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Parana » El Once Digital
Fecha: 23/10/2025 08:30
A casi seis meses del accidente sufrido en el Parque Olímpico, el nadador de 17 años continúa su rehabilitación y estudia a distancia para finalizar la secundaria. El nadador Matías Bottoni, quien sufrió una grave lesión cervical en el Parque Olímpico de Buenos Aires, continúa mostrando importantes progresos en su rehabilitación. A casi seis meses del accidente, el joven de 17 años ya pasa los fines de semana fuera de la clínica Aprepa, ubicada en San Jerónimo Sud, donde se encuentra internado desde junio. El proceso, según su familia, “es lento”, pero cada día trae nuevos avances. “Las transferencias, es decir, pasar de la silla a la cama y de la cama a la silla, lo está logrando con muy poca ayuda. Ya tiene mucha más fuerza en los brazos”, relató Valeria, la madre del nadador, que es oriunda de Paraná, a La Capital. “Sin la ayuda de la gente no estaría vivo”, dijo la madre del nadador accidentado en competencia Bottoni logró estabilizar su presión arterial —lo que le permite retomar las actividades físicas— y realiza movimientos cada vez más firmes en la pileta, llegando incluso a jornadas de doble turno. Mueve todos los dedos de su mano derecha y, aunque “le falta fuerza y recuperar músculos maneja la computadora adaptada” que recibió como donación desde Estados Unidos. En el marco de una cadena de favores y solidaridad, Matías Bottoni retomó sus estudios y se prepara para finalizar la secundaria. El joven nadador de 17 años consiguió una computadora adaptada necesaria para continuar con las tareas, textos y evaluaciones, luego del mal trago que le hizo pasar un comercio de Buenos Aires. Matías con sus padres y su novia Sentado en su silla de ruedas Matías recibió la computadora, a su derecha la bandera que reza “Fuerza Mati”, a su izquierda su familia. A los pocos minutos ya estaba en la plataforma del Servicio de Educación a Distancia al Exterior (Seade), que el Ejército argentino pone a disposición de deportistas de alto rendimiento para terminar el secundario. Un primer trimestre brillante le dejó la puerta abierta a Matías, que luego del accidente del 10 de mayo Buenos Aires no pudo volver a la cursada. Sin embargo, el equipo de docentes contempló los antecedentes y la situación del nadador para permitirle retomar esta semana. La computadora llegó por una conexión de solidaridad. Luciano, el papá de Matías, es amigo de Gisele, una rosarina que compartía pileta hace más de tres décadas y que la vida la llevó a vivir a Buenos Aires. Gisele conoce a Ailín, una contadora, que junto a su marido sigue desde el primer día la recuperación de Matías. Cuando Ailín se enteró de la necesidad de una computadora importada para el joven de 17 años no dudó en pedir ayuda a una amiga en Miami. “Yo no la conozco, nunca hablé, no sé quién es”, dijo Luciano y reveló que la mujer pagó con su propia tarjeta la computadora. De todas formas, el papá de Matías se comprometió a pagar el aparato, aunque desconoce la identidad de quién se volcó a la solidaridad.
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