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  • Tiene 101 años y trabaja 6 días a la semana: “Si me jubilo, me muero”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/10/2025 00:44

    Ann Angeletti, de 101 años, desafía la edad trabajando seis días a la semana en su joyería familiar de Nueva Jersey En la tranquila localidad de Cresskill, Nueva Jersey, Ann Angeletti desafía los estereotipos asociados a la edad y al retiro. A los 101 años, sigue siendo una pieza fundamental en el funcionamiento diario de Curiosity Jewelers, la joyería que dirige junto a su hija y su nieta. Su caso ha llamado la atención tanto por su longevidad como por su inquebrantable ética de trabajo, que la lleva a presentarse seis días a la semana al frente del negocio, manteniendo una rutina que sería envidiable incluso para personas varias décadas más jóvenes. La jornada de Ann Angeletti no se reduce a tareas administrativas ligeras, ni a un puesto honorario. Según relata ella misma a ABC 7, su rutina semanal implica atender el negocio abierto al público en Cresskill durante cinco días, y en el sexto, trasladarse diariamente hasta el distrito de diamantes en Nueva York. El legendario Diamond District sobre la calle 47, entre la Quinta y la Sexta Avenida, es un escenario infaltable en su agenda, que encara con la naturalidad de quien ha hecho del trabajo una constante en su vida y fuente de motivación continua. Lejos de pensar en el retiro, la joyera considera que mantenerse activa es esencial para su bienestar. “Si me jubilo, moriría”, dijo sin rodeos. Esta afirmación, lejos de ser una hipérbole, resume la filosofía vital que ha guiado sus pasos desde la infancia. Para Ann, la posibilidad de permanecer en casa inactiva es sencillamente impensable; su rutina de trabajo es, al mismo tiempo, propósito y estímulo. Un negocio familiar con historia La longevidad y ética laboral de Ann Angeletti inspiran a tres generaciones en Curiosity Jewelers, fundada en 1964 Curiosity Jewelers abrió sus puertas en 1964, cuando Angeletti descubrió por casualidad la existencia del local que, por entonces, estaba en alquiler. Recuerda que mientras conducía, la vidriera llamó su atención y decidió consultar al propietario. Pedían 85 dólares mensuales, una suma que le resultó accesible a la joven emprendedora y motivo suficiente para lanzarse a la aventura. Así nació una joyería anclada en la tradición familiar, la atención personalizada y el cuidado en los detalles, valores que Angeletti ha cultivado y transmitido a las siguientes generaciones. El negocio ha sobrevivido a los vaivenes económicos y cambios del sector gracias a ese espíritu perseverante. La tienda opera cinco días por semana en Nueva Jersey, bajo la gestión conjunta de tres generaciones: Ann, su hija y su nieta, lo que refuerza el carácter familiar que define al emprendimiento. Además, mantiene el dinamismo de viajar a Manhattan en su “sexto día laboral”, una práctica que le ha servido para continuar atenta al pulso del sector joyero y mantener relaciones comerciales esenciales para el funcionamiento de la joyería. Una vida dedicada al trabajo El secreto de la vitalidad de Ann Angeletti radica en la actividad diaria, el cuidado personal y la pasión por su oficio La ética laboral de Ann Angeletti no surgió de un día para otro, sino que tiene profundas raíces en su historia personal. Sus primeros años de vida transcurrieron en Brooklyn, donde comenzó a trabajar desde niña ayudando en la tienda de comestibles de su familia. El aprendizaje del valor del esfuerzo y la disciplina forman parte de las enseñanzas tempranas, originando una relación con el trabajo basada en la responsabilidad y el compromiso. Esta trayectoria quedó marcada también por los episodios de la historia estadounidense: durante la Segunda Guerra Mundial, cuando su marido fue llamado a filas, Angeletti asumió empleos fuera del entorno familiar. Trabajó en un astillero naval y luego se desempeñó como camarera, mostrando una notable capacidad de adaptación y espíritu de superación. Esos años sentaron las bases para su posterior incursión en el mundo empresarial, combinando experiencia, templanza y el deseo de forjar un legado. Razones de una motivación La historia de Ann Angeletti refleja el valor del trabajo, la perseverancia y la tradición familiar en el sector joyero La motivación de Ann Angeletti para seguir trabajando no se explica únicamente por razones económicas o rutinas arraigadas, sino que responde a una concepción muy personal de la vida y el bienestar. Para ella, la actividad diaria va mucho más allá del cumplimiento de un horario: es un elemento indispensable que le otorga sentido a sus días. Considera el trabajo como la mejor forma de combatir cualquier atisbo de desgano o decaimiento. “Si no te gusta lo que haces, entonces cambia”, sostiene convencida, y su propio ejemplo respalda cada palabra. Rechaza la idea del retiro por considerar que la inactividad influiría negativamente en su salud física y emocional. La pasión que demuestra por su oficio, así como la dedicación a su familia y clientela, constituyen los motores que le permiten desafiar con éxito el paso del tiempo. El secreto de una vida larga y activa Ann Angeletti revela los secretos detrás de su longevidad y su vida activa a sus 101 años Ann Angeletti ha sido clara al compartir aquello que considera el secreto para una vida longeva y plena. Su consejo se resume en atender el cuidado personal diario: “Tienes que levantarte, tienes que ducharte, tienes que comer, tienes que cuidarte. Tienes que hacer ejercicio”, declara. Estos hábitos simples y concretos, alejados de fórmulas mágicas, definen la rutina de alguien que ha elegido encarar cada día con humildad, disciplina y una profunda conexión con su propósito vital. Su historia, basada en la constancia y en la capacidad de reinventarse, ofrece una perspectiva singular sobre el envejecimiento y la relevancia del trabajo en la calidad de vida.

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