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Parana » Informe Digital
Fecha: 26/10/2025 01:47
Con el debut de la Boleta Única de Papel (BUP), más de 36 millones de ciudadanos argentinos están habilitados para votar este domingo en las elecciones que renovarán la mitad de la Cámara de Diputados (127 bancas) y un tercio del Senado (24 escaños). La Libertad Avanza (LLA), la alianza que lidera el presidente Javier Milei, y el peronismo nucleado en Fuerza Patria serán los actores centrales de una pulseada que estará marcada por la polarización y que solo se desnivelaría dentro del margen de error de las encuestas. De acuerdo a las previsiones de la mayoría de los especialistas, un resultado más abultado en favor del oficialismo o de la principal fuerza opositora, superior a los tres puntos porcentuales en la sumatoria de votos a nivel nacional, tendría un fuerte impacto tanto en el orden político como en la economía del país. En el caso de una derrota, el Gobierno se vería en la necesidad de una reingeniería del gabinete –con cambios que ya empezaron antes de las elecciones- y de su programa económico, que bajó la inflación pero socavó el nivel de actividad y mantuvo el tipo de cambio a un alto costo para las reservas del Banco Central. Para el Gobierno libertario y sus aliados políticos, como el Pro que se plegó a la alianza LLA en gran parte del país -aunque Mauricio Macri no hizo un llamamiento explícito ni se puso una casaca violeta y mantuvo la amarilla-, será determinante que puedan volver a captar a un sector independiente del electorado que se retrajo en los comicios de orden provincial que tuvieron lugar este año, especialmente en el decisivo territorio bonaerense, desencantado con los modos de Milei y los efectos adversos del ajuste de la “motosierra”. Tampoco ayudan al oficialismo los escándalos políticos como el que forzó a José Luis Espert a declinar su candidatura a diputado nacional, nada manos que a la cabeza de la lista de LLA en la provincia de Buenos Aires, pese a lo cual los bonaerenses encontrarán su rostro este fin de semana cuando miren la BUP al momento de votar, ya que la Justicia electoral no hizo a tiempo de ordenar la reimpresión de las papeletas. A los efectos legales y políticos, no obstante, ese lugar quedó para Diego Santilli, secundado por Karen Reichardt, quien no tiene ninguna experiencia política previa. Es una característica de la oferta electoral del oficialismo. En la vereda de enfrente, el peronismo colocó a un dirigente veterano, con amplia trayectoria como Jorge Taiana, pero que a la vez tiene una personalidad que no levanta olas a su paso. La baja intensidad en la campaña de Fuerza Patria, que no quisiera que cambie nada para repetir la contundente victoria electoral del 7 de septiembre, contrasta con la estridencia de los actos de Milei. En medio de internas que pudo mantener en un segundo plano, el PJ y sus aliados necesitan que la provincia de Buenos Aires traccione votos para seguir competitivos, pero este domingo también apuestan a ganar en otra docena de distritos. El peronismo llegó a la elección de medio término con Cristina Kirchner detenida con prisión domiciliaria, con Axel Kicillof probándose el traje de presidenciable para 2027 y con un Sergio Massa de un novedoso bajo perfil, pero relevante para el sostenimiento de la unidad de una fuerza cuyo acuerdo principal es “frenar a Milei”. Y que estuvo a cinco minutos de romperse antes del cierre de listas para las elecciones bonaerenses. De ahí que varios de sus principales dirigentes hablen por estos días, en reserva, del “milagro de la resurrección”. Además de LLA y Fuerza Patria, los actores protagónicos de la elección, aparece en un rol secundario pero llamativo la alianza Provincias Unidas, que debuta en las urnas en 14 distritos a partir de un acuerdo de seis gobernadores de origen macrista, radical e independiente del poder nacional, que en principio apoyaron a Milei pero que este año tomaron distancia cuando los libertarios dejaron claro que los enfrentarían en sus propias provincias. Este espacio tiene como referente al cordobés Juan Schiaretti, que se postula a diputado nacional, y a gobernadores como Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes) e Ignacio Torres (Chubut). Afrontan la dificultad de enfrentar la polarización nacional, pero tienen predicamento en sus distritos y buscan más peso en el Congreso. El mapa nacional de la elección legislativa marca con resaltador cuatro distritos, además de la provincia de Buenos Aires: Córdoba, Santa Fe, Mendoza y la ciudad de Buenos Aires. En los tres primeros, LLA ganó en los comicios para diputados nacionales de 2023 –el antecedente comparativo más inmediato-, mientras que en la Ciudad perdió con el extinto Juntos por el Cambio, pero se recuperó este año con un resonante triunfo ante el Pro, en comicios locales y anticipados. Ahora violetas y amarillos van juntos en la capital del país y su candidata más relevante es Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad que en diciembre se despedirá del gabinete para integrarse al Senado. Ese será otro factor central de la elección: los ocho distritos donde se elegirán senadores nacionales este domingo. A la ciudad de Buenos Aires se suman Tierra del Fuego, Río Negro y Neuquén, además de Entre Ríos, Chaco y Santiago del Estero. En esta provincia norteña dejará la gobernación Gerardo Zamora –hoy mismo se vota a su sucesor- para sumarse a la Cámara alta nacional. Es un aliado histórico del kirchnerismo, pero siempre mantuvo un criterio propio para negociar con el gobierno nacional de turno. También se elegirán senadores en Salta, donde compite el exgobernador Juan Manuel Urtubey. El nuevo Congreso La renovación del Senado ofrece un buen panorama para el oficialismo, que no renueva bancas y tendrá la posibilidad de sumar escaños, aunque –por más que gane en todos los distritos- no tendrá el control de la cámara. La misma lógica se impone en Diputados, donde LLA engrosará su representación desde el 10 de diciembre y podría alcanzar junto a sus socios el tercio necesario para sostener los vetos presidenciales, pero seguirá lejos del quorum para iniciar las sesiones y tratar las grandes reformas que están en la carpeta oficial. La elección tendrá lugar en medio de un proceso de retracción de los electores, que se verificó este año en los ocho distritos que ya fueron a las urnas (Salta, Jujuy, Chaco, San Luis, la Ciudad de Buenos Aires, Misiones, Santa Fe, Formosa y Corrientes), donde el promedio de participación fue de 58%, casi 20 puntos debajo de la media histórica. También estará marcada por el debut de la BUP, que conlleva una preocupación por el aumento del voto nulo por la confusión de los electores al colocar las cruces y la falta de capacitación suficiente. Aún así, el reemplazo de la vieja lista sábana partidaria puede resultar positivo para la fiscalización. En la antesala de la elección hubo otro factor extremadamente novedoso: la intervención del Tesoro de Estados Unidos en el mercado financiero argentino, con unos US$2000 millones para respaldar a Milei y el equipo económico que tiene al ministro Luis Caputo como el principal responsable, justo cuando el esquema de las bandas de flotación del dólar estuvo bajo presión. La apuesta estratégica y geopolítica de la administración de Donald Trump, y de intereses que se mueven en torno al secretario del Tesoro, Scott Bessent, por apuntalar a Milei quedaron expuestos tanto en Washington como en Buenos Aires.
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