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» Diario Cordoba
Fecha: 25/10/2025 11:39
“Solo quería que fuera rápido, solo morir rápido, nada más”. “Si nos metemos ahí, morimos todos”. “No sabemos si vamos a ser rescatados, no sabemos si va a venir alguien”. Son algunas de las voces de las personas que fallecieron o estuvieron a punto de hacerlo en la fatídica tarde-noche del 29 de octubre. Las recogen los autores, afectados por la dana, Carmen Amoraga y Maxi Roldán en Lágrimas de barro (Planeta), una narración cronológica por horas del trágico día y los días anteriores, con testimonios de las víctimas y con un enfoque entre la crónica y la literatura. Una productora ya ha comprado los derechos de adaptación audiovisual. Es solo uno de los ejemplos de representación artística de la tragedia de la dana. En esta tierra de literatura, música, arte plástico, teatro y cine, la cultura se ha volcado con las consecuencias de la catástrofe. Se ha metido en el fango. Lo ha hecho desde la rabia de las muertes que pudieron ser menos, pero también desde el agradecimiento por la solidaridad y desde la esperanza en la reconstrucción. Arte para llorar a los que ya no están, para limpiar de barro las calles, para llorar a los que ya no están y para dar forma al futuro tras el arrase del agua. Libros para un duelo y para una reconstrucción “De la nit al matí / el carrer es feu riu / cabalós, / famolenc, / rabiós / de no ser / riu”. Así resume Marc Granell poéticamente la furia del agua el pasado 29 de octubre. Es uno de los más de cien poemas “de urgencia” compilados en la antología solidaria Que torne la joia pura del carrer! (Onada Edicions) que contiene versos de Jaime Siles, Jenaro Talens, Josep Piera, Ana Noguera, Lola Mascarell o Carlos Marzal. En el terreno de la novela, Marta Meneu ha escrito D’acer i de cristall (Bromera), protagonizada por Nora, una joven de esa generación “de cristal” que demostró su resistencia y que lo deja todo para ayudar en la zona cero. Así quedó la biblioteca de La Torre tras el paso de la dana / Levante-EMV Meses antes de este lanzamiento, otro libro se ofreció en los estantes de las librerías por una buena causa. De Renàixer del fang (Ara Llibres) se ha escrito que es “un libro para salvar librerías” y es cierto. Lo recaudado por los escritos de Pasqual Alapont, Xavier Aliaga, Manuel Baixauli, Vicent Baydal, Vicent Borràs, Núria Cadenes, Esperança Camps, Paco Cerdà, Ricard Chulià, Mercè Climent, Martí Domínguez, Zahia Guidoum, Víctor Maceda, Gemma Pasqual y Ferran Torrent se ha destinado a ayudar a la reconstrucción de las librerías de la zona cero. Otro proyecto similar, con textos de Marc Granell, Cristina Duran, Pau Valls, Enric Lluch Andreu Galan Lirios Bou, Belén Balaguer, Zoraida Zaro, Aina Garcia Carbó, Marc Llorens, Fani Grande, César Barceló, Fina Girbés i Miguel Ángel Giner Bou, el libro infantil Demà serà una cançó (Andana), donó lo recaudado por su venta a las bibliotecas arrasadas. Otro cuento infantil, Aurora , de Carmen Esteban, nació para explicar la dana a los más pequeños. Del mismo modo, Fressia y el día de la DANA es la historia de una niña cuya jornada escolar se ve interrumpida por “unos sucesos inesperados que traen caos y confusión”. Para los lectores primerizos está también el cuento Después de la tormenta (Kairat), de Beatriz Mansilla con ilustraciones de Lorena Mansilla. Por su parte, son ellos, los jóvenes, los que han escrito otra obra, DANA. Crónicas del barro , del alumnado del IES Berenguer Dalmau de Catarroja’ (Barlin), un libro contra el trauma. La crónica periodística ha centrado, por otro lado, buena parte de las propuestas. Destacan 29-O, Les hores del caos (Península), de Sergi Pitarch; Les cicatrius de València (Pòrtic), de Víctor Maceda; 20:11 reconstrucció judicial al minut de la dana (Sembra), de Lucas Marco, y Els morts de Mazón (Vilaweb), de Esperança Camps. En cuanto a ensayo, el interés se centra en la importancia mediática de la catástrofe, con títulos como Bulos y barro. Cómo la DANA ejemplifica el problema de los desórdenes informativos (Catarata), de Dafne Calvo, Germán Llorca-Abad y Lorena Cano-Orón. Y, para liberar las imágenes que se le habían quedado dentro, David Coronado ha autoeditado Dana. El día después, un relato autobiográfico de la tragedia y una selección de fotografías de los estragos del agua. Una voluntaria limpia sillas y libros de la biblioteca municipal de Aldaia. / D. A. S. J. Música: solidaridad y rabia “Del fang la flor s’alça sempre / més alta”. Los familiares versos de la canción Lodo, de Xoel López, reinterpretados en valenciano y con la voz de otros 17 artistas, fueron, durante meses, himno