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» Diario Cordoba
Fecha: 26/10/2025 10:35
Son más que nunca, resisten a las crisis con una fortaleza superior a la media, muchos de ellos no alcanzan a ganar, una vez paga impuestos y descuentan gastos, mucho más que el salario mínimo y hay bastantes más hombres que mujeres. Son los trabajadores autónomos, un colectivo que agrupa a más de tres millones de personas en España y que aporta casi el 16% del PIB de la economía del país. En España hay 3,4 millones de autónomos dados de alta en la Seguridad Social. Actualmente, el colectivo de trabajadores por cuenta propia se encuentra en máximos históricos y ha demostrado una sustancial resiliencia durante las últimas crisis o episodios de inestabilidad. Es un ‘modo de vida’ al que se abonan más los hombres (17%, sobre el total de hombres ocupados) que las mujeres (11,4%). Y aquellos que tienen algún empleado a cargo y trabajan con alguien más que ellos mismos son minoría. No alcanzan el medio millón, es decir, representan menos del 15% del total de afiliados al RETA. La mitad de los trabajadores por cuenta propia en España han superado el medio siglo de vida. Emprender y montar un negocio propio es más complicado (y requiere más dinero) que buscar un empleo como asalariado y eso se nota a la hora de orientar a los más jóvenes hacia uno u otro camino. Entre los menores de 30 años es tres veces más frecuente tener un trabajo que ser trabajador por cuenta propia. Si bien, en consonancia con el conjunto de la población y de la población trabajadora, el envejecimiento de los autónomos ha aumentado durante la última década. Según los últimos datos de la EPA, la edad media de un trabajador por cuenta propia es de 48 años, frente a los 43 años que registraba hace dos décadas. En cambio, entre los asalariados la edad media es hoy de 43 años y hace dos décadas era de 38 años. La mayoría de autónomos, como sucede con el resto de trabajadores y es común en todas las economías occidentales, se dedican al sector servicios. Son hosteleros, comerciantes, abogados, arquitectos o terapeutas, entre muchos otros. Tres de cada cuatro trabajadores por cuenta propia se dedican al sector servicios. No obstante, la proporción de autoocupados en la agricultura y la construcción es mayor que entre los asalariados, de la misma manera que es menor en la industria. Por territorios, las Islas Baleares, Galicia y Extremadura son los territorios con mayor peso del tejido autónomo en relación al total de ocupados; frente a Madrid, Navarra y Murcia, por ese orden, que es dónde menos autoempleados hay. El número de autónomos que ha nacido fuera de España va al alza y sin su aportación difícilmente se podrían alcanzado los máximos históricos que recogen actualmente las estadísticas de ocupados. Dos de cada 10 trabajadores por cuenta propia son de origen extranjero, misma proporción que entre los asalariados, si bien entre los autónomos el número de foráneos ha crecido en mayor medida. Y es que mientras hoy representan el 20% del total de afiliados al RETA, hace dos décadas apenas eran el 6%. China, Rumanía e Italia son los países con mayor número de autoempleados cotizando en la Seguridad Social española, seguidos algo más de lejos por Marruecos y Reino Unido. Hacerse autónomo no es un negocio muy lucrativo para una parte importante del colectivo. Uno de cada tres autoempleados –casi 1,3 millones de personas- declara que gana el equivalente al salario mínimo interprofesional (SMI) o menos, según los datos de la última campaña de regularización de cuotas realizada por la Seguridad Social. En el otro lado de la balanza, hay otro grupo, menor, que declara ganar más de 3.500 euros mensuales. Estos representan algo más de medio millón de personas. Entre asalariados y autónomos existe una diferencia de ganancias y de tiempo. De media, los trabajadores por cuenta propia suelen echar más horas a la semana que los trabajadores por cuenta ajena, además de ser más frecuente que faenen los fines de semana o a horas intempestivas. Según los últimos datos de la EPA, la jornada media de un autónomo es de 42 horas semanales, frente a las casi 35 horas que hace, de media, un asalariado del sector privado, donde cohabitan sectores con jornadas legalmente diferentes y tiempos parciales con completos.
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