacional Carbó y Sobral por la mayoría y Laurencena por la minoría. Como cierre de esta nota compartimos el primer triunfo peronista en nuestra ciudad, para cerrar la grieta histórica: “La campaña peronista inició una nueva forma de actividad proselitista. Desapareció el viejo comité con la clásica jugada de taba, asado y vino, la campaña fue casi silenciosa, sin grandes despliegues de los candidatos a lo largo y ancho del país y de las provincias y de los departamentos, pero el peronismo utilizó con inteligencia y precisión la radiotelefonía que alcanzaba prác ticamente todo el país y así, sin que la oposición lo advirtiera, el peronismo fue penetrando principalmente en la clase media baja y en los cada día más numerosos sectores obreros, que eran los grupos mayoritarios del país. La aparente inamovilidad del peronismo contrastaba con la estridencia y el triunfalismo de los candidatos de la Unión Democrática, poseídos de una irritante soberbia sobre los «descamisados» como había denominado Perón a sus seguidores quienes les recordaban a los sectores oligárquicos que integraban la Unión Democrática «la chusma» en la época de Hipólito Irigoyen. Los candidatos peronistas fueron, para senador provincial el Sr. José Costa Comesaña, para diputados provinciales el Dr. César A. Mochi y el Sr. Roberto G. Morán. Contaba el movimiento con el apoyo periodístico del diario Justicia, que era dirigido por el candidato a senador. El 24, con una afluencia de votantes que alcanzó el alto porcentaje del 80% se realizaron las esperadas elecciones, las que fueron absolutamente normales, bajo la custodia de las Fuerzas Armadas, lo que ocurría por primera vez. Los oficiales y suboficiales responsables actuaron con total corrección. El delegado militar en Gualeguay, Coronel Luis María Moreno, informó a la finalización de los comicios a los periodistas de los diarios El Debate, Justicia y Pregón sobre la normalidad reinante durante todo el día en el Departamento. Los resultados de la elección en Gualeguay fueron éstos: Laboristas (peronistas) 4.062, Radicales 3.557, Demócratas 1.388. Con estos guarismos se consagraban, senador provincial, el Sr. José Costa Comesaña, y diputado provincial a César A. Mochi. Diputado nacional por la minoría radical fue consagrado el Dr. Luis R. Mac'Kay. El 24 de abril , al constituirse la legislatura de Entre Ríos, fue nombrado por sus pares, presidente del Sena do el representante de Gualeguay Sr. Costa Comesaña”.
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