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  • «El tipo de cambio actual no está bajo, a principio de año sí lo estaba»

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    Fecha: 16/10/2025 10:50

    Alejandro Rebossio, periodista especializado en temas económicos y autor del libro «Estoy verde: dólar, una pasión Argentina», habló en el programa La Barra de Casal y se refirió a la situación actual del país en materia política económica y el acuerdo al que se ha llegado con Estados Unidos vía Donald Trump. «En el corto plazo le sirve al gobierno argentino para evitar un descalabro económico, porque si no hubiera sido por todas estas intervenciones, anuncios, pero también compra concreta que Estados Unidos que se metió a comprar pesos en el mercado argentino, es algo insólito, nunca se había visto un apoyo así. Hasta ahora era Argentina que quemaba sus dólares para contener el tipo de cambio, ahora es Estados Unidos y por eso también hay polémica en Estados Unidos, porque los demócratas critican al gobierno republicano por hacer esto» explicó Rebossio tratando de explicar esta paradoja de Estados Unidos comprando pesos y Argentina que sigue comprando dólares. Rebossio consideró que el movimiento de Trump no es puramente financiero, sino geopolítico. “Estados Unidos decide apostar por un país latinoamericano después de décadas de desinterés por la región”, afirmó. El trasfondo sería frenar el avance de China en América Latina, un proceso que Washington observa con preocupación. En ese marco, Argentina aparece como el único aliado relevante de Trump en la región, dado que otras grandes economías latinoamericanas mantienen posiciones políticas distantes. Este alineamiento recuerda al que existió durante la década de 1990 bajo el gobierno de Carlos Menem, cuando la relación con Estados Unidos fue especialmente estrecha. Según el periodista, este apoyo externo le permite al gobierno de Javier Milei llegar a las elecciones con cierta estabilidad, sin una corrida cambiaria ni un salto inflacionario que desate el caos. El respaldo estadounidense, sin embargo, no es desinteresado. Rebossio explicó que Estados Unidos tiene un fuerte interés en los recursos naturales argentinos, especialmente el litio y el cobre, esenciales para el desarrollo de la movilidad eléctrica y la inteligencia artificial. Hasta ahora, China, Australia y Canadá eran los principales inversores en el litio argentino. Washington busca revertir esa situación y favorecer el ingreso de empresas estadounidenses en ese sector estratégico. “Hay una disputa geopolítica entre China y Estados Unidos, y uno de los campos donde se libra es Argentina”, sostuvo el periodista. Actualmente, el tipo de cambio se ubica en niveles similares a los de diciembre de 2015, cuando Mauricio Macri levantó el cepo cambiario. Sin embargo, el mercado considera que todavía no es suficiente. Los inversores creen que Argentina necesita un dólar más alto para acumular reservas genuinas y sostener el equilibrio externo. El periodista también se refirió al impacto real en la industria y el empleo. En diálogo con empresarios metalúrgicos de Santa Fe, recogió la preocupación por la caída de la producción, las suspensiones laborales y el riesgo de despidos. “Esta ayuda de Estados Unidos evita una crisis mayor, pero no alcanza para reactivar la economía. Rebossio destacó además que las empresas enfrentan un panorama difícil y muchas esperan a ver qué ocurre después de las elecciones. “Este gobierno, a diferencia del anterior, no interviene frente a los despidos. Si una empresa echa personal, no llama al secretario de Trabajo. Son liberales en ese sentido”, señaló. Según datos oficiales, se destruyeron unos 200.000 empleos registrados durante los dos años de gestión de Milei. No obstante, una parte del empresariado mantiene expectativas positivas. “El establishment y los grandes empresarios están entusiasmados con el giro liberal del gobierno”, dijo Rebossio. Valoran la reducción del déficit fiscal, la baja de la inflación y la menor intervención estatal, además de apoyar las reformas laboral, tributaria y jubilatoria que promueve el oficialismo. Pero otros sectores son más escépticos: ven una economía estancada, un tipo de cambio atrasado y temen represalias comerciales de China si Argentina profundiza su alineamiento con Washington. En particular, los exportadores de soja observan con cautela el conflicto geopolítico: un eventual deterioro de la relación con Beijing podría traducirse en barreras sanitarias o restricciones comerciales a las exportaciones agroindustriales argentinas.

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