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» Tu corrientes
Fecha: 17/10/2025 07:34
A raíz de la denuncia pública de su colega Agustina Peñalva, la periodista de América TV relató un episodio que le sucedió a la salida de un programa de radio, luego de recibir más de 500 mensajes amenazantes El relato de la periodista Soledad Larghi (América TV y A24) sobre la violenta situación de acoso que sufrió, cobró nueva relevancia tras la denuncia pública de su colega Agustina Peñalva, de C5N, quien expuso una situación similar. La experiencia de Larghi, que hasta ahora mantenía en el ámbito privado, revela la intensidad y el impacto de este tipo de episodios en la vida personal y profesional de las víctimas. Al referirse a la denuncia de Peñalva, Larghi expresó su conmoción al reconocer en ese testimonio elementos que le resultaron familiares. “Me impresionó un montón. Vi recién el video y me impresionó porque, sí, sentía que estaba un poco recordando lo que me había pasado a mí”, afirmó Soledad Larghi durante una conversación con Pamela David en Desayuno Americano, por América TV. La periodista explicó que aunque sus compañeros conocían la situación, en su momento optó por no hacerla pública debido a la incomodidad y el temor que le generó. “Me dio un poco de miedo. Me impresionó mucho la situación. Fue muy incómodo para mi familia en general lo que pasó, porque venía como con una carga violenta y agresiva muy fuerte lo que esta persona me escribía”, relató. El episodio más grave ocurrió cuando Larghi salía de radio Belgrano, donde los sábados por la mañana de 2016 hacía el programa El sexto día junto a Débora Plager. “Salgo con mi matecito, mi termo, colgada de una palmera como siempre, voy al auto y antes de entrar al auto se me cruza un hombre que se me pone enfrente. Hice lo que nos pasa mucho a todas, que estamos un poco acostumbradas a que de repente se te aparezca una persona, le sonreí, ‘Hola, sí, ¿qué necesitás?’. Este hombre me mira y me dice: ‘Soledad, te vine a buscar’. Entonces, yo agarro y le digo: ‘No, te estás confundiendo’. Y cuando lo miro, ahí, lo miro con atención, este hombre estaba como temblando, le temblaba muchísimo la boca, me quedó grabada esta situación, y me dice: ‘Te vine a buscar, te dije que te venía a buscar y te vine a buscar’”, recordó la periodista. El temor la llevó a inventar la presencia de policías en las inmediaciones para intentar disuadir al acosador. “Le dije: ‘Mirá que del otro lado del vidrio hay un montón de policías que te están mirando. Si yo grito, estos policías van a actuar’. Era todo mentira, no había ningún policía, era sábado, no había nadie en la radio, pero a mí se me ocurrió decirle eso”, detalló. Acto seguido, relató, “Él se corre, yo me meto al auto, hago una cuadra y después tuve que frenar porque me temblaban las piernas. Esa cara me quedó grabada, porque él me estaba mirando y estaba temblando y con eso de que ‘te vine a buscar, te dije que te venía a buscar...’. En ese momento me dice: ‘Soy Gastón’, y un apellido, Gastón B., digamos”. Al llegar a su casa, Larghi compartió lo sucedido con su pareja de ese momento, quien sugirió consultar a la policía especializada en delitos informáticos. La investigación reveló que el hombre había estado esperándola desde hacía seis horas. “Fueron a buscar las cámaras de la radio, vieron que esta persona estaba desde las cinco de la mañana esperándome en la radio. El programa iba de nueve a once de la mañana, o sea que desde las cinco me estaba esperando ahí, se lo veía perfectamente”, explicó. Luego de no hallar respuestas al bucear en su cuenta de Instagram ni de Twitter (hoy X), la policía sugirió revisar los mensajes bloqueados en las redes sociales de Larghi, donde encontraron una gran cantidad de comunicaciones del acosador. “Aparecen un sinfín de mensajes, pero yo les digo quinientos mensajes. Quinientos mensajes de esta persona”, relató. El contenido de los mensajes variaba desde saludos cotidianos hasta comentarios sobre su vestimenta y consignas del programa, que el hombre interpretaba como dirigidos a él. “Yo en ese momento estaba haciendo la mañana en América con, con Antonio Laje y este hombre todos los días me ponía mensajes como diciendo: ‘Hola, buen día, mi amor. Me gusta el color que te pusiste. Está bien que respetes el color que a mí me gusta’. Al ratito me escribía otro mensaje, a los diez minutos: ‘No me gustó la consigna que dijiste. Entiendo que me estás mandando un mensaje’. Él interpretaba como que yo hablaba al aire y le estaba mandando mensajes a él“, recordó Larghi. La situación escaló cuando, ante la falta de respuesta, los mensajes se volvieron cada vez más violentos y explícitos. "Ya te dije que no me gusta que no me contestes, te voy a ir a buscar, vamos a hablar de esto seriamente, para llegar a mensajes que eran espantosos. Siempre los mensajes terminaban con te voy a hacer esto, esto y esto. Era todo de contenido sexual. Hasta que sangres...”, describió la periodista. Larghi precisó que recibía aproximadamente treinta mensajes diarios y que, tras bloquear al remitente, dejó de percibir la magnitud del acoso hasta que el hombre cumplió su amenaza de buscarla en la radio. La gravedad de la situación llevó a que se le asignara una custodia policial durante dos semanas, aunque Larghi manifestó su incomodidad ante esa medida. “Me pusieron durante dos semanas una custodia. Yo no quería saber nada porque me parecía muy incómodo tener una custodia policial. O sea, eran de civil, pero lo consideraron así. En ese momento me dijeron: ‘Mirá, una cosa es lo virtual, pero cuando se cruza la línea de lo virtual a lo real, esto es para tomar medidas’”, relató. El acosador volvió a contactarla dos semanas después, repitiendo la amenaza de buscarla en la radio. En esa ocasión, la custodia policial logró detenerlo en el lugar. Larghi presenció parcialmente el momento de la detención y recordó la reacción del hombre ante la policía: “Esta persona le decía a la policía: ‘No, no, pero ella nunca me dijo que no’”. La periodista subrayó que nunca había respondido a los mensajes, salvo para bloquearlo tras un comentario fuera de lugar, y que el acosador interpretaba sus intervenciones en el programa como mensajes personales. La justicia impuso una restricción de contacto al detenido, aunque en ese momento no se le ofreció un botón antipánico a la periodista. El caso de Soledad Larghi expone la persistencia y el peligro de los acosos que comienzan en el entorno digital y se trasladan al plano físico, así como el impacto emocional y las dificultades que enfrentan las víctimas al momento de denunciar y afrontar estas situaciones. Fuente: Infobae
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