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Concordia » Hora Digital
Fecha: 21/10/2025 23:00
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de "chiste" las protestas multitudinarias que se realizaron en todo el país en su contra, restándoles importancia y afirmando que no representan Durante el fin de semana, millones de personas salieron a las calles en distintas ciudades de Estados Unidos para manifestarse en contra de la gestión de Donald Trump, en lo que se considera la mayor movilización opositora desde que asumió la presidencia. Estas protestas expresaron un amplio descontento con varias políticas y decisiones del mandatario, así como con su estilo de gobierno. Sin embargo, Trump respondió con burlas y desdén hacia los manifestantes, buscando minimizar la relevancia de estas expresiones ciudadanas. En las redes sociales y medios afines, se difundieron imágenes y videos en los que Trump aparece con una corona y pilotando un avión de combate que arroja lo que parece ser excremento sobre las personas que marchaban bajo el lema “No Kings” (No reyes). Estas producciones, que incluyen manipulación mediante inteligencia artificial, reflejan la estrategia del presidente de ridiculizar a sus opositores y reforzar su imagen de confrontación frente a quienes cuestionan su mandato. A pesar de la magnitud y diversidad de las protestas, Trump insistió en que estas movilizaciones no representan al país ni a la mayoría de sus ciudadanos. Según sus declaraciones, quienes se oponen a su gobierno constituyen “una minoría ruidosa” sin capacidad real de influencia política. Esta postura contribuye a profundizar la polarización existente en Estados Unidos y dificulta la posibilidad de establecer un diálogo constructivo entre el Ejecutivo y amplios sectores de la sociedad. El rechazo del presidente a reconocer el alcance y la legitimidad de las protestas pone en evidencia la tensión creciente en el país y el desafío que enfrenta la democracia estadounidense para canalizar las demandas sociales y políticas de manera pacífica y respetuosa. Mientras tanto, las manifestaciones continúan siendo un reflejo del malestar y la división que atraviesan a la nación.
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