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  • Un tour de caza que terminó en tragedia, un hombre que cobró cinco millones de dólares y una confesión: “Maté a mi mujer por vos”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/10/2025 06:50

    Larry Rudolph junto a Bianca. Él cobró casi cinco millones de dólares en seguros tras la muerte de su esposa y comenzó una vida de lujos con su amante La madrugada del martes 11 de octubre de 2016, en una cabaña dentro de un exclusivo coto de caza en el Parque Nacional Kafue, en Zambia, África, los Rudolph se preparaban para volver a su país, Estados Unidos, luego de pasar la última noche. Era el tramo final de la cacería y de sus sofisticadas vacaciones en el extranjero. Se levantaron a las cinco de la mañana y empezaron a alistarse para salir hacia el aeropuerto de Lusaka. Mientras Bianca (56) terminaba de hacer las valijas y empaquetaba las armas, Rudolph (61) entró al baño para bañarse. Cuando estaba bajo la ducha sintió una estampida. Como excelente cazador identificó enseguida el ruido: había sido un disparo. Salió a las apuradas de la ducha y al entrar a la habitación encontró a Bianca, su mujer, desplomada en el suelo. El arma, una potente escopeta de caza calibre 12, había quedado allí tirada, al lado del estuche abierto. Había sangre por todos lados. Ella tenía un agujero en medio del pecho. Corridas, desesperación, gente que entraba y salía de la cabaña, muerte. Nada que hacer. Parecía un fatal accidente que daba sentido al dicho popular que asegura que las armas las carga el demonio. Pero claro, siempre hay que ver qué diablo mete la cola. La familia Rudolph: Larry y Bianca junto a sus hijos Julián y AnaBianca Viajan dos, vuelve uno Larry y Bianca eran expertos cazadores de grandes animales. Él declaró creer que su mujer se había disparado accidentalmente, al guardar el arma en su estuche. Sus dichos convencieron a las autoridades de Zambia, quienes dictaminaron con rapidez que la muerte había sido fortuita. Al día siguiente, Larry hizo cremar los restos de su esposa y volvió a su país poco después cargando las cenizas de quien había sido su esposa durante eternos 34 años. Si bien Zambia cerró el caso, los investigadores norteamericanos no fueron tan ingenuos. El consulado de los Estados Unidos empezó a sospechar apenas se enteró de que Rudolph había solicitado la cremación del cuerpo de su mujer 24 horas después de su muerte en el país africano, a pesar de que ella como católica practicante había dicho siempre que se oponía a esa práctica. Además, con el paso de las semanas, empezaron a llegar a los oídos de la agencia sospechas de amigos y conocidos de la pareja: no creían que Bianca pudiera haber cometido semejante error. No se tragaba, por varios motivos, el cuento del accidente. Había varios detalles más que despertaron el olfato de los investigadores federales. Por un lado, estaban los testimonios de esa madrugada que indicaban que Larry no parecía estar mojado y se encontraba vestido cuando los testigos entraron a la cabaña. Por otro, estaba el estricto protocolo de caza: luego de una cacería se quitan todas las balas a las armas. El asistente de la pareja, Spencer Kakoma, recordaba perfectamente haber visto a Bianca sacar las suyas del arma en cuestión. Estos elementos más las dudas de los amigos de los Rudolph llevaron a que el FBI tomara la decisión de involucrarse. El consulado envió fotos y datos para que fueran analizados. La herida era consistente con un disparo a muy corta distancia. Por el largo de la escopeta y la altura de la víctima los peritajes sostuvieron que era prácticamente imposible que ella se hubiese disparado a sí misma. A nadie le cerraba la hipótesis del accidente. Larry Rudolph ya estaba acostumbrado a matar. La rápida cremación del cuerpo de Bianca y las inconsistencias en la escena del crimen despertaron sospechas entre amigos y autoridades (Facebook / Larry Rudolph) El dentista exitoso Lawrence (“Larry”) Rudolph, originario de Paradise Valley en el estado de Arizona, Estados Unidos, comenzó su emprendimiento odontológico en Pittsburgh, en los años 80 luego de graduarse como dentista