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» Elterritorio
Fecha: 22/10/2025 23:45
En la segunda jornada del debate oral contra los seis policías acusados de “tortura seguida de muerte” en perjuicio del albañil Carlos Guirula (33) perpetrado el 19 de julio de 2014, se destacaron las declaraciones de los sospechosos Carlos Alberto Sidorak y Carlos Da Silva. Continúa mañana con testigos. miércoles 22 de octubre de 2025 | 12:48hs. Indagatorias apuntaron a Ricardo Escobar como quien pateó y pisó a Guirula en el piso. Foto: Marcelo Rodríguez Esta mañana el Tribunal Penal Dos de Posadas alojó la segunda jornada del debate oral contra los seis efectivos de la Policía de Misiones acusados de torturar y provocar la muerte del albañil Carlos Guirula (33) el 19 de julio de 2014 en un hotel transitorio de la capital provincial. El día dos del juicio en contra de la oficial Lourdes Tabárez, los cabos Lucas Nahuel Saravia y Carlos Servián, los agentes Carlos Da Silva y Ricardo Escobar, y el oficial subayudante Carlos Alberto Sidorak, comenzó cerca de las 8:30 con las indagatorias de dos de los acusados que expresaron en la apertura del debate que querían declarar -Servián postergó su declaración esta mañana-. En tanto, el primero en declarar fue Sidorak, quien comenzó su declaración contando sobre el procedimiento realizado esa madrugada y explicando con la escena que se encontró cuando llegó al motel, luego de ser requerido por un disturbio. Sobre la víctima, lo describió como alguien que “era una persona grande y robusta que estaba forcejeando con efectivos policiales y estaba muy alterado”. En esa línea, recordó que “ví que ese hombre tenía las esposas colocadas en la mano derecha. Por el peligro que podía provocar, le sostengo ese brazo y empezamos a forcejear hasta que lo pudimos poner en el suelo”. Respecto a su accionar ante tal resistencia, manifestó que ya cuando logró reducir a la víctima, apoyó su rodilla en el hombro derecho mientras “Da Silva estaba tratando de ayudar a ponerle las esposas”. Sin embargo, remarcó que Guirula “seguía resistiéndose” e incluso “se le sostuvo los pies porque pateaba”. En ese marco, puso en escena al agente Escobar, recordando que en el intento de controlar a la víctima el efectivo Escobar llegó y apoyó el pie en la cabeza de Guirula. “Le llevamos con Escobar hasta la parte trasera de la camioneta policial para trasladarlo a la Comisaría”, fue lo siguiente que expuso. Finalmente, sobre el traslado a Guirula hacia la Comisaría Decimotercera, alegó que “nunca ví qué pasó dentro de la camioneta, si me acuerdo que estaba muy alterado. Cuando llegó a la comisaría se constató que no tenía pulso”. “Cuando llegué escuché que el hombre dijo ‘este hijo de puta me pegó’ y la oficial creo que le dijo ‘golpeaste a una mujer’”, respondió ante las preguntas del fiscal Vladimir Glinka. Terminada su indagatoria, fue el turno de Carlos Da Silva, quien también contó su versión de los hechos. Pero en ese sentido, fue más revelador en sus declaraciones en relación a los roles de cada imputado, destacando el accionar de Servián, Tabárez y Escobar. En primer lugar, relató lo que recordaba de esa madrugada, remarcando que durante el procedimiento “él -Guirula- nos empieza a insultar y decir que tenía un cuñado comisario y que nos iban a sumariar. Desde el principio nos dijo que no lo íbamos a poder llevar detenido”. En esa línea, indicó que “cuando él escuchó que lo íbamos a llevar detenido, intentó ingresar a su vehículo. Servián se colocó en la puerta del auto y el hombre quedó con una pierna dentro del auto y la otra afuera, y empezamos a forcejear”. El forcejeo duró aproximadamente cinco minutos, explicó, ya que Guirula se resistía y era difícil controlarlo. En ese marco, mencionó que “al no poderlo sacar del vehículo, la oficial Tabárez ingresó por la puerta trasera y trató de empujarlo”.Sin embargo, esto no funcionó. Lo siguiente fue que Guirula logró soltarse un brazo y le pegó un “manotazo a la oficial Tabárez”. Ante esto, la oficial se bajó del auto para pedir apoyo radial. “Tratamos controlarlo y decirle que se calme, que le íbamos a poner las esposas y le llevábamos a la comisaría para que se tranquilice. Pero cuando le intentamos poner las esposas, se resistía”, continuó declarando. En ese contexto, mencionó que 4 minutos después llegó en otra patrulla el efectivo Escobar. “Cuando Escobar ingresó con Recalde -otro policía- al vehículo, pudimos sacarlo de ahí. Lo paramos al costado del vehículo con Servián, tratando de reducirlo y ahí le propinó tres golpes a la altura del abdomen. Segundos después llegó Sidorak y le tomó la mano que tenía la esposa”. Patadas en la cabeza