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  • Scott Bessent apuesta el dinero de los contribuyentes en una gran jugada por Argentina

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 17/10/2025 18:38

    Javier Milei junto a Donald Trump en la Casa Blanca El rescate multimillonario del secretario del Tesoro, Scott Bessent, a un país con historial de incumplimientos de deuda despierta el temor de posibles pérdidas para Estados Unidos. Como uno de los principales inversores del filántropo liberal George Soros en la década de 1990, Scott Bessent saltó a la fama por una apuesta de 10.000 millones de dólares que sostenía que la libra esterlina estaba sobrevaluada. Esa jugada ayudó a “romper” al Banco de Inglaterra con operaciones devastadoras contra la moneda británica. En 2013, Bessent ganó 1.000 millones de dólares para el fondo de Soros con una enorme apuesta contra el yen japonés. Ahora, en una movida poco convencional y con escasos precedentes, Bessent está poniendo en juego su credibilidad como secretario del Tesoro del presidente Trump —y miles de millones de dólares de los contribuyentes— en otro tipo de apuesta cambiaria. Bessent, ex gestor de fondos de cobertura, está orquestando un salvavidas de 20.000 millones de dólares para apuntalar el peso argentino, que ha estado perdiendo valor. El respaldo busca sostener la economía argentina y al presidente Javier Milei. El viernes, Bessent dijo que el Departamento del Tesoro había intervenido por lo menos una segunda vez para comprar pesos. “El Tesoro mantiene una comunicación estrecha con el equipo económico de Argentina mientras trabajan para Hacer Grande a la Argentina Otra Vez”, escribió en redes sociales el viernes. “El Tesoro está monitoreando todos los mercados, y tenemos la capacidad de actuar con flexibilidad y con fuerza para estabilizar Argentina”. En los márgenes de las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial esta semana, Bessent evaluó aportar otros 20.000 millones de dólares adicionales para el atribulado país, además de una inyección de 20.000 millones en forma de canje de monedas con su banco central. Scott Bessent y Luis Caputo En el centro de su apuesta está la idea de que la moneda argentina —de un país endeudado cuya economía ha requerido más de 20 rescates— está subvaluada. Si acierta, Estados Unidos podría ganar dinero adquiriendo pesos que luego valdrán más, además de obtener acceso en condiciones favorables a los recursos naturales del país. Si se equivoca, Estados Unidos podría terminar subsidiando otro rescate fallido de un país que ha incumplido su deuda nueve veces. Es muy inusual que Estados Unidos intervenga directamente en la economía de otro país. Aunque rescató a México en 1995, históricamente ha involucrado a otras naciones o instituciones como el FMI para compartir el riesgo. El resultado tiene fuertes consecuencias políticas tanto para Bessent como para Trump. El presidente ya enfrenta críticas por rescatar a Argentina en un momento en que los agricultores estadounidenses sufren por la guerra comercial con China y los empleados federales no cobran durante el cierre del gobierno. “Están poniendo en juego su reputación, especialmente la de Bessent”, dijo Martin Mühleisen, exfuncionario del FMI y ahora miembro del Atlantic Council. Si Estados Unidos termina perdiendo dinero, “quedarán en ridículo”, agregó. El salvavidas que Bessent ha diseñado consiste en un swap de monedas entre bancos centrales, esencialmente un préstamo que Estados Unidos otorga a través del Tesoro al Banco Central de Argentina, que en los últimos meses se ha visto obligado a vender sus reservas en dólares para sostener el valor de su moneda. Bessent está usando un fondo que controla el Tesoro, conocido como Fondo de Estabilización del Cambio (Exchange Stabilization Fund), para comprar pesos. Dijo previamente que estaba dispuesto, si era necesario, a otorgar una línea de crédito y comprar bonos del gobierno argentino. El peso se ha desplomado ante los temores de que la suerte política de Milei esté decayendo y que las reformas económicas que impulsa puedan descarrilarse si su partido tiene un mal desempeño en las elecciones legislativas de este mes. Estados Unidos ha prometido respaldar la economía argentina, pero la administración Trump se ha mostrado vaga respecto a los detalles de cómo funcionarán esas intervenciones y qué medidas se toman para proteger a los contribuyentes de pérdidas. Brad W. Setser, exfuncionario del Tesoro y actual investigador principal del Consejo de Relaciones Exteriores, dijo que gastar ese dinero en Argentina era “prácticamente el uso más riesgoso imaginable del Fondo de Estabilización del Cambio”. El fondo mantiene dólares, divisas extranjeras y activos del FMI que controla Estados Unidos. El secretario del Tesoro tiene amplia discreción sobre su uso, aunque tradicionalmente se utiliza para estabilizar economías en crisis o con riesgo de impago, principalmente mediante préstamos o compras de moneda. A fines de agosto, el fondo tenía un saldo neto de unos 43.000 millones de dólares. Santiago Bausili y Luis Caputo en una conferencia en Washington Hasta