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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/10/2025 20:08
Un objeto metálico de gran tamaño hallado en una zona remota de Australia despierta interrogantes sobre su origen y moviliza a autoridades y expertos en busca de respuestas (Western Australia Pilbara Police) Un objeto metálico de gran tamaño, aún humeante, sorprendió a un grupo de trabajadores de una mina en la remota región de Pilbara, en Australia Occidental, el pasado 18 de octubre. El hallazgo, realizado a unos 30 kilómetros al este de la localidad de Newman, generó sospechas sobre la posible caída de restos espaciales y motivó una investigación oficial, según informó Smithsonian Magazine. Las primeras averiguaciones, lideradas por la Policía de Australia Occidental y la Agencia Espacial Australiana, sugieren que el objeto no procede de un avión comercial y está compuesto en su mayor parte por fibra de carbono. La agencia espacial australiana estima que podría tratarse de un tanque de propelente o recipiente presurizado perteneciente a un vehículo de lanzamiento espacial. Les Andrews, superintendente interino de Pilbara, explicó a medios locales que recurrió a herramientas de inteligencia artificial (IA) para analizar imágenes del objeto y buscar posibles identificaciones. Tras someter una foto a un sistema de IA, las sugerencias apuntaron a la posibilidad de un reingreso de basura espacial, lo que coincide con la hipótesis bajo investigación, señaló Andrews, según Smithsonian Magazine. Las herramientas de inteligencia artificial se suman a la búsqueda de respuestas ante la creciente acumulación de desechos en órbita terrestre (Western Australia Pilbara Police) Hipótesis sobre el origen y opiniones de expertos El descubrimiento generó distintas hipótesis entre especialistas. Alice Gorman, arqueóloga espacial de la Universidad Flinders de Australia, indicó que el fragmento podría corresponder a la cuarta etapa de un cohete Jielong —lanzado por China a finales de septiembre—, y que habría permanecido en órbita antes de caer de manera inesperada. La experta advirtió que no existían predicciones anticipadas sobre su reingreso. Marco Langbroek, ingeniero aeroespacial de la Universidad Tecnológica de Delft, Países Bajos, coincidió en que se trataría de la etapa superior de un cohete Jielong 3, según publicó en su blog SatTrackCam Leiden. Sin embargo, Steven Tingay, director ejecutivo del Instituto de Radioastronomía de Curtin, advirtió que no existen pruebas concluyentes que permitan atribuir el fragmento a un lanzamiento concreto. “He visto esa especulación en línea y podría ser posible, pero se necesitarían evidencias que lo vinculen con un objeto concreto”, afirmó en declaraciones citadas por Smithsonian Magazine. Las autoridades australianas, mientras tanto, prefirieron no señalar a un país hasta obtener resultados definitivos. Aumento de basura espacial y debate internacional Especialistas debaten si el objeto corresponde a piezas de un cohete chino, mientras advierten sobre la dificultad de rastrear la procedencia exacta de la basura espacial (Western Australia Pilbara Police) El caso se presenta en un escenario de preocupación internacional por el aumento de la basura espacial. Según la Agencia Espacial Europea, en 2024 reingresaron a la atmósfera terrestre 1.200 objetos intactos y se proyecta que esta cifra continúe en ascenso. Desde el inicio de la era espacial en la década de 1950, la cantidad, masa y superficie total de desechos en órbita se incrementó aceleradamente, constituyendo un desafío global para la seguridad y el medioambiente sobre la Tierra, de acuerdo con Smithsonian Magazine. El hallazgo revitalizó el debate internacional sobre los riesgos derivados de la proliferación de restos espaciales y la urgencia de establecer mecanismos de gestión más eficaces. La Agencia Espacial Europea advierte que estos fragmentos representan un peligro no solo para satélites y misiones en órbita, sino también para personas e infraestructuras terrestres. La ausencia de regulaciones globales estrictas y la dificultad para determinar el origen exacto de los restos obstaculizan la creación de soluciones coordinadas, aspecto considerado prioritario por expertos y autoridades. Mientras especialistas y autoridades australianas prosiguen con el análisis del objeto hallado, el caso mantiene vigente la discusión acerca de los desafíos que implica el aumento del tráfico espacial y la acumulación de desechos en órbita. La gestión de estos riesgos permanece en el centro de la agenda internacional, ante la falta de soluciones definitivas y la persistente aparición de incidentes inesperados.
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