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» Diario Cordoba
Fecha: 26/10/2025 10:27
"Presidente, hay muchos muertos". Alrededor de las 20 horas de la tarde del 29 de octubre de 2024 (nadie ha sido capaz de fijar la hora precisa, pero las fuentes consultadas por este periódico siempre dan como referencia el entorno de las 20 horas), el jefe del Consell, Carlos Mazón, llega caminando hasta la puerta del Palau. Ha hecho andando el recorrido entre el parking de Glorieta Paz, donde se ha despedido de la periodista Maribel Vilaplana tras salir del restaurante El Ventorro después de una larga comida, de casi cuatro horas. A la entrada de la sede de la Generalitat de la calle Caballeros, le espera uno de los miembros de su equipo, Josep Lanuza. Él es el que le dice la frase: "Presidente, hay muchos muertos". Sólo en ese instante Mazón empieza a vislumbrar la dimensión de la tragedia, que hasta ese momento no ha sabido valorar en toda su magnitud. Del Palau se van hacia el Cecopi. Por el camino, en los móviles reciben el Es-Alert. Desde el mismo momento en que se produjo la tragedia que segó la vida de 229 personas y de la que se va a cumplir un año, lo que hizo o dejó de hacer el presidente de la Generalitat aquel día ha estado en el centro de la polémica. Primero se trató de ocultar que había estado en una comida. Luego se supo que ésta había sido en el restaurante El Ventorro y que la otra comensal había sido Vilaplana, a la que según la versión oficial citó para ofrecerle la dirección de À Punt, propuesta que la comunicadora declinó. Después se sucedieron las versiones sobre la condición de la propia comida, que primero se justificó que no figurara en la agenda oficial porque era "privada", más tarde se dijo que era "de trabajo" y por fin se acabó señalando, para no entregar la factura de la misma que la oposición pidió en las Corts, que era "de partido", algo que nunca ha casado con el objetivo confesado del almuerzo: si se trataba de una reunión, manteles por medio, para tantear a una periodista para la dirección del ente público, ¿qué sentido tiene que Mazón fuera a ella como presidente del partido y no del Consell, ya que, con los últimos cambios legislativos introducidos por su gobierno con el apoyo de Vox, la designación recae en el consejo de administración de À Punt, compuesto en una amplísima mayoría por propuestos por el Ejecutivo? Desde el entorno de Mazón se mantuvo inicialmente que el fin del almuerzo fue alrededor de las 17 horas. La comunicadora, a través de portavoces autorizados, afirmó que el encuentro concluyó sobre las 17.30 y el propio president de la Generalitat hizo suyo ese horario: alrededor de las 17.30 él se fue hacia el Palau, donde permaneció en su despacho, permanentemente informado, hasta que pasadas las 20 horas se dirigió al Cecopi, el centro de dirección de la emergencia, adonde llegó, según las imágenes de vídeo hechas públicas más tarde por la propia Generalitat, a las 20.28 horas. Antes, a las 20.11, se había lanzado el Es-Alert que la jueza que investiga el caso considera tardío, erróneo e inútil a esas horas, en las que la mayoría de las víctimas ya habían fallecido. Esa secuencia horaria fue corregida en una carta abierta hecha pública por Maribel Vilaplana el 5 de septiembre, diez meses después de la catástrofe, en la que la periodista rectificaba su versión anterior y afirmaba ahora que la comida con Mazón no terminó a las 17.30, sino entre las 18.30 y las 18.45. La Generalitat no ha contradicho a la periodista, lo que implica dar por bueno que en momentos críticos de la alerta el jefe del Consell continuaba un almuerzo en apariencia intrascendente, sin que lo que estaba ocurriendo, con ciudadanos aislados por las aguas y cadáveres en calles y garajes, le hiciera alterar sus planes. Pero queda por responder a la pregunta de qué hizo en todo caso Carlos Mazón desde que acabó la comida en El Ventorro, según Vilaplana, entre las 18.30 y las 18.45 horas, y su llegada al Cecopi, a las 20.28. Porque la Generalitat no ha aportado ninguna prueba, ni a la causa judicial, ni a las Corts, ni a los medios que han preguntado por ello, de que el president estuvo ese tiempo en su despacho. Juntos hasta el ‘parking’ La versión que este periódico ha podido contrastar en fuentes muy cercanas al propio Mazón difiere completamente de la oficial. Según esos testimonios, Mazón abandonó El Ventorro en compañía de Vilaplana y acompañó a la periodista al parking cercano Glorieta Paz, donde esta tenía su vehículo. Tanto la comunicadora como el president reconocen ahora por primera vez este extremo. Así lo manifiestan a este diario fuentes autorizadas próximas a ambos, que añaden que desde allí Mazón fue a pie hasta la calle Caballeros, si bien, según su versión, bastantes minutos antes de las 20 horas. Lanuza, el asesor que pronunció la frase que encabeza esta información ("Presidente, hay muchos muertos"), es un politólogo valenciano que se ha convertido en uno de los colaboradores más próximos a Mazón. Fue ya uno de los pocos acompañantes del president en su reunión con Pedro Sánchez en la Moncloa, antes de la riada. Ese día fatídico, aparece a su lado entrando al centro de emergencias de l’Eliana a las 20.28 horas en la imagen difundida por la Generalitat para documentar el momento de la llegada del jefe del Consell. A Lanuza es habitual verlo en el interior del Palau de la Generalitat y sus alrededores desde entonces hasta ahora, si bien no es personal eventual de Presidencia, sino que está contratado por el PPCV. "Trabaja con nosotros en campañas publicitarias con honorarios pagados por su trabajo", aseguran fuentes de la formación a este diario. Mazón, en la sede de Emergencias, el día de autos de madrugada. / L-EMV Tras la llegada de la comida, las fuentes consultadas discrepan sobre si Mazón, para el que la frase de Lanuza fue un shock, entró en el Palau para cambiarse de ropa o ya llegó con un terno nuevo, pero en todo caso coinciden en que la salida desde el Palau al Cecopi fue casi inmediata tras esa frase de que había "muchos muertos". Las palabras de Lanuza fueron un escopetazo en la cara de un Mazón que hasta ese momento no era consciente del desastre. Salvo ellos dos, presidente y asesor, nadie sabe qué pasó a continuación. Pero la versión de alguien muy cercano a Mazón señala que éste, demudado, le preguntó qué quería decir, qué es lo que estaba expresando cuando afirmaba "hay muchos muertos". "No lo sé, presidente, no puedo concretar. Sólo me han dicho que hay muchos muertos", asegura dicha fuente que respondió Lanuza. Ese fue el momento en que para Mazón todo cambió. Presidencia de la Generalitat rechaza comentar esta escena y se remite a lo mantenido hasta ahora por el jefe del Consell en Corts y en las entrevistas por el Nou d’Octubre. Por su parte, una fuente autorizada próxima a Vilaplana asegura a Levante-EMV que, en efecto, tras salir de El Ventorro entre las 18.30 y las 18.45 horas, el president acompañó a la periodista hasta el aparcamiento citado, a escasos minutos a pie, algo que califica como gesto de total "normalidad". Desde allí, enfatiza, cada uno siguió su camino.
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