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» Data Chaco
Fecha: 18/10/2025 17:10
Juan Carlos Tuyaré. El ser humano elige –entre un sin números de opciones- bajo qué modo intentará transitar por el mundo mientras este con vida. Uno de esos modos se le conoce con el nombre de "preparacionista", un sistema que intenta preparar una batería de elementos para la supervivencia en casos de extrema necesidad; como por ejemplo eventuales guerras, catástrofes naturales y cosas semejantes. Su manifestación más extrema se relaciona con la posibilidad de sobrevivir a un evento apocalíptico como el fin del mundo, cuando –según sus propias creencias- el planeta será destruido. Para esa situación, construyen túneles bajo tierra, en algunos casos verdaderas fortalezas, pensando o creyendo que llegado el caso, ese tipo de prevenciones les salvará la vida. Quienes son El significado de la palabra preparacionista, dice: "Estas personas almacenan alimentos y suministros, toman cursos de supervivencia, y aprenden habilidades como primeros auxilios o defensa personal para poder sobrevivir de forma autosuficiente. Abarca desde la preparación para emergencias personales hasta el escenario más extremo de un colapso global." A propósito de esa idea, Albert Einstein, quien fuera un físico alemán de origen judío, considerado el científico más importante del siglo XX (1879-1955); señaló que, por las consecuencias de una hipotética guerra nuclear, "No conozco con que armas se peleará la Tercera Guerra Mundial, pero la cuarta se peleará con palos y piedras", haciendo alusión a los protagonistas que hayan quedado después de una guerra nuclear, y que lucharían por sobrevivir entre las ruinas de las ciudades. Pierden el tiempo Ahora bien, desde el punto de vista teológico, nada de eso va a ocurrir en la inmediatez, ya que, si bien las Sagradas Escrituras aseguran que un evento apocalíptico sucederá, no será antes que termine el gobierno de Cristo en la tierra -en su segunda venida- y que durará mil años, evento que se lo conoce en el texto bíblico como el Milenio, relatado específicamente en el libro de Apocalipsis, capítulo 20. Período de tiempo en el cual reinará la paz, la justicia y la rectitud, porque Satanás será atado durante ese tiempo y no podrá ejercer su dominio sobre las personas. Habida cuenta de ello, los que se autodefinen como preparacionistas, solo pierden el tiempo que les queda de vida haciendo lo que hacen, porque el evento que esperan no ocurrirá, al menos antes de mil años, momento en que ninguno de ellos vivirá por razones más que lógicas. Pero aun así, si nosotros estuviéramos equivocados y ellos estuvieran en lo cierto, nadie podrá escapar de la furia de Dios en aquel momento. En el salmo 139, el salmista le dice a Dios: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a donde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; si en el Seol, lugar de los muertos hiciere mi estrado; he aquí, allí tú estás…" Este pasaje bíblico se refiere a la idea de que no hay lugar al que uno pueda ir para escapar de la presencia de Dios. Ya sea que uno suba al cielo, descienda a lo más profundo de la tierra, o vuele hasta el extremo del mar, la mano de Dios siempre llegará. Preparacionistas espirituales Lo ideal, desde la visión de las Escrituras, sería que los creyentes fueran preparacionistas para la eternidad. Más tarde o temprano todos pasaremos por la muerte primera, pero podemos prepararnos para evitar la muerte segunda. La muerte segunda se refiere a la separación eterna de Dios, identificada en la Biblia como el lago de fuego. Es un evento posterior a la muerte física y es vista como el destino final de los que han rechazado a Cristo o no han sido inscritos en el libro de la vida. Todo buen preparacionista debería tener como prioridad aceptar a Cristo como su Salvador personal y así evitar la muerte segunda. ¿Todavía no lo hiciste?.
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