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» Data Chaco
Fecha: 21/10/2025 13:45
María del Pilar, en el Día de la Madre, la recordaba a su abuela en voz alta. Querida abuela, terminamos de festejar hoy el Día de la Madre y sin saber por qué, te tuve todo el día en mi mente y en vivos recuerdos, me asaltaron imágenes de la larga mesa en que nos reuníamos un día como éste. Éramos muchos, con los platos que vos misma cocinabas, sentí el sabor casi presente de la gallina de tu granja, la gran fuente de ensalada, la sopa paraguaya y el inolvidable cóctel de frutas; con el abuelo Luis sentado a la cabecera, con el cigarro en los labios y su mano sobre el bastón. Yo tendría por entonces 9 años cuando vos me tapabas la nariz para que trague el aceite de hígado de bacalao, para que fuera fuerte. Nos curabas el dolor de cabeza con una rebanada de papa cruda. A mis hermanos que nadaban en el Río Negro, le atendías esos forúnculos en las mejillas con cataplasma de barro virgen, aunque dejaban marcas. No faltaba en tu botiquín las píldoras rosadas del Dr. Ross ni el agua de alibur. Y con vino caliente nos bajabas la fiebre y luego con tus manos frescas nos acariciabas y nos dabas un beso en la frente. Antes de morir te llegó la ceguera, no se trataba. Ahora quiero contarte, la ciencia avanzó y nadie queda ciego por glaucoma, ahora yo soy abuela pero no pongo una mesa grande como vos para los días festivos, no tengo gallinero, un moto mandado trae la comida, dos de mis hijos con dos nietos me acompañan, los otros dos están en el extranjero (más lejos que Buenos Aires, a donde se fue Quico tu segundo hijo); las video llamadas reemplazan a tu teléfono negro, no recibo cartas como vos porque ahora se usa el correo electrónico, no me abrazan como te lo hacían Otilia y Doña Rebeca si no que me mandan sticker con dos brazos cruzados. Siento su afecto, pero no la tibieza y su perfume. Abuela Pilar, quiero agradecerte que me enseñaste el Padre Nuestro cocinando para hacer huevo duro a fuego lento. Estarás en los brazos de Dios. Notas Relacionadas
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