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Parana » InfoParana
Fecha: 23/10/2025 04:51
La economía argentina, como siempre, se mueve al ritmo de los rumores y las señales que emanan del poder, especialmente cuando ese poder está en manos de un gobierno con una agenda de reformas tan drástica como la de Javier Milei. En este contexto de inestabilidad crónica, hay un axioma simple que, históricamente, ha servido de brújula a cualquier inversor o ahorrista local: haz exactamente lo contrario de lo que te recomienda el coro oficial. Este principio de sentido común se vuelve crucial cuando observamos los recientes consejos de algunos asesores cercanos a La Libertad Avanza (LLA). La sugerencia velada, o incluso explícita, de que el ciudadano común debería «pesificarse» —es decir, deshacerse de sus tenencias en dólares para refugiarse en la moneda local—, debería encender todas las alarmas. La idea de la pesificación forzada o inducida es una táctica vieja, nacida del desespero fiscal y la falta de divisas. No es una recomendación de inversión, sino una maniobra política para generar demanda artificial de pesos y descomprimir la presión sobre el tipo de cambio oficial, esa ficción que el Banco Central se empeña en defender. El Juego de la Confianza Perdida ¿Por qué desconfiar inmediatamente? Porque la historia económica de Argentina es un cementerio de consejos oficiales. Cada vez que el poder político ha garantizado la estabilidad de la moneda o prometido un futuro promisorio para el peso, la realidad se ha encargado de demostrar lo contrario. Desde el Bonex hasta el último reperfilamiento, el Estado argentino ha demostrado ser el actor menos confiable a la hora de preservar el valor del ahorro privado. Si los economistas de LLA, que conocen mejor que nadie los desafíos en las reservas, el déficit cuasifiscal y la inercia inflacionaria, sugieren que el camino es la pesificación, solo podemos deducir una cosa: están tratando de inducir un movimiento de mercado que la lógica financiera no justifica. Defensa Propia: El Dólar como Refugio El dólar en Argentina no es una inversión especulativa, es una moneda de defensa. Es la herramienta que el ciudadano común, el pequeño ahorrista y el productor utilizan para resguardar su poder adquisitivo de la depredación inflacionaria. El Gobierno, en su plan de salida del cepo y unificación cambiaria, sabe que necesita absorber liquidez en pesos. La «recomendación» de pesificarse es un intento de limpiar el camino para esa unificación, pero carga todo el riesgo sobre el ahorrista. Por eso, el consejo debe ser el inverso: si el círculo rojo de LLA está sugiriendo que la pesificación es una buena idea, el sentido común y la experiencia histórica argentina dictan que es el momento de redoblar el resguardo en activos duros, especialmente el dólar. El verdadero camino a la estabilidad no se construye con operaciones psicológicas de mercado, sino con políticas fiscales sólidas y un sendero creíble de baja inflación. Mientras ese camino no sea una realidad tangible, cualquier intento de convencer al argentino de abandonar su refugio en el dólar es, simplemente, una invitación a participar en el juego del riesgo oficial. En una economía de desconfianza, la mejor estrategia es hacer exactamente lo contrario de lo que te aconsejan quienes tienen las manos en la caja. N DE R. NOTA DE OPINIÓN QUE NO NECESARIAMENTE REPRESENTA UN CONSEJO DE INVERSIÓN ECONOMICA.
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