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» Radiosudamericana
Fecha: 25/10/2025 04:20
Viernes 24 de Octubre de 2025 - Actualizada a las: 17:01hs. del 24-10-2025 AUSTRALIA La pequeña de tres años desapareció en 1970 en una playa de Australia y nunca más se supo de ella. Cinco décadas después, su hermano rompió el silencio y contó el drama que marcó su vida: ““Recuerdo las palizas que recibí, el odio que mi padre". Han pasado 55 años desde la misteriosa desaparición de Cheryl Grimmer, la niña británica de tres años que se perdió sin dejar rastro en una playa de Wollongong, Nueva Gales del Sur (Australia). El caso, ocurrido el 12 de enero de 1970, volvió a cobrar relevancia luego de que un parlamentario australiano exigiera reabrir la investigación, ante nuevos cuestionamientos sobre el accionar policial de aquella época. La familia Grimmer había emigrado desde Bristol, Inglaterra, en busca de un nuevo comienzo. Pero aquel día, su vida cambió para siempre. Mientras la madre de Cheryl, Carole, recogía las pertenencias del grupo, la pequeña desapareció de una ducha pública frente al mar. Nunca más se la volvió a ver. A más de medio siglo del hecho, su hermano Ricki Grimmer, quien tenía apenas siete años en ese entonces, habló por primera vez sobre la tragedia familiar y reveló durísimos detalles: “Fue entonces cuando cometí el error fatal de irme a buscar a mi madre”, confesó en diálogo con un medio local. Ricki recordó con dolor que fue él quien advirtió que su hermanita no salía del baño, sin imaginar que sería el último momento en que la verían con vida. “Recuerdo las palizas que recibí, el odio que mi padre me tenía porque me culpaba por haberla abandonado”, relató. A partir de ese día, las autoridades desplegaron una búsqueda masiva, pero los esfuerzos fueron en vano. Cheryl nunca fue encontrada. Décadas más tarde, un hombre identificado como “Mercury” confesó el crimen durante un interrogatorio policial en los años 70. Sin embargo, aunque fue arrestado y acusado, se declaró inocente en 2024. La semana pasada, la familia Grimmer publicó un extenso documento en el que señaló graves errores de las autoridades australianas durante la búsqueda y las investigaciones posteriores. Ante esto, el parlamentario Jeremy Buckingham solicitó reabrir el caso y revisar las conclusiones policiales que, durante cuatro años, no lograron aportar nuevas pistas sobre el destino de Cheryl. “No sabíamos si estaba viva o muerta. Pero nunca dejamos de buscarla”, expresó Ricki, quien, a sus más de 60 años, aún conserva la esperanza de obtener justicia por su hermana menor.
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