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» Diario Cordoba
Fecha: 13/10/2025 11:31
Entre el trabajo y el sueño, solo me quedaron tres horas libres. Lamentablemente, en ese rato no pude reflexionar sobre política internacional ni parir ninguna opinión nueva, como manda la actualidad. Solo fui capaz de cenar, encender la radio y fumarme un purito, el único del día, antes de acostarme. El balcón daba a un patio interior amplio, muy entretenido. En el tercero, el extremo incandescente de un canuto anunciaba la presencia de una adolescente, que aguantó apoyada en el alféizar hasta que el grito de su madre la disuadió. En el cuarto, una pareja dormía con la televisión encendida y sus extremidades desbordando el sofá: padres primerizos extenuados. Mi sombra era gigante en la fachada de enfrente, tanto que me eché a un lado para evitarla. Por un momento, muy breve, mantuve la mente en blanco. Hasta que la lluvia y los relámpagos entraron en escena, pillándome en pantalones cortos de pijama. Sentí el cambio del tiempo en mis pantorrillas; que este acontezca todos los años no evita la sorpresa. Es posible que, como cordobés, sea nefasto. Bebo más cerveza que fino, no me interesa el Córdoba CF y alguna vez he aprovechado la Semana Santa para irme por ahí: confieso, señor, que he pecado. Esta idea de mal cordobés, por tanto, ya la tenía de antes. Lo que sucede es que de un tiempo a esta parte lo he pensado tan a menudo que he llegado a preocuparme. No recordaba tantas procesiones extemporáneas, ni tantas verbenas ni los botellones en Colón y Santa Marina. Aun así, debido a mi carácter huidizo y desprendido, lo consideraba un despiste posible (lo de no enterarme de los botellones, menos). Afortunadamente, ya ha quedado claro que no se trata de una costumbre arraigada, sino de una moda. Ahora se lleva todo lo que aluda a raíces y folclore; ahora somos todos muy auténticos, muy puros, y se aplaude, lógicamente, hasta lo rancio. La revolución reside en lo de siempre, pero con el añadido de los móviles y las redes sociales; es decir, volvemos aleladamente al pasado. Se ha inaugurado una nueva discoteca en Córdoba. Según el promotor, su decoración es de estilo ibicenco, con vegetación natural; será un lugar en el que «se ponga en valor el buen trato», y estará dedicada a «gente adulta». Debe ser difícil entrevistar a un empresario de la noche sin que a uno le entre la risa. La discoteca estará, concretamente, en un local en el que antes había también una discoteca (Bambú), a la que precedió otra discoteca (Underground), un zulo en el que hasta un adolescente temería un posible incendio. Lo dicho: la revolución. *Escritor
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