extraoficial del barro , el dolor por los 229 fallecidos y la solidaridad planetaria tras el arrase de la dana del pasado 29 de octubre de 2024. La Maria, Esther, Sandra Monfort, La Fúmiga, Samantha Gilabert. Y así hasta 17 nombres, la gran mayoría de ellos de artistas de la Comunitat Valenciana convirtieron Lodo en el We are the world de la dana. La iniciativa recibió el nombre de Veus per València. Un nombre muy similar, Voces de Valencia, es el que dio a su canción homenaje el edetano Rei Ortolá, que se hizo viral en redes sociales. Con el mismo espóritu solidario, un piano que la dana dejó cubierto de barro volverá a sonar en el Museo de la Rajoleria de Paiporta en un concierto el 27 de octubre impulsado por el músico local Néstor Calderer y el artista sonoro Edu Comelles, en el marco del proyecto "304558", que transforma la destrucción en memoria y sonido. Y los versos “Cada puente que cruzamos, una historia que escribir” acompañados de imágenes de voluntarios que cruzan el puente de la solidaridad son algunos de los que canta Juan Belda, que compuso Caminantes para no olvidar el impacto. A raíz de ese impacto, una veintena de artistas como Manolo García, David Bisbal, Estopa, Rozalén, Aitana, Amaia Montero, Pablo Alborán o Alejandro Sanz reinterpretan el Himno de la Alegría en su versión de Miguel Ríos. También de la primera línea de la industria musical llegó otra muestra de solidaridad, l a pieza Mano a mano de Julio Reyes Copello, productor y ganador de 15 Grammy , que interpretan las cantantes Maura Nava y La Espe a iniciativa de la Fundación Princesa de Girona. La Comunitat Valenciana es tierra de bandas y se ha visto tras la dana. Así, Chiva, muy golpeada por la riada, acogió este octubre un concierto impulsado por el Institut Valencià de Cultura (IVC), CaixaBank y la Federación de Sociedades Musicales con el estreno del pasodoble Espíritu solidario dirigido por Hugo Chinesta, con una banda de 65 intérpretes que vivieron en primera persona la emergencia. Uno de los mejores directores del mundo, el venezolano Gustavo Dudamel, dirigió en València a 150 músicos de las dos bandas municipales de Castellar-l'Oliveral y la Torre y 50 profesionales del resto de sociedades de la Comunitat Valenciana. Además, la Coral Polifónica de la Banda Primitiva de Llíria estrenó en Matera (Italia) un homenaje a las víctimas de la dana, 'Ací vaig nàixer', con versos de Vicent Andrés Estellés y música de Andreu Soler. También cuenta con las palabras de Estellés la canción Quan el cel es tanca , de Bèrnia , un grupo de mujeres, casi todas de l’Horta Sud, que deja un mensaje de esperanza: “Tots junts renaixerem”. En la zona cero, en Paiporta, la cantante Sole Giménez organizó en enero un concierto gratuito . Gustavo Dudamel, exdirector de la Ópera de París, dirige a 160 músicos de bandas valencianas afectadas por la dana / Levante-EMV Pero, antes de la esperanza, hay dolor y rabia. La que manifiestan Panxo y Pxllet de Zoo, que materializan la voluntad de dos asociaciones de víctimas de dejar constancia en una canción, 'Lladres de Sobretaula', de lo ocurrido el 29 de octubre de 2024. Con ellos cantan Pablo de La Raíz, Malifeta, Abril, Los Chickos del Maíz y Tito Pontet, un homenaje a las personas fallecidas, los afectados y el movimiento ciudadano que ayudó en la recuperación. También es rabia lo que expresa Miquel Gil en su Sense avisos , un tema que ha interpretado en manifestaciones contra la gestión del Consell en la dana y en el que madilce a quien “no ens va avisar”. Y Feliu Ventura vuelve a la cançó tras un parón de tres añlos con un tema interpretado al lado de La Maria, Noèlia Llorens ‘Titana’, Miquel Gil, Pep Gimeno ‘Botifarra’ y Vicent Torrent: Quan el cel es torna negre es “un grito coral contra la gestión de la dana”. “Según las previsiones, el temporal se desplaza hacia la Serranía de Cuenca”. Con un corte de voz del president de la Generalitat, Carlos Mazón, el propio 29 de octubre empieza el videoclip de Justicia poética de Benito Kamelas . También contiene imágenes de pancartas el tema El último golpe , de Los Chikos del Maíz. Cine y teatro: solidaridad y 1957 por el retrovisor "Si somos capaces de hacer esto ante una catástrofe así, ¿por qué no lo hacemos en el día a día?". Es la pregunta que le ha quedado a Víctor García después de días de rodar historias de voluntarios que acudieron a ayudar. Les dio forma en el documental Voluntarios, la riada silenciosa , que presentó en junio. De resiliencia, además, habla Resurgir, cómo seguir viviendo después de haber sufrido una tragedia , el nuevo documental de Miguel Ángel Tobías. Y, al pensar en la dana, resulta difícil no acordarse de la ‘riuà’ de 1957. En el documental Riadas , de José Luis Rancaño, se establece un paralelismo entre ambas catástrofes porque, asegura, coincidieron en la falta de previsión, en sus consecuencias y en el papel de los medios de comunicación. Una escena del documental 'Voluntarios, la riada silenciosa' en la que se ve a voluntarios en La Rambleta. / JC Fita A estas propuestas se sumó otra, surgida desde la Universitat de València: el documental Resistents: Dones després de la dana , dirigido por la periodista Elena Morales, que aborda el impacto "especialmente duro" de la dana sobre las mujeres. Desde el ámbito universitario, también desde la UV, llega una propuesta teatral: Un instant de bellesa, el primer espectáculo teatral sobre esta catástrofe. Fue estrenado por Escena Erasmus con texto de Carmen Amoraga, Carles Alberola, Màxim Huerta, entre otros, y dirigido por Josep Valero. Artes: del mural a la postal A María Martín, la dana le ha hecho más consciente de que “habitamos un territorio que no nos pertenece del todo”. Hugo Martínez-Tormo perdió su taller con la barrancada y es del 12% de artistas valencianos que aún no lo han recuperado. Son algunos de los 43 testimonios que conforman La huella de la DANA en la práctica artística , una reflexión colectiva impulsada por el Consorci de Museus (CMCV) con obras y voces de creadores. Se exhibe en el Centre del Carme, el mismo espacio en el que el artista urbano de Catarroja Pedro Mecinas pintó aves que alzan el vuelo. Un mensaje esperanzador. Predominan las obras de gran formato. El madrileño Kike Meana, por ejemplo, se ha instalado todo el verano en la Costa Brava para pintar ante público el cuadro de grandes dimensiones -que pretende que sea “ el Guernica de la dana”- que donará a València en este primer aniversario. Contiene un ninot embarrado, pescadoras valencianas a la manera de Sorolla, huerta, naranjas y mucho dolor y desconcierto. También gigante es el homenaje a los voluntarios de Paco Roca y Martín Forés , una mujer con botas de agua, un cubo y una escoba, que ocupa toda una pared de La Rambleta. Otra propuesta, más polémica, es el mural que se exhibió en la Universitat Politècnica de València como parte de la muestra artística estudiantil PAM! 2025. Se trata de un grafiti que representaba al jefe del Consell vestido de reo y sosteniendo un cartel con la cifra 228 (por los entonces 228 víctimas). De un tamaño algo más pequeño son los carteles de la iniciativa Posem color a l’Horta Sud, gracias a la que aún hoy cuelgan de muchos balcones pancartas con lemas como “No ser res si no s’és poble” o “Eixirem del fang”. El arte juega también a imaginar un futuro mejor. Por ejemplo, una Paiporta futurista y resiliente . Es la propuesta que l’EASD Castelló presentó, con el título From Flood to Future (De la inundación al futuro) para el evento Biodesign Challenge 2025 que se celebró en junio en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York. La fotografía también ha puesto cara a víctimas y protagonistas de la tragedia. En la muestra Andana. Lugares de memorias, por ejemplo, el Centre del Carme exhibió fotografías de algunos de los voluntarios que arrimaron el hombro para levantar las toneladas de lodo que asolaron la provincia de Valencia. Junto a ellas, se exhibió una selección de fotografías de álbumes familiares que forman parte del proyecto Salvem les fotos de las universidades públicas valencianas , que recuperaron miles de fotografías familiares dañadas por el agua y el barro. También desde el mundo de la ilustración se han volcado con el dolor de la zona cero. El artista urbano Escif compartió en sus redes sociales una ilustración del president Mazón con un traje demasiado grande que hablaba por sí sola. En otra ilustración, decenas de voluntarios forman parte de una enorme escoba que recoge el fango de las calles. También Luce organizó una venta solidaria de una serie de dibujos con imágenes y textos vinculados a los efectos del drama. En uno se puede leer ‘No alarms’, una referencia a la falta de avisos. También la ilustradora África Pitarch plasmó en una mujer que llora con el agua hasta las rodillas el dolor de los valencianos. Decenas, centenares de símbolos de duelo y resistencia desde todas las artes. Como, en ocasiones, una imagen vale más que mil palabras, esa mezcla de emociones la resume el torrentino Juanjo Gasull, cuyas ilustraciones han acabado en varias ocasiones en The New York Times. En el montaje que compartió hace ahora casi un año, hay agua y un color marronáceo y denso, como fangoso. Pero del agua sale, fuerte, un ala de murciélago que resiste. Que se salva.
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