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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/10/2025 08:42
El protocolo ERABAS permite una recuperación acelerada tras la cirugía reconstructiva de mama (Imagen Ilustrativa Infobae) Cada año, más de 22.000 mujeres en Argentina reciben el diagnóstico de cáncer de mama, cifra que representa el 32,1% de los casos oncológicos totales. Esta enfermedad constituye la principal causa de muerte por tumores en mujeres, con 6.100 fallecimientos anuales, según el Instituto Nacional del Cáncer. Para muchas pacientes, acceder a una reconstrucción mamaria se vuelve un factor central en su recuperación física y emocional. La cirugía reconstructiva de mama tras el cáncer se ha consolidado como una alternativa efectiva ante las necesidades clínicas y los efectos sobre la autoimagen. “Primero hay que tener en cuenta el impacto que genera la palabra cáncer. Aunque hoy ya no es sinónimo de una sentencia de muerte, sigue provocando un efecto muy profundo en cualquier persona que recibe ese diagnóstico”, explicó a Infobae Ana María De Lodovici, médica psiquiatra y psicoanalista, miembro de Asociación de Psiquiatras de Argentina (APSA) y de la Asociación Médica Argentina (AMA). De Lodovici aclaró que la experiencia de la mastectomía representa una carga emocional: “Por un lado, la enfermedad en sí, y por otro, la vivencia de la mutilación. Muchas mujeres se sienten menos femeninas, evitan mirarse al espejo o sacarse el corpiño, e incluso les cuesta volver a tener relaciones sexuales. Su autoimagen se ve dañada, sienten que ya no pueden mostrarse, y eso afecta directamente su identidad y su autoestima”. En diálogo con Infobae, el cirujano plástico Juan Manuel Seren, creador del Protocolo ERABAS (Enhanced Recovery After Breast Augmentation Surgery), hizo hincapié en el peso anímico: “Siempre me llamó la atención cómo muchas pacientes decían, ‘doctor, me siento mutilada’, ¡qué palabra fuerte! Y eso siempre me impactó mucho”. La reconstrucción mamaria contribuye a restaurar la autoestima de mujeres que superaron el cáncer (Imagen Ilustrativa Infobae) La reconstrucción mamaria puede realizarse por dos métodos: autólogo (con tejido propio) o heterólogo (con expansores e implantes). Según Seren, “la reconstrucción con la secuencia expansor-implante es hoy en día el estándar de oro a nivel mundial”. Esta modalidad permite procedimientos más breves y menor morbimortalidad, lo que facilita la reintegración temprana de las pacientes. La técnica de injerto graso cumple una función complementaria. Seren señaló que “la transferencia de injerto graso es una técnica esencial para mejorar el resultado”, ya que aporta espesor y calidad a la piel reconstruida en sucesivas sesiones. Los avances en cirugía reconstructiva renovaron el impacto sobre la recuperación. De Lodovici explicó que “la posibilidad de la reconstrucción mamaria hoy es realmente excelente, y los avances de los últimos años marcaron una diferencia enorme”. También destacó que “para una paciente, saber que va a poder reconstruirse y no quedar mutilada cambia por completo su manera de afrontar el tratamiento oncológico. Les da esperanza, fuerza y una mirada diferente: ya no se trata solo de luchar contra el cáncer, sino de hacerlo sabiendo que pueden recuperar su cuerpo y su identidad”. Seren precisó que el objetivo principal es “devolver a la paciente la seguridad y la autoestima y devolver esa imagen que tenía antes de esta enfermedad”. Remarcó el papel del equipo multidisciplinario, que incluye mastólogos, oncólogos y ginecólogos. El acompañamiento multidisciplinario es clave en el proceso de recuperación física y emocional (Imagen Ilustrativa Infobae) La cirugía mamaria ocupa el segundo lugar a nivel global entre los procedimientos estéticos. De acuerdo con la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), el ranking de cirugías en mujeres está encabezado por la liposucción, con 1.898.880 intervenciones en 2023. El aumento de senos figura segundo, con 1.868.360 procedimientos, seguido de la cirugía de párpados (1.353.566), la abdominoplastia (1.033.264) y el levantamiento de senos (903.266). Implementación del protocolo ERABAS y su repercusión El protocolo ERABAS, desarrollado por Seren, introdujo principios de recuperación acelerada, favoreciendo que la mayoría de las pacientes retomen su vida habitual en menos de 24 horas, sin dolor relevante, drenajes ni vendajes tras la operación. Un estudio publicado en 2024, cuyo autor principal fue el doctor Serán, evaluó la técnica en 2.906 pacientes entre 2010 y 2020, de las cuales el 95,32% logró reincorporarse en 24 horas, mientras solo siete requirieron una semana por complicaciones agudas. Según el trabajo, la ubicación del implante es relevante: la técnica de bolsillo subfascial permitió una recuperación más veloz, mientras que la llamada doble plano se asoció a mayor probabilidad de recuperación más tardía. El protocolo, que adapta a la mama el métodos de Fast Track Surgery, ha sido adoptado en otros países y marcó un cambio dentro del ámbito internacional. Juan Manuel Seren desarrolló un método innovador que mejora la reincorporación diaria de las pacientes (Freepik) Mitos sobre la reconstrucción mamaria Entre las creencias erróneas, Seren refutó cuatro mitos principales: Mito: Los implantes