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Parana » El Once Digital
Fecha: 21/10/2025 08:30
El cirujano pediátrico Mariano Ojeda, del Hospital Castro Rendón de Neuquén, cruzó el océano para atender a niños con malformaciones en Angola. Con vocación, empatía y compromiso, llevó esperanza a más de cien familias y formó médicos locales para continuar su obra. “Una madre mueve montañas y acerca continentes si se trata de la salud de sus hijos”, sostiene el cirujano pediátrico Aníbal Mariano Ojeda, especialista del Hospital Castro Rendón de Neuquén. Su frase encierra la esencia de una vida dedicada a sanar, enseñar y acompañar. A lo largo de su carrera, su hijo Mariano Ojeda convirtió esa enseñanza en acción: cruzó el océano Atlántico para cambiar la vida de más de un centenar de niños en África. Desde pequeño, Mariano supo cuál sería su camino. “Recuerdo estar dentro de quirófanos acompañando a mi padre y jugando con los pacientes antes de que entraran a operarse”, relató. Hoy, con 48 años, forma parte del Equipo FLAP (Fisura Labio Alvéolo Palatina) del Hospital Castro Rendón, un grupo multidisciplinario que atiende malformaciones congénitas en toda la Patagonia. Cirujano pediátrico Mariano Ojeda- Diario Río Negro El legado de una familia médica Hijo del reconocido cirujano infantil Aníbal Ojeda, presidente de la Fundación Rioja, y de la médica intensivista Esther Buteler, fallecida a los 52 años, Mariano creció rodeado de amor por la profesión. “Nunca dudé de que iba a ser médico, ni de que quería ser cirujano de niños al ver el amor que transmitía mi padre a sus pacientes”, contó. Su formación comenzó en la Universidad Nacional de Córdoba, donde se recibió en 2001. Luego realizó su residencia en el Hospital Infantil Municipal de esa ciudad y perfeccionó sus técnicas quirúrgicas en Francia, antes de instalarse definitivamente en Neuquén. “Mi padre me dijo: ‘Hijo, no te puedo ofrecer acá lo que te ofrecen allá, así que andá y crecé’”, recordó sobre el consejo que lo llevó a aceptar la propuesta del Hospital Castro Rendón, donde hoy opera unos 40 pacientes por mes y forma a jóvenes residentes. Cirujano pediátrico Mariano Ojeda- Diario Río Negro Una llamada desde Angola que cambió todo El rumbo de su vida cambió en 2019, durante un congreso de cirugía pediátrica en Buenos Aires. Allí conoció el pedido desesperado de una madre de Luena (Angola), cuyo hijo de dos años tenía labio leporino y no lograba recibir atención médica. “Intenté que vinieran a Neuquén, pero era imposible. Le conté la situación a mi padre y me dijo: ‘Vamos’”, relató. Sin apoyo institucional ni financiamiento, padre e hijo emprendieron su primera misión humanitaria. Lograron operar con éxito al pequeño y a otros 18 niños. “Fue una experiencia increíble. Volvimos con la promesa de regresar”, recordó. La magnitud del problema los impulsó a ir más allá: además de intervenir quirúrgicamente, decidieron formar médicos locales para que pudieran continuar con las operaciones. Cirujano pediátrico Mariano Ojeda- Diario Río Negro Tres misiones que dejaron huella La segunda misión, en 2022, contó con la participación del anestesiólogo neuquino Néstor Cuevas. En esa oportunidad operaron a 50 niños y capacitaron a profesionales de la salud en Angola. “Hasta 2025, esos cirujanos ya realizaron más de 2.000 operaciones, algo inédito”, destacó Ojeda. En septiembre de este año concretaron la tercera misión, donde intervinieron a 61 chicos más y enseñaron nuevas técnicas quirúrgicas. “Aprendimos mucho del sufrimiento de gente de muy escasos recursos; nos dieron más ellos a nosotros que nosotros a ellos”, reflexionó el médico neuquino. Su padre no pudo acompañarlo por razones de salud, pero su influencia estuvo presente en cada decisión. “Si tuviera que ponerle un título a esta historia, sería El poder de una madre desesperada buscando ayuda para su hijo”, afirmó Mariano. El equipo FLAP y el compromiso con la salud pública El servicio que integra Ojeda en el Hospital Castro Rendón es referente en la Patagonia. Las fisuras de labio o paladar afectan a uno de cada 700 nacimientos, y su tratamiento requiere un enfoque integral. El equipo FLAP reúne a cirujanos pediátricos, odontólogos, fonoaudiólogos, psicólogos, genetistas y trabajadores sociales. “Acompañamos a cada niño desde el nacimiento hasta la adolescencia. Nuestro objetivo es garantizar la rehabilitación completa y gratuita”, explicó. Para Ojeda, la educación pública fue la base de todo. “Sin la universidad pública, muchos de nosotros no podríamos estar ayudando hoy”, afirmó, reivindicando la importancia de la medicina solidaria y el compromiso social. (Fuente: Diario Río Negro)
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