en la universidad local. La empresa, que fundó con otros socios, se llamó The Dentistry. En ella se promovía la práctica de la sedación de los pacientes para los tratamientos que provocan ansiedad y temor. Era un concepto novedoso para esos años y así lo promocionaba -con instinto voraz- el empresario Larry Rudolph. “Mi objetivo era hacer algo único en ese tiempo y comencé con esa idea de la sedación”, reveló recientemente en la docuserie de tres capítulos que salió al aire el pasado mes de julio Trophy Wife: Murder on Safari (Hulu/ABC News Studios, 2025). En aquellos años en que la empresa despegaba ya estaba a su lado su esposa Bianca, a quien había conocido en la facultad y con quien se casó el 4 de septiembre de 1982. La pareja tuvo dos hijos. La mayor fue AnaBianca y, en 1990, nació Julian. En esas décadas los Rudolph crecieron económicamente de manera vertiginosa dejando atrás la clase media para ingresar en el mundo más selecto de los devenidos en poderosos. Su hijo menor, Julian, reveló en el mismo documental: “Vivíamos en las afueras de la ciudad. Mis padres se llevaban muy bien, parecían amarse. Tuve una buena infancia en una casa pacífica”. Por entonces, el costado oscuro de Larry estaba bien oculto incluso para los suyos. Fueron sus socios de vieja data quienes más desconfiaron de la versión de Larry luego de la muerte de Bianca. Ya habían experimentado en el pasado su falta de escrúpulos. A mediados de la década del 2000 Larry los había estafado malversando fondos de la empresa dental. Lo enfrentaron y le dijeron que no presentarían cargos si él dejaba su lugar en la compañía. Accedió. Larry se fue, pero fundó en la calle de enfrente a sus ex socios, otra empresa igual a la que llamó Three Rivers Dental Group. Les había declarado la guerra. Otra vez su osadía tuvo éxito. Se llevó con él a una empleada que fue clave en la nueva expansión de la empresa: Lori Milliron. Dice la hija de Lori, Stephanie Moroz, en el documental mencionado, que Larry persiguió a su madre durante un año hasta que consiguió la primera cita. Lo cierto es que una vez iniciado, el affaire nunca se detuvo. De hecho, con la excusa del trabajo, asistían juntos a conferencias, viajaban por placer y comían afuera sin demasiados pruritos. En la práctica se había consumado un triángulo amoroso que de alguna manera fue aceptado por Bianca. El amorío era algo que no podía desconocer. El triángulo amoroso entre Larry Rudolph, su esposa Bianca y su amante Lori Milliron fue clave en el móvil del crimen Ultimátum y blanqueo post mortem Uno de los viajes a conferencias de Lori y Larry fue a una convención que se llevó a cabo en el exclusivo Safari Club Internacional al que pertenecían Bianca y Larry. Los asistentes, algunos de los cuales también eran socios selectos y los conocían de toda la vida, se sorprendieron al ver a su amigo ostensiblemente pegado a Lori. Intuyeron y lo comentaron en voz baja: algo pasaba entre ellos. Un tiempo después, en 2015, Larry y Bianca se mudaron de Pittsburgh a una nueva casa en Phoenix, Arizona, cerca de donde era él originalmente. Se instalaron en su ostentosa vivienda y dejaron a Lori a cargo de la empresa en Pensilvania. Lori Milliron, que había entrado a trabajar en las oficinas dentales de los Rudolph como higienista dental un poco antes del 2000, había ido pasando por diferentes puestos administrativos y ascendiendo en la organización. La relación sentimental entre ellos habría comenzado en 2002 y está claro que ella ayudó mucho al crecimiento del imperio dental de los Rudolph. Para muchos estaba claro que la relación entre dueño y empleada iba mucho más allá de lo profesional. Habría sido en esta instancia de la mudanza de su jefe/amante con su mujer a Arizona que Lori se cansó de ser la segunda en la vida de él. Se cree que lo enfrentó y le exigió que se decidiera. Si quería seguir con ella tendría que deshacerse de Bianca, porque ese lugar de esposa era el sitio que ella pretendía. Le dio un año para concretarlo. Durante todo su matrimonio de siete lustros los Rudolph habían viajado infinidad de veces a África para grandes cacerías. Ambos eran fanáticos de la caza