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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/10/2025 10:55
Ricky Stubberfield fue sentenciado a 26 años de prisión por 23 delitos sexuales este martes 21 de octubre (Devon and Cornwall police) Ricky Stubberfield, propietario de un salón de blanqueamiento dental en Plymouth, Reino Unido, fue condenado a 26 años de prisión hallado culpable de 23 delitos sexuales, entre ellos violación, agresión sexual, penetración digital, exhibicionismo y producción de imágenes indecentes de menores, cometidos entre diciembre de 2013 y junio de 2024 contra al menos siete mujeres, según informó The Guardian. La sentencia, dictada el 21 de octubre de 2025 por el Tribunal de la Corona de Plymouth, incluye además seis años adicionales de libertad vigilada y la obligación de inscribirse en el registro de delincuentes sexuales de por vida. Cómo engañaba influencers De acuerdo con The Guardian, los delitos de Stubberfield se extendieron durante más de una década y afectaron a mujeres de entre 16 y 27 años. El agresor utilizó su posición como co-propietario y gerente del salón Essex Smiles, ubicado en Mutley Plain, para atraer a sus víctimas. Según BBC, el acusado contactaba a jóvenes a través de redes sociales, principalmente Instagram, ofreciéndoles tratamientos gratuitos de blanqueamiento dental a cambio de promocionar su negocio. Muchas de las influencers que aceptaron la invitación acudieron al salón, donde Stubberfield aprovechó la situación para realizar avances sexuales y, en varios casos, agredirlas. El modus operandi, detallado por BBC, consistía en identificar a mujeres jóvenes, algunas con presencia en redes sociales, y proponerles servicios gratuitos bajo la promesa de colaboración publicitaria. Una vez en el salón, las víctimas eran situadas en la silla de tratamiento, a menudo con un protector bucal colocado, lo que las dejaba en una posición vulnerable. En ese contexto, el agresor realizaba tocamientos, solicitaba fotografías y efectuaba avances sexuales reiterados y forzosos. People añade que, entre 2022 y 2024, al menos cinco mujeres sufrieron abusos en el establecimiento, mientras que una de ellas fue víctima de exhibicionismo cuando Stubberfield le mostró imágenes de sus genitales y se expuso físicamente tras ser rechazado. Cronología de los abusos y lugares de los delitos Negocio Essex Smiles en Mutley Plain (Google Street View) Los abusos no se limitaron al entorno del salón. Según The Guardian, Stubberfield perpetró agresiones en otros lugares de Plymouth, incluyendo un concierto en el recinto Plymouth Pavilions y el interior de una furgoneta. En febrero de 2022, una joven de 16 años denunció a la policía haber sido violada por el acusado en el baño para personas con discapacidad durante un concierto y, posteriormente, en el vehículo del agresor. En otra ocasión, la misma víctima fue atacada en una vivienda, donde Stubberfield cometió múltiples violaciones y otros delitos sexuales. Parte de estos hechos quedaron registrados en una llamada de FaceTime a una amiga, quien, al percatarse de la situación a través del reflejo en una campana extractora, alertó y grabó la agresión, según relató The Guardian. La cronología de los delitos, reconstruida por BBC, muestra que las primeras agresiones datan de 2013, cuando Stubberfield forzó sexualmente a una mujer que había conocido en un sitio de citas. En 2021, otra víctima fue violada en dos ocasiones antes de que el agresor le propusiera salir a cenar, trivializando la gravedad de los hechos. La investigación policial se intensificó tras la denuncia de la menor en 2022 y la aparición de nuevos testimonios en 2024, lo que llevó a la detención y posterior procesamiento del acusado. Un reporte mediático motivó que otras víctimas, que hasta entonces creían ser las únicas afectadas, se animaran a denunciar. Ricky Stubberfield fue encarcelado en el Tribunal de la Corona de Plymouth (Devon & Cornwall Police) El impacto emocional en las víctimas ha sido devastador. Durante el juicio, BBC recogió declaraciones en las que una de las mujeres afirmó: “Mi cuerpo nunca volverá a ser el mismo para mí, siempre me sentiré sucia”. Otra víctima expresó que dejó de sentirse segura en su propio cuerpo, mientras que una tercera relató haber experimentado vergüenza, culpa y pensamientos suicidas: “Ese es el daño que este hombre me causó”. El juez Robert Linford calificó la conducta de Stubberfield como “depredación absolutamente implacable” y advirtió que el acusado representa un riesgo muy elevado para la sociedad. El detective inspector Marcus Hodges, en declaraciones recogidas por The Guardian, elogió la fortaleza de las víctimas y expresó su esperanza de que el fallo judicial les permita iniciar un proceso de recuperación: “Espero sinceramente que puedan encontrar algo de cierre y empezar a avanzar en sus vidas tras este desenlace”. La detective Kezia Worden destacó la valentía de las mujeres que denunciaron los delitos, resaltando la importancia de su testimonio para lograr justicia.
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