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Parana » Informe Digital
Fecha: 12/10/2025 00:06
El viernes en San Nicolás Javier Milei parafraseó a Carlos Menem y prometió una “revolución productiva” y la creación de “cientos de miles de puestos de trabajo” gracias a la reforma laboral que pretende que el Congreso apruebe y que el Presidente ya anunció cuatro veces. A diferencia su antecesor riojano no habló de salariazo. El mandatario reconoció que necesitará el apoyo de un número importante de diputados que coincida con sus reformas y se mostró seguro de que los conseguirá. Fue un centro para los gobernadores de Provincias Unidas, para los peronistas del Norte y los provincialistas patagónicos que acompañaron, además de sus aliados electorales (Alfredo Cornejo, Rogelio Frigerio y Jorge Macri), las iniciativas del oficialismo en el Congreso durante el primer año de gobierno. Milei ya le había reconocido a Mauricio Macri en Olivos que tiene claro que necesitará el respaldo de ejecutivos provinciales para reunir la voluntad de 140 diputados. El líder del PRO le recordó que con los legisladores de su partido no le alcanzará para imponer su agenda de reformas. Para lubricar voluntades y generar los acuerdos políticos y el consenso que reclamó públicamente el secretario del Tesoro Scott Bessent, en el Gobierno no descartan ceder espacios de poder a gobernadores. En especial, a los de Provincias Unidas, una tarea que no será fácil. Primero está el 26 de octubre, una ecuación nada sencilla para la Rosada. El Gobierno pasó de la promesa de pintar el país de violeta a abrazarse a la hipótesis de que ganar a nivel nacional es ganar por un voto, como le dijo Diego Santilli a Clarín. La elección pinta con mucha dificultad en el NOA y en el NEA, donde el Presidente hizo campaña este sábado. En Santa Fe y Córdoba se proyecta un escenario de tercios. La victoria en la Ciudad no alcanzará a mitigar otra derrota sonora del otro lado de la General Paz, aunque los libertarios logren recortar la distancia en comparación a la elección bonaerense del 7 septiembre. Desde el otoño madrileño y antes de viajar a París, el ex presidente llamó a sus votantes a votar por LLA, en un comicio que comparó con la que perdió en 2019. Los alfiles de Macri descartan un interbloque. El flamante primer candidato de LLA en la Provincia Santilli le dijo a este diario que imaginaba a cada partido con su propio bloque, pero bajo el paraguas de un mismo interbloque que sirva para acompañar las reformas necesarias. La laboral necesitará nuevos jugadores y tal vez una reconfiguración del Gobierno, que sigue sumido en internas que obturan la gestión. El secretario de Trabajo Julio Cordero tiene sus tareas recortadas desde el inicio de la gestión por su superior, la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello. No es el único problema de coordinación. La Casa Rosada tiene loteado el diálogo con los sindicatos. Santiago Caputo y Guillermo Francos hablan por separado con Gerardo Martínez, de la UOCRA, mientras que los primos Martín y Lule Menem concentran sus oficios en el resto de los gordos. En rigor, ninguno de ellos es quien coordina el diseño y alcance de las reformas, que recaen en el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger, que no se caracteriza por su muñeca política ni por su capacidad para generar consensos. Algunos de los cambios que impulsó hasta ahora “el coloso” -como lo llama Milei- se frenaron en la Justicia o en otros ministerios. En las últimas horas y por los guiños de Macri volvió a circular el nombre de Jorge Triaca, que había acercado al ex secretario de Trabajo Omar Yasin, echado por televisión al inicio de la gestión, y también a Horacio Pitrau, subsecretario que también fue eyectado en los albores de la era mileísta. El ex ministro de Trabajo de Macri prepara un informe sobre las reformas necesarias. De nuevo, la necesidad del Gobierno de acercarse a los gobernadores tal vez obligue al Presidente a buscar candidatos para el cargo en otro sector. La Cartera de Justicia también cambiará de manos, además de la de Seguridad y la de Defensa, cambios obligados por las candidaturas de Patricia Bullrich y Luis Petri. Algunos se preguntan si tiene sentido promover para esos cargos a aliados que ya se pintaron de violeta como Guillermo Montenegro o el propio Santilli. Las internas palaciegas no se detienen ni siquiera en las horas más acuciantes del Gobierno. Y también son familiares. Semanas atrás, Luis Caputo le pidió a un amigo recomendaciones de nombres para el área de Transporte, que está bajo su órbita pero es cara a su sobrino Santiago. El ministro de Economía consultó a Guillermo Dietrich, ex funcionario y referente del área de Macri y una mala palabra para el asesor preferido de Milei. El resquebrajado triángulo de hierro solo se soldó la semana pasada para terminar de bajar a José Luis Espert. Después de recibir al enviado de Donald Trump, Barry Bennet, que adelantó la oficialización del swap y el anuncio de la inversión de OpenAI– el asesor sufrió este jueves el fuego amigo del jefe de Gabinete, el más político de los colaboradores de Milei. Francos no acostumbra a abonar la interna ni a los agravios, aunque este martes en Mar del Plata las cámaras lo captaron mientras le hacía fuck you a alguien que lo increpaba detrás de una valla frente al Hotel Hermitage, blindado por fuerzas federales. “El Presidente tendrá que analizar y resolver, ver qué rol juega cada uno. Hay actores del gabinete o del equipo de Gobierno que no están en el gabinete, que no tienen responsabilidad de gestión y por ahí están tomando decisiones”, sorprendió el jefe de Gabinete el jueves en Infobae. En la planta baja de la Rosada donde el ministro coordinador y el de Interior, Lisandro Catalán, tienen sus respectivos despachos cayó mal que el asesor interviniera (de manera activa y exitosa) en las negociaciones con mandatarios provinciales para lograr que el proyecto para modificar la ley de DNU volviera al Senado. El jefe de Gabinete reclama para sí y Catalán el control del diálogo político con la oposición. No es la primera vez que Francos cuestiona al asesor públicamente. En abril, había recordado que Caputo no tenía firma ejecutiva luego de que el Presidente ubicara al asesor por encima del jefe de Gabinete en el escalafón oficial. Los tiempos cambiaron para el Gobierno, que acumula desde entonces más de 20 derrotas en el Congreso, un cachetazo electoral en la Provincia y tuvo que recurrir al rescate de Estados Unidos. Milei había reconfigurado el triángulo de hierro con la incorporación del jefe de Gabinete para saldar la interna entre los alfiles de Karina y Caputo. En el macrismo toman nota de que Francos, factótum de los dos encuentros entre Milei y el ex presidente, logró que el Presidente terminara con los agravios y destrabar créditos para la Ciudad y transferencias de competencias que reclamaban el líder del PRO y su primo, que accedió a la petición de Bullrich para mostrarse con la ministra, tal como había adelantado este diario. Tienen esperanzas de que un Francos empoderado avance sobre las áreas de gestión que controla el asesor/consultor desde que Nicolás Posse dejó la jefatura de Gabinete. La candidata a senadora, en tanto, caminó el sábado por Devoto con Fernando de Andreis, mano derecha de Macri y uno de los dos nombres que el ex mandatarios pudo colar en la boleta tras los vetos de la hermana del Presidente.
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