mamarios interfieren en la detección del cáncer de mama mediante mamografía o ecografía: Verdad: “Está demostrado que los implantes mamarios no interfieren en la pesquisa de un cáncer de mama (mamografía o ecografía). La prevención depende de la constancia de la paciente en realizar sus estudios de control anuales o semestrales”, apuntó Seren. Mito: Los implantes deben cambiarse obligatoriamente cada 10 años: Verdad: “Los implantes actuales tienen una vida útil mucho más larga y prolongada que los implantes del pasado”, explica Seren. “No es necesario cambiarlos estrictamente cada 10 años, pero sí se recomienda realizar controles”. Mito: Existe una cirugía reconstructiva “low cost” que pueda ser segura y de calidad: Verdad: “En cirugía plástica no existe el ‘low cost serio´”, advirtió Seren. “Si un tratamiento tiene un costo muy bajo, se está resignando algo en la calidad de la atención, los materiales utilizados o la infraestructura quirúrgica”. El cirujano enfatizó que es fundamental que las cirugías se realicen en centros quirúrgicos de alta complejidad y con cirujanos certificados miembros de entidades como la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires o la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Mito: El resultado de la reconstrucción mamaria será perfecto. Verdad: Para la psiquiatra De Lodovici, “ninguna reconstrucción es perfecta”. La especialista resalta que la intervención atraviesa también aspectos emocionales y psicológicos: “La paciente necesita comprender que tiene un cáncer con el que debe pelear, que debe tolerar los tratamientos oncológicos y que puede acceder a una reconstrucción, pero entendiendo que no volverá a ser exactamente la misma de antes. Va a quedar bien, va a poder verse y sentirse mejor, pero siempre hay una pérdida emocional”. Más de 22.000 mujeres reciben cada año el diagnóstico de cáncer de mama en Argentina (FDA) Procedimientos, equipo médico y alternativas La planificación de la reconstrucción depende del estadio del cáncer y puede realizarse junto a la mastectomía o diferirse, según el caso. Seren indicó que en ocasiones el procedimiento puede comenzar en una primera intervención y requerir posteriores etapas, sobre todo si se detectan déficit de tejidos o antecedentes de radioterapia. En tales circunstancias, suelen emplearse técnicas con expansores, prótesis y, cuando es necesario, colgajos de otras zonas corporales. El acompañamiento psicológico es clave tanto si se opta por la reconstrucción como si se decide no realizarla. De Lodovici analizó: “Más allá de si se realiza o no una reconstrucción, todas saben que ya no son las mismas de antes. Lo importante es que comprendan que pueden ser una nueva versión de sí mismas, una nueva mujer, con un cuerpo distinto, pero igualmente valioso. Ayudarlas a entender que ese cuerpo nuevo puede seguir siendo fuente de placer, de felicidad y de pasión”. Importancia de la detección temprana y costos Según Pro Mujer, organización social activa en temas de género en Latinoamérica, el cáncer de mama genera más de 460 millones de dólares en costos directos cada año en Argentina, con pérdidas de productividad superiores a 300 millones de dólares. Las estrategias de diagnóstico temprano pueden reducir hasta un 30% los costos asociados al tratamiento en fases avanzadas. El cáncer de mama es la principal causa de muerte por tumores en mujeres argentinas (Gaceta Médica) Durante 2024, el chatbot de Pro Mujer orientado a cáncer de mama fue utilizado por más de 5.500 mujeres, promoviendo el acceso a controles y consulta médica temprana. Datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indican que en 2022, en América Latina y el Caribe, se detectaron más de 220.000 nuevos casos y cerca de 60.000 muertes. El Observatorio Global del Cáncer de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer de la OMS (IARC, por sus siglas en inglés) remarcó que el 56% de las mujeres diagnosticadas en países de ingresos bajos o medios fallece por la enfermedad, frente a un 17% en países con muy alto desarrollo. “La detección precoz lleva a una sobrevida altísima”, sintetizó Seren a Infobae, quien recomiendó controles regulares y acudir ante cualquier cambio corporal. En Argentina, solo 6 de cada 10 mujeres conocen que el diagnóstico precoz puede llevar a la curación en más del 90% de los casos. Baja concientización y desafíos actuales El Índice de Concientización sobre el Cáncer de Mama elaborado por Somatório Inteligencia para la Fundación Instituto Natura y Avon sobre 1.077 mujeres de Argentina, expuso que solo el 38%, principalmente mayores de 40 años, conoce información relevante sobre el cuidado mamario. Cuatro de cada diez no adoptan prácticas saludables orientadas a reducir el riesgo, y el 65% realiza la mamografía en forma regular, cada uno o dos años. Los avances médicos permiten resultados estéticos y funcionales cada vez más satisfactorios La ginecóloga Alejandra Sánchez Cabezas, presidenta de la Asociación Argentina de Salud Pública, afirmó durante la presentación del informe que “la mamografía es el método de elección para la detección de cáncer de mama. Detecta mucho más cáncer que la ecografía mamaria, que es un estudio que complementa la mamografía, sobre todo en ciertas pacientes”.
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