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» Elterritorio
Fecha: 16/10/2025 17:27
La musicoterapia combina ritmo, sonido y silencio para favorecer el descanso, ordenar pensamientos y reducir tensiones. Desde esta práctica se busca ampliar la conciencia y construir paz interior y colectiva. jueves 16 de octubre de 2025 | 14:07hs. María Elena López Vinader en los estudios de Radioactiva 100.7 en Posadas. La musicoterapia se plantea como una disciplina que une arte, salud y reflexión. A través de los sonidos y el silencio, permite alcanzar serenidad, equilibrio y autoconocimiento. Según la musicoterapeuta María Elena López Vinader, la práctica ayuda a construir vínculos más conscientes y a transformar la manera en que las personas se relacionan con su entorno. "La música nos ayuda a ampliar nuestra conciencia, que es lo que necesitamos para salir de este vórtice de violencia, reflexionar, usar más la parte frontal del cerebro y hacer ese salto cuántico donde no estemos pendientes de un fulano que decida construir paz. Es un cambio de conciencia", expresó María Elena López Vinader en diálogo con Radioactiva 100.7. Desde su mirada, la cultura de la paz se construye con compromiso individual y cotidiano. Cada persona puede generar equilibrio interior si se detiene a reflexionar y adopta una actitud activa frente a la violencia. La profesional remarcó que la paz no depende de grandes gestos, sino de acciones pequeñas que se repiten día a día, en las relaciones familiares y en la comunidad. "Tenemos que estar en silencio, tenemos que reflexionar, tomarnos una pausa", indicó. A su vez, la musicoterapeuta relacionó la quietud con la posibilidad de reencontrarse con uno mismo y con los demás, al tiempo que consideró que esos momentos favorecen la calma mental y la claridad de pensamiento. En su intervención, la profesional se refirió al papel de la neurociencia al confirmar los efectos de la música sobre el cerebro. Según mencionó, los estudios actuales demuestran lo que ya se sabía desde hace mucho: los sonidos influyen en las emociones y ayudan a reorganizar la mente. Para ella, la práctica musical permite reducir el estrés cotidiano y ampliar la percepción de la realidad. "Hoy la neurociencia corrobora lo que ya se sabía hace muchísimo tiempo, esto de que la música calma la fiera. El cerebro de un músico tiene zonas más amplias, y la música nos ayuda a ampliar nuestra conciencia", afirmó. En sintonía, su análisis también giró en torno al descanso y la importancia del sueño. La especialista relató que trabajó en un hospital de neurociencias en Nueva Jersey con pacientes con epilepsia y observó cómo la musicoterapia acompañaba los procesos de relajación. También destacó la necesidad de respetar los ritmos vitales y el valor del sueño para mantener la mente en equilibrio. "La mente necesita reordenarse y descansar, y eso solamente con el sueño", recordó. La profesional señaló que la música de ritmo lento, acompañada de una respiración profunda y pensamientos agradables, ayuda a conciliar el sueño y a alcanzar un estado de bienestar general. Dentro de su recorrido personal, la musicoterapeuta evocó la influencia de su madre, concertista de piano, y de su padre médico. En su relato mencionó que descubrió la disciplina en Estados Unidos y que en ella encontró la posibilidad de unir la vocación artística con el deseo de ayudar a los demás. “Siempre me gustó este tema de poder ayudar a los demás, de la sanación, y qué mejor que con la música. Pero yo no sabía que existía la musicoterapia hasta que fui a Estados Unidos. Cuando escuché que existía, dije: esto es lo mío”, expresó López Vinader. De igual forma, la profesional reflexionó sobre la importancia del silencio y la escucha en la práctica musical. Sostuvo que hacer música con otras personas requiere atención y respeto, y que esta experiencia enseña a convivir. La educación musical en las escuelas es esencial porque fomenta la empatía y la cooperación entre los alumnos. "Decía Pau Casals que la música no es patrimonio de los músicos, es patrimonio de la humanidad, y todos tenemos que apropiarnos más de la música", recordó. A partir de esa idea, planteó que cuando se toca en grupo se aprende a escuchar y a equilibrar las diferencias, del mismo modo que ocurre en la vida social. Por último, la especialista se refirió a los símbolos que acompañan su tarea. Mencionó la bandera de la paz, creada -según recordó-por un autor ruso hacia 1930, símbolo que representa la unión entre el arte, la espiritualidad y la ciencia. También habló de la campana de la paz, elaborada con material de guerra y un corazón en la parte superior, como expresión de la unión entre razón y sentimiento. "La paz interior está en cada corazón, en cada uno de nosotros, y con ese deseo de que haya paz también, que podamos construir esto que estamos haciendo nosotros y que se extienda a todas las personas que están sufriendo", concluyó María Elena López Vinader.
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