ahora, no se han hecho públicos los detalles ni las condiciones del préstamo al Banco Central. Santiago Bausili, presidente del Banco Central argentino, dijo esta semana que esperaba que el acuerdo de swap con EE.UU. se activara antes de las elecciones del 26 de octubre. En un evento del Atlantic Council, declinó especificar qué activos integrarán la parte argentina del intercambio ni qué busca obtener EE.UU. a cambio. Según una fuente cercana a las negociaciones, los funcionarios estadounidenses han presionado a Argentina para acceder a sus reservas de uranio y litio, y para que reduzca sus lazos con China. Trump dijo esta semana que también era posible un tratado de libre comercio entre ambos países. El Departamento del Tesoro no respondió a pedidos de comentarios. Sin embargo, la historia económica de Argentina genera preocupación de que EE.UU. termine perdiendo dinero si la economía no se estabiliza y el peso sigue cayendo. Desde la década de 1950, el país ha recibido más de 20 paquetes de asistencia del FMI. De los aproximadamente 164.000 millones de dólares en apoyo vigente del Fondo a países de todo el mundo, Argentina representa cerca del 35%. Esa historia irregular no ha disuadido a los inversores extranjeros, que hasta el reciente revés electoral de Milei el mes pasado parecían optimistas con sus apuestas sobre el país. “Argentina es el regalo que nunca deja de dar”, dijo Douglas A. Rediker, socio gerente de la firma consultora International Capital Strategies. “Es increíblemente predecible en su ciclicidad a lo largo de las décadas, y siempre surge una nueva generación de inversores y operadores que creen que saben hacerlo mejor”. Trump dejó claro esta semana que el apoyo estadounidense depende de que el partido de Milei tenga buenos resultados en las elecciones. De lo contrario, dijo, Estados Unidos no “perderá su tiempo”. Pero si Milei sale fortalecido, surgirán muchas más preguntas sobre qué exigirá Estados Unidos a cambio para asegurarse de que le devuelvan el dinero. Aunque Milei ha recibido elogios internacionales por su agenda económica, algunos analistas sostienen que ha manejado mal la política cambiaria. Argumentan que, para estabilizar el peso a largo plazo, este debería “flotar” libremente y que, sin ese cambio, la inyección de fondos estadounidenses podría desperdiciarse. “Si EE.UU. ofreciera a Argentina un paquete de apoyo de largo plazo para sostener un tipo de cambio insostenible, sería una gran torpeza y un despilfarro de los recursos de los contribuyentes estadounidenses”, dijo Mark Sobel, exfuncionario del Tesoro. Sin exigir a Argentina que avance hacia un sistema más orientado al mercado, el temor es que el país siga quemando sus reservas para mantener el peso dentro de un rango, lo que implicaría que no tendrá suficiente dinero para pagar su deuda el año próximo, generando una nueva crisis de liquidez. El compromiso de EEUU es por 40 mil millones de dólares (REUTERS) Pero no se ha adoptado ningún plan de ese tipo. De hecho, Bausili dijo esta semana que Argentina planea mantener su política de permitir que el peso se mueva dentro de un rango específico. Según Alejandro Werner, exdirector del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, un peso libremente flotante es una condición necesaria, aunque no suficiente, para estabilizar la situación financiera de Argentina. También instó al Banco Central a adoptar una política monetaria “más normal”, con metas de inflación y una reducción mayor del gasto público. “Uno quiere que sus aliados puedan mantenerse por sí mismos después de recibir apoyo, y ahí es donde entra la condicionalidad”, dijo Werner. “Hasta ahora, no la hemos visto”. Monica de Bolle, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, comparó la decisión de la administración Trump de ayudar a Argentina con una “situación sin salida” para ambos países. “Si EE.UU. deja de proveer dólares, es improbable que se le reembolse y los argentinos sufrirán”, dijo. “Si EEUU decide ayudar de todos modos, enfrenta igualmente el riesgo de impago o de atrasos interminables, mientras Argentina se hunde en un régimen cambiario insostenible”. Bessent, quien ha dirigido el plan desde el principio, apuesta a que EE.UU. puede obtener ganancias con esta jugada y que mantener los recursos de Argentina lejos de China es estratégicamente importante. Si la apuesta tiene éxito, Isabelle Mateos y Lago —exfuncionaria del FMI y actual economista jefa de BNP Paribas— dijo que podría convertirse en una nueva forma de que EE.UU. brinde apoyo económico a sus aliados fuera de los canales tradicionales como el FMI, que condiciona los préstamos a reformas específicas. Sin embargo, omitir esas garantías es “un gran riesgo para los contribuyentes estadounidenses”, advirtió. Si Argentina se convierte en un pantano económico, Bessent podría cargar con gran parte de la culpa. “Generalmente no querés que tu primer uso del Fondo de Estabilización del Cambio sea un fracaso”, dijo Setser. “Creo que afectaría la credibilidad general de la gestión financiera del secretario Bessent”. © The New York Times 2025.

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