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Fecha: 16/10/2025 12:36
Gabriela Sosa, directora ejecutiva de MUMALÁ (Mujeres de la Matria Latinoamericana), habló en el programa La Barra de Casal y alertó sobre una situación que calificó como “alarmante”: ante las cifras que registraron en lo que va de octubre 11 femicidios en Argentina, mientras que la provincia de Santa Fe contabiliza 29 casos en lo que va de 2025. “En octubre se han disparado los asesinatos por odio de género”, afirmó. Según explicó, las últimas situaciones no solo muestran una continuidad en los femicidios íntimos —aquellos cometidos por parejas o exparejas—, sino también un aumento de casos con contenidos simbólicos y organizados, como el reciente triple femicidio vinculado al narcotráfico y el de Córdoba, donde el acusado pertenecía a un grupo llamado Varones Unidos y difundía discursos de odio hacia las mujeres. Sosa destacó que este tipo de casos revelan una nueva forma de violencia: hombres que, desde espacios organizados en redes o páginas web, promueven el odio contra las mujeres y luego actúan violentamente. “de la construcción de esos mensajes se pasó a la acción”, explicó. Mientras tanto, los femicidios íntimos siguen siendo mayoría y ocurren dentro del hogar o en círculos cercanos a las víctimas. Sin embargo, los casos múltiples y vinculados a contextos más complejos, como el narcotráfico o las organizaciones de odio, requieren un abordaje distinto, con políticas estatales activas y sostenidas. A esto se suman decisiones que agravan el contexto, como la pretensión de eliminar la figura de femicidio del Código Penal o la derogación de reglamentos que restringían la tenencia de armas de fuego, lo cual —según advirtió— “genera un cóctel peligroso”. Consultada sobre las diferencias culturales dentro de la provincia, Sosa destacó la necesidad de mapear las violencias por territorio para diseñar políticas adecuadas. En el Gran Rosario, los femicidios están mayormente vinculados al narcotráfico. En el norte santafesino, predominan los casos de violencia crónica y sexual, muchas veces no atendidos por el Estado, incluso con denuncias previas. Sosa recordó situaciones recientes en Villa Ocampo, Avellaneda y El Conquistador, donde las víctimas habían denunciado a sus agresores sin recibir respuestas efectivas. En algunos de esos casos, incluso hubo intentos de encubrimiento por parte de funcionarios municipales o referentes políticos. “Es fundamental leer cómo se manifiestan los femicidios en cada región. La situación, se mire por donde se mire, necesita más inversión pública y no menos”, sostuvo. Ante la pregunta sobre si se trabaja desde la raíz cultural del problema, Sosa lamentó que la respuesta sea no. “Estamos en un momento de retroceso”, afirmó. En Santa Fe, una nueva ley de educación que incluía la incorporación de la educación sexual integral (ESI) no fue aprobada debido a la oposición en el Senado provincial. La dirigente subrayó que la ESI es clave porque permite que niñas y niños aprendan a identificar situaciones de violencia, a conocer sus derechos y a exigir respeto hacia su cuerpo. “Es una herramienta valiosa que hoy está prácticamente sin implementación a nivel nacional y muy debilitada a nivel provincial”, advirtió. Además, Sosa cuestionó la falta de campañas públicas que promuevan la igualdad y la prevención de la violencia de género. “Hace falta inversión del Estado. No podemos depender solo del compromiso de las feministas o de periodistas sensibles al tema”, enfatizó.
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