mayor. Bianca era una tiradora con extraordinaria puntería y muchísima experiencia. En octubre de 2016 se embarcaron en un nuevo safari de diez días en el Parque Nacional Kafue, en Zambia. Bianca soñaba con sumar a sus trofeos un magnífico leopardo. No imaginaba que la verdadera presa a cazar era ella misma. La bala que salió de la escopeta ingresó directo a su corazón y la mató instantáneamente. ¿Habrá llegado a darse cuenta en esos segundos lo que había tramado su marido? Solo Larry puede saberlo. El funeral de Bianca se llevó a cabo el 22 de octubre y los amigos que asistieron quedaron shockeados: no había ni mucha gente invitada ni una misa como hubieran esperado. Resultó una ceremonia fría y él no se mostraba devastado. Solamente tres meses después de haber quedado viudo, Larry mudó a su casa a Lori Milliron. La relación entre ellos quedó blanqueada para el estupor de todos los conocidos de los Rudolph e incluso de sus propios hijos que ya no vivían con él. Lori diría, tiempo después, que él le había enviado desde África un mensaje contándole lo del terrible accidente de Bianca y reconoció que, a partir de ese punto de inflexión en la vida de Larry, “empezamos a hacer nuestra vida juntos”. Ya no había escollos para mostrarse como pareja. Larry cobró nueve pólizas de seguro a nombre de su mujer Bianca por un monto total de 4.877.744 millones de dólares y empezaron a gastarlos. Poco después comenzaron con la construcción de una nueva mansión en Arizona por la que pagaron 3,5 millones de dólares en cash. Y continuaron con una vida de viajes de lujo y placer sin límites. La justicia de Estados Unidos sentenció a cadena perpetua a Larry Rudolph y a 17 años de prisión a Lori Milliron por su complicidad No hay crimen perfecto Mientras, la investigación avanzaba a paso lento, pero firme. En diciembre de 2021, después de estudiar las pistas en el caso de Bianca Rudolph, las autoridades federales decidieron que tenían suficiente prueba para arrestar a Larry. Los detectives habían corroborado que el odontólogo había cobrado casi cinco millones de dólares. Lo sorprendieron en un aeropuerto cuando se disponía a volar de vacaciones con Lori Milliron hacia Cabo San Lucas, en México. Se le anunció que estaba acusado por el homicidio de su esposa Bianca y por fraude contra los seguros de vida. Una amiga de Bianca había reportado al FBI que la víctima sabía del romance y que le había dicho que “Rudolph nunca se divorciaría de ella porque no querría perder el dinero y que ella tampoco lo haría porque era una ferviente católica”. A Bianca no se le ocurrió que Larry llegaría tan lejos. Tan bien no lo conocía… Larry Rudolph sostuvo ser inocente. El juicio se realizó en la ciudad de Denver en julio de 2022. Los fiscales puntualizaron que el acusado había asesinado a su esposa con premeditación para poder cobrar los cinco millones de dólares de los seguros de vida y para poder ser libre para irse a vivir con su amante de larga data, Lori Milliron. Además, la urgencia por empezar su nueva vida lo había traicionado ante los ojos de todos. Un bartender del restó Steak 44 de la ciudad de Phoenix, Brian Lovelace, declaró que Rudolph y Lori solían ir al lugar donde él trabajaba. Dijo que, en una oportunidad, los había escuchado discutir. En un momento en que un tema musical terminaba y comenzaba el otro llegó a escuchar una frase de Larry: “Maté a mi mujer por vos”. Larry discutió lo que el mozo había declarado y dijo que ese joven había escuchado mal, que él en realidad había dicho otra cosa: “...ahora ellos dicen que maté a mi mujer por vos”. La investigación del FBI reveló que la muerte de Bianca Rudolph fue un homicidio premeditado para cobrar seguros de vida millonarios Matices discutibles al oído, pero no a la luz de las numerosas pruebas que había. Aun así Larry insistió: “No maté a mi mujer. No podría haberlo hecho”. También argumentó que ellos tenían desde el año 2000 un matrimonio abierto y “razonablemente feliz”. El testimonio de la manager del centro dental, Anna Grimley, fue crucial: ella relató que Lori le había contado un tiempo atrás que le había dado un ultimátum a su amante diciéndole: “deshazte