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» Diario Cordoba
Fecha: 26/10/2025 10:25
La actualidad a veces entrelaza curiosas conexiones y sugerencias. La imagen de miles de palestinos retornando por la carretera litoral de Al Raschid hacia un entorno de muerte y desolación apocalíptico sin duda permanecerá como imagen icónica de una tragedia para la que es difícil encontrar adjetivos. Pero que , por su proximidad a la pasada edición de Cosmopoética, pone de actualidad de nuevo los versos de Carlos Drummond , que con la silueta de una flor –perforando el asfalto para resurgir en mitad de la adversidad- simbolizaba en su cartel la resistencia y la esperanza en medio de un mundo caótico e insatisfactorio, especialmente en lo social y lo político. Una edición que además cerró con La Corredera poblada de banderas palestinas reivindicando la paz para Gaza y con David Uclés haciendo lo propio desde una de las ventanas de la Plaza de las Cañas tras revivir, en un heterodoxo pregón «de clausura», sus años de vivencias cordobesas como estudiante de Traducción e Interpretación en la UCO. En ellos comenzó a escribir su exitoso libro ‘La península de las casas vacías’, en el que la Guerra Civil española alcanza en algunos momentos dimensiones apocalípticas al revivir las largas columnas de caminantes hacia la frontera francesa y la costa levantina o al abordar los mil matices de un brutal enfrentamiento fratricida al que el realismo mágico hace que lo ideal o extraño aparezca como algo cotidiano y común. Uclés prefiere calificar sus páginas de prosa lírica, pero uno y otra son perfectamente compatibles. Ya Uslar Petri calificaba el realismo mágico como una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Y si en su texto no hay flores que emerjan entre las ruinas, sí plantas que congelan, hacen desaparecer a quienes las tocan o predicen los conflictos, dedaleras que disparan y otros vegetales inquietantes. Apenas pasados unos días, de nuevo la narrativa y las plantas comparten en algunos casos admoniciones sobre el futuro. Así, las creaciones de Flora advierten de la necesidad de reconectar con la Naturaleza y evitar los colapsos ambientales que se reflejan en los de nuestros propios corazones, cada vez más frágiles ante el ritmo vertiginoso que nos rodea como recuerda Michael Putnam. Menos mal que de ramas desoladas pueden brotar de nuevo flores como las de Paula Anta. En el caso de la narrativa, además de Uclés, es el recién premiado Nobel de Literatura Lazslo Krasznahorkai quien reafirma «en su obra, cautivadora y visionaria, el poder del arte en medio del terror apocalíptico» según la Academia sueca. Aunque de momento sea difícil el hacerse con alguno de sus libros en la feria, a la espera que el sello que los edita en España los reponga en el mercado. Sus exégetas advierten a los potenciales lectores que en ellos habrán de enfrentarse a frases infinitas que se extienden a lo largo de páginas y páginas sin un punto (aunque sí con comas) pero que a cambio accederán a universos, habitados por la melancolía o el absurdo, donde no faltan distopías, atmósferas extrañas o tintes mágicos construidos sobre realidades de la existencia humana y de la Historia. Y rememorando la cobertura informativa de aquella feria de 1975 de la que se cumplen ahora cincuenta años, recuerdo que en la lista local de ‘best sellers’ prosperaba ‘Noviazgo y matrimonio en la burguesía española’, del matrimonio Alejandra Ferrándiz, psicóloga, y el redactor jefe de ‘Cuadernos para el Diálogo’, Vicente Verdú, quienes llevaban ya más de veinticinco mil ejemplares vendidos en toda España. Le seguía en el ‘top ten’ de la misma lista ‘Cantes del pueblo para el pueblo’, textos que hubo de traerse Manuel Gerena en su Renault . Por entonces florecían más las ilusiones construyendo futuros. *Periodista
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