13/10/2025 16:33
13/10/2025 16:32
13/10/2025 16:32
13/10/2025 16:32
13/10/2025 16:31
13/10/2025 16:31
13/10/2025 16:31
13/10/2025 16:31
13/10/2025 16:31
13/10/2025 16:31
» SL24
Fecha: 13/10/2025 14:09
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp La presentación del Plan Paraná se realizó con un formato mixto: Patricia Bullrich habló desde una embarcación de Prefectura en Buenos Aires y mantuvo una comunicación en tiempo real con la secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva, que encabezó el acto operativo en la Isla del Cerrito, punto donde funcionará el comando unificado. Participaron los ministros de Seguridad del Chaco, Hugo Matkovich, y de Corrientes, Alfredo Vallejos, junto a los jefes de Prefectura Naval Argentina, Gendarmería Nacional, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria y el Servicio Penitenciario Federal. Bullrich enmarcó el anuncio en una línea de operativos fronterizos que viene aplicando su cartera. Mencionó acciones del Plan Güemes en Orán, Aguas Blancas y Salvador Mazza; el refuerzo en La Quiaca; el Plan Guazurarí en frontera con Brasil; la presencia en la Triple Frontera; y las intervenciones a lo largo del eje Misiones–Corrientes sobre el Paraná. En esa secuencia, el Plan Paraná —dijo— apunta específicamente a “blindar” el corredor fluvial. “Es fundamental entender que la frontera y la hidrovía son el punto que tenemos que terminar de controlar”, sostuvo. “Así como circula nuestro comercio, también intentan circular drogas, armas y otros ilícitos. La hidrovía no va a ser una autopista del crimen”. La ministra definió a la Hidrovía Paraguay–Paraná como “el corredor más importante de navegación de la zona”, con 3.400 kilómetros desde Puerto Cáceres, en Brasil, hasta Nueva Palmira, en Uruguay, e integrada por cinco países: Brasil, Paraguay, Bolivia, Uruguay y Argentina. Señaló que el tramo argentino abarca 1.700 kilómetros y recorre Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Santa Fe y Entre Ríos hasta desembocar en el Río de la Plata. “La cuenca del Plata es la más grande del hemisferio sur en agua dulce, de enorme valor ambiental y económico, y presenta desafíos de control fluvial y de prevención del crimen organizado”, remarcó. El lanzamiento incluyó un diagnóstico autocrítico sobre capacidades materiales. Bullrich afirmó que el Estado debió “poner de nuevo en pie lanchas que estaban desarmadas” y “sacar tecnología que estaba en cajas desde 2018 y que nunca se había utilizado”. Dijo que una parte de esos sistemas ya fue recuperada, aunque “queda corta” para la dimensión del desafío, por lo que el Ministerio avanzará con nuevas compras para control a distancia. “El control argentino no solo es en tierra, también es en nuestras aguas. No vamos a dejar un solo milímetro bajo el control de bandas”, enfatizó. El dispositivo operativo contempla presencia de lanchas de patrulla y embarcaciones de respuesta rápida, equipos y grupos especiales en puntos de mayor incidencia delictiva —con la Isla del Cerrito como epicentro inicial—, y una matriz de comando que articula el trabajo de las fuerzas federales con las policías provinciales. Bullrich agradeció, además, la colaboración de la Dirección Nacional de Migraciones y la Dirección General de Aduanas, al señalar que la integración con esos organismos es clave para la ejecución del plan. Monteoliva describió la primera fase como un “polígono de intervención” circundado por el eje Resistencia–Corrientes, La Leonesa, Itatí y la propia Isla del Cerrito. Allí funcionará el comando unificado, con articulación de las dos policías provinciales. Subrayó que la intervención integra patrullajes terrestres, acuáticos y aéreos con investigación criminal, inteligencia criminal y “persecución penal inteligente”. Recalcó que la estrategia se apoyará en evidencia y estadísticas para el diseño, la implementación y la evaluación de políticas públicas de seguridad en la zona. “Allí donde estamos, las cosas cambian; cuando se articula el esfuerzo federal con el local, los indicadores empiezan a mostrar una realidad distinta”, planteó. En su intervención, el ministro chaqueño Hugo Matkovich valoró que el punto de partida se ubique en su provincia. Dijo que el objetivo es “que la hidrovía sea un tránsito de personas y bienes dentro del marco legal y no un ámbito de actividades ilícitas” y pidió continuidad temporal de los operativos. Enumeró problemáticas como narcotráfico, contrabando, trata de personas y abigeato, e insistió en la necesidad de coordinación sostenida con fuerzas federales y sistemas de inteligencia para “resultados altamente positivos”. El ministro correntino Alfredo Vallejos coincidió en el diagnóstico y consideró que el Plan Paraná “reforzará el control en una vía estratégica de transporte”. Informó que la Legislatura de Corrientes aprobó días atrás la ley de narcomenudeo, que permitirá “una federalización parcial” en materia de persecución del microtráfico a nivel provincial, con nuevas herramientas para enfrentar ese eslabón del delito. Agradeció el apoyo del Ministerio de Seguridad de la Nación y confió en que el diseño conjunto “mejorará resultados” en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando. El prefecto general Guillermo Jiménez Pérez, jefe de Prefectura Naval Argentina, recordó que los jefes de las cinco fuerzas ya habían actuado en conjunto en operaciones anteriores, como el Plan Bandera en Rosario, y destacó la consigna que ordena el despliegue actual: “Si el crimen está organizado, las fuerzas federales y las provinciales tienen que estar organizadas para una lucha fuerte contra el delito”. Aseguró que, conforme a los lineamientos de la ministra y del Poder Ejecutivo, la coordinación interagencial es un eje no negociable del plan. Desde el Ministerio