de Bianca”. Por supuesto Lori Milliron lo negó y dijo por qué haría eso si ya había aguantado 15 años siendo la amante en las sombras. El jurado no le creyó. Después de tres semanas de juicio, el primero de agosto de 2022, lo declaró culpable. Un año después, en agosto de 2023, Larry Rudolph recibió su sentencia: cadena perpetua, más la pena accesoria por cometer fraude de otros 20 años. Además, se lo condenó a devolver los 4.877.744 millones de dólares a las empresas de seguros más una multa extra de 2.000.000. Y se ordenó que se le decomisaran sus activos: tenía que devolver los bienes adquiridos con ese dinero luego del homicidio. Entre ellos, dos casas valuadas en varios millones de dólares. Para la justicia ese patrimonio debe regresar a las empresas. Los hijos de la pareja malograda, Julien y AnaBianca, lo discuten con ferocidad. Arremeten contra el estado y dicen que ellos son víctimas, no cómplices, y que esas propiedades y dinero les pertenecen. Por lo pronto la casa de Larry y Bianca en Arizona ya fue vendida por las autoridades en siete millones de dólares. Veremos qué dice la justicia respecto del dinero y de lo que queda. En abril de 2023 los abogados del odontólogo solicitaron un nuevo juicio para su cliente, pero esa posibilidad le fue denegada. El agente especial del FBI, Mark Michalek, sostuvo: “El acusado creyó que podría matar a su mujer del otro lado del océano y salirse con la suya. Estaba equivocado y hoy es responsable de sus actos gracias a la búsqueda sin descanso de justicia de hombres y mujeres del FBI, del departamento de Justicia y de la familia de Bianca que nunca perdieron la fe en el sistema”. Hoy Larry está confinado a su celda en la penitenciaría de Terre Haute, en Indiana. No tendrá nunca la posibilidad de aplicar a la libertad condicional. Los hijos de la pareja (ambos caminando detrás de sus abogados) luchan por la herencia y niegan complicidad en el crimen que conmocionó a la comunidad estadounidense (AP Photo/David Zalubowski, File) Su amante Lori Milliron (hoy 66) no la sacó gratis. Fue también llevada a juicio en julio de 2022 y declarada culpable por haber sido cómplice de su amante, por obstrucción a la justicia y cinco causas por perjurio. ¿En qué mintió? En varias cosas. Una fue cuando dijo ante un gran jurado, en enero de 2022, creer que Larry le había dado cash antes de aquel viaje fatal solo por ser generoso, sin revelar que era su amante. Su sentencia fue a 17 años de cárcel en una prisión federal. Según el juez William J. Martínez había evidencia que demostraba cómo había instigado el crimen empujando a Larry a cometerlo. Y dijo, además, que ella no había demostrado arrepentimiento alguno, ni siquiera al ver las terribles fotos de la escena. Lori está tras las rejas en una cárcel de seguridad media en Marianna, Florida y su salida podría pedirla a partir del 15 de abril de 2036. Tanto Julien (hoy tiene 35 años y es abogado) como AnaBianca (quien trabaja en odontología) intentaron que su padre quedara libre y lo apoyaron al tiempo que siguen peleando por proteger su herencia para poder recuperar los bienes que la justicia ordenó decomisar. En una entrevista que le hizo ABCNews el año pasado Julian expresó, con voz quebrada, que sus padres “se llevaban bien. Ella era increíble. Ella era mi mejor amiga. Él trabajaba un montón y era un buen padre proveedor y pasábamos mucho tiempo juntos”. A pesar de la condena asegura no poder creer que su padre haya hecho lo que dicen. Treinta y cuatro años de supuesta felicidad terminaron en un segundo con aquel disparo certero al corazón. La verdad es que es difícil de creer que no haya sido Larry quien apretó el gatillo. ¿Quién saca nueve seguros de vida millonarios a nombre de su esposa? ¿Quién, ante el horror de una muerte accidental, crema inmediatamente al cuerpo de su pareja de más de tres décadas? ¿Quién muda a una amante a su casa solo tres meses después de enviudar? Larry Rudolph (hoy 70) lo hizo. Pretender que crean en su inocencia es casi un absurdo. La ingenuidad no fabrica justicia y eso, el jurado del caso, lo entendió muy bien.

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