En tanto, lo siguiente en su declaración fueron los detalles de una golpiza que denota el exceso de autoridad: Da Silva manifestó que cuando Guirula ya estaba boca abajo, “Escobar le pateó la cabeza y la oficial Tabárez también. En eso, el sujeto sacó un manotazo y la oficial Tabárez retrocedió y volvió para darle tres patadas de frente”, explicó. A su vez, contó que ya cuando se lo logra esposar a la víctima y cuando se dirigían al patrullero -en el que estaba Servián- “le pregunté si le llevábamos a sanidad policial o a la comisaría. Me respondió que Tabárez estaba a cargo y la oficial nos dijo que vayamos a la comisaría”. Siguiendo con su reconstrucción, mencionó que Servián y el chofer del patrullero (Bogado) lo sacaron del motel, pero al llegar al portón “Guirula volvió a forcejear y cayó en el piso, sobre piedras de la entrada del motel”. Luego ya fue levantado a la camioneta y ante la resistencia que continuaba por parte del albañil, “me dijeron que le tire el gas pimienta”. “Saltaba arriba del detenido” En relación a qué sucedió cuando Guirula ya estaba controlado y siendo trasladado en la camioneta policial, apuntó: “Escobar en reiteradas ocasiones saltó arriba del detenido que estaba de espalda”. Situación que lo hizo reaccionar, buscando explicaciones sobre esos saltos, porque “ya estaba esposado y arriba de la camioneta”. Finalmente, explicó que cuando llegaron a la comisaría, “me quedé arriba de la camioneta y traté de moverlo para que se baje. Lo muevo y no me contesta, le pido a Servián que le saque las esposas y no reaccionaba”. Ante la no respuesta del detenido, Da Silva fue a buscar un vaso de agua para tirarle en la cara porque “me dijeron que por ahí se durmió por estar muy alcoholizado”. Sin embargo, la no reacción de Guirula se debió a que ya no tenía signos vitales. “Cuando le volví a sacudir y no logró despertarse, Saravía le tocó detrás del oído y dijo que no tenía pulso. Por lo que procedimos a bajarlo y acostarlo boca arriba, pero no volvió a reaccionar”, señaló, confirmando la muerte de la víctima. Cuatro testigos Luego de las declaraciones de los dos acusados, se dio comienzo a la ronda de testigos. En total fueron cuatro las personas que se presentaron en la segunda audiencia y todos explicaron los momentos previos a la intervención de los efectivos policiales. La primera en dar su testimonio fue la mujer que se encargaba de la limpieza de las habitaciones. La mujer expresó que “el hombre (Guirula) estaba violento y nos asustamos. Nos dijo que no nos iba a pagar la consumición -un whisky que había tomado- y pegó un manotazo en la mesa del encargado. Por eso llamamos a la policía, vimos que estaba mal”. Esto fue sostenido por el encargado del motel, quien también se presentó como testigo esta mañana y detalló que lo notó a Guirula “pasado de copas”. Además, recordó que cuando llegó la Policía y después de forcejear, a la víctima lo golpearon cuando estaba boca abajo. Otro de los testigos, fue uno de los empleados que se encontraba trabajando en la cobranza de lo consumido. “Que no quieran pagar, pasaba muy a menudo. Normalmente no llamamos a la policía, pero ese hombre estaba muy descontrolado”, contó. Si bien reconoció que después de tensos momentos que mantuvo con la víctima se logró resolver la situación, la tensión volvió al lugar cuando llegó la Policía. “Cuando llegaron le dije que ya estaba todo solucionado, pero me dijeron que igual lo tenían que detener o algo así, y entonces me metí adentro para seguir haciendo mi trabajo”, dijo. En esa línea, recordó que “hablé con la oficial, después cuando ya estaba adentro pispeaba cada tanto lo que ocurría, pero el tema estaba saldado”. Por último, indicó que “cuando se produjo el altercado si sentí que se iba a salir con la suya de no pagar”. Minutos antes, declaró como testigo uno de los compañeros de trabajo que se dirigió al hotel transitorio junto a Guirula y otro sujeto, acompañados de dos trabajadoras sexuales. En tanto, el hombre detalló que cuando se ocasionó el disturbio, “yo lo empecé a calmar y decirle que yo pagaba, que era como 400 pesos en ese entonces”. Cuando ya pagó la deuda, mencionó que vio que llegaron tres policías y que Guirula se iba a meter en su auto. “Les dije a los policías que yo le llevaba a la casa y me hacía cargo, que no había problema. Pero me dijeron que no, que tenía que ir detenido”, remarcó. Terminados los testimonios, el debate oral entró en un cuarto intermedio hasta las 9 de mañana. Jornada en la que se prevé se presenten como testigos tres personas. Entre ellas, las dos mujeres que acompañaron a los albañiles al motel.
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