de Seguridad, el secretario de Lucha contra el Narcotráfico, Martín Berrier, ponderó el trabajo conjunto con las provincias y enmarcó el Plan Paraná en una serie de operativos que —señaló— derivaron en grandes decomisos recientes. “Este es un trabajo en conjunto con todas las provincias”, dijo, y aludió a las incautaciones acumuladas como parte de una estrategia de “máxima presión” sobre el crimen organizado. Bullrich cerró el acto con un repaso de la cobertura fronteriza, ubicando la Hidrovía como uno de los frentes “más extensos y difíciles” por tratarse de aguas internacionales con tránsito intenso y un entorno de 10.000 kilómetros de costas argentinas. Sostuvo que el Ministerio busca bloquear no solo el tráfico de drogas y el contrabando, sino también delitos asociados como trata de personas, secuestros y fugas. Puso como ejemplo un operativo reciente de impedimento de salida del país por Paso de los Libres a un sospechoso de femicidio, para ilustrar la integración de sistemas de búsqueda de personas con controles en frontera. “Nuestra cobertura cada día es más extensa”, aseguró. “Hoy movemos fuerzas hacia la Isla del Cerrito para que ese triángulo no pueda ser penetrado por las bandas. Vamos con todo.” La ministra reiteró que el objetivo político es doble: asegurar el comercio legal y neutralizar la superposición de flujos lícitos e ilícitos sobre el mismo corredor. “Necesitamos que el flujo legal sea cada vez más importante y, para eso, tener más control sobre el flujo ilegal. El Plan Paraná viene a recuperar el control y a blindar la hidrovía después de muchos años de abandono”, dijo. Agregó que el restablecimiento de equipos, embarcaciones y tecnología permitirá un monitoreo permanente y a distancia, y anunció nuevas adquisiciones para ampliar capacidades. A lo largo de la transmisión, Monteoliva insistió en que la evaluación de resultados será parte constitutiva del programa. “La evidencia nos permite tomar decisiones y ajustar. Esta es la articulación de un esfuerzo a gran escala para fortalecer lo que ya venimos haciendo y enmarcarlo hacia una seguridad sostenible”, expresó antes del cierre. En la misma línea, los ministros provinciales enfatizaron la continuidad a lo largo del tiempo como condición de éxito, destacando que, con el refuerzo federal, sus jurisdicciones podrán “multiplicar” el alcance de los controles. La dimensión del corredor obliga a un despliegue escalonado. El primer polígono —Resistencia, Corrientes, La Leonesa, Itatí y la Isla del Cerrito— se entiende como “punto caliente” de partida, con un comando unificado que integrará los recursos de las cinco fuerzas federales y de las policías del Chaco y de Corrientes. Aunque en esta etapa no se detallaron públicamente cronogramas ni listados de tecnología, la ministra hizo foco en dos ideas: patrullaje sostenido con embarcaciones operativas y vigilancia remota con sistemas que permitan “ver” y “actuar” sobre tránsitos sospechosos a lo largo de un trazado de miles de kilómetros. El encuadre regional de la Hidrovía, tal como se describió durante el acto, incluye cinco países y conecta a la producción regional con los mercados internacionales. El propio discurso oficial planteó que sobre esa misma vía se superponen flujos legales con actividades delictivas. La apuesta del Plan Paraná, en esa lógica, es separar ambos mundos con presencia estatal coordinada, reingeniería de controles, intercambio de información y un uso intensivo de herramientas de inteligencia que ya venían desplegándose en otros puntos críticos de frontera. En términos político-institucionales, el lanzamiento en la Isla del Cerrito buscó enviar un mensaje de coordinación con los gobernadores de Chaco y Corrientes, a quienes Bullrich dijo haber consultado “en numerosas oportunidades” sobre la necesidad de “cubrir ese triángulo” con presencia de fuerzas y con una base operativa estable. El acto, con autoridades judiciales, legislativas y de seguridad provinciales, procuró también reafirmar el respaldo local y la continuidad del esquema interjurisdiccional. El Ministerio de Seguridad evitó, durante el anuncio, cifras u objetivos numéricos de corto plazo, y la comunicación se centró en el concepto de “blindaje” y en la recuperación de medios. Sí hubo referencias a decomisos previos en otras fronteras y a la estabilización de un comando unificado que permita estandarizar procedimientos, patrullajes y vigilancia en el agua, la costa y el aire, con participación de todas las fuerzas y en interacción con Aduana y Migraciones. La presentación cerró con un gesto simbólico: la ministra agradeció a los equipos “que se mudan” hacia la Isla del Cerrito para operar desde allí y “proteger a los argentinos y a nuestra hidrovía”, una fórmula que condensó el enfoque que se intentó transmitir durante toda la jornada: la Hidrovía como eje de comercio y, a la vez, como frente de seguridad estratégica. “Vamos a seguir luchando contra el narcotráfico y el crimen organizado con cifras históricas de decomisos y con las bandas más peligrosas bajo alto riesgo en cárceles federales”, señaló, aludiendo a la articulación con el Servicio Penitenciario para impedir que las organizaciones mantengan capacidad operativa desde los establecimientos de detención. Con el Plan Paraná en marcha, la expectativa oficial queda atada a dos variables que el propio discurso destacó: continuidad temporal y coordinación efectiva. El tamaño del corredor y la diversidad de actores que confluyen en la Hidrovía imponen, por definición, una política sostenida, con medición de resultados, ajuste de dispositivos y una gobernanza que alinee fuerzas federales, policías provinciales y organismos de control. A partir de hoy, esa gobernanza tiene base operativa y nombre propio.
Ver noticia original