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Parana » Informe Digital
Fecha: 11/10/2025 23:19
Miles de personas se concentraron en Antananarivo, capital de Madagascar, para reclamar el cese de los cortes de agua y electricidad, en la mayor movilización social de los últimos años. El sábado concluyó con al menos 26 heridos, según el personal médico del Hospital Joseph Ravoahangy Andrianavalona, mientras que testigos y fuentes militares informaron de dos muertes por disparos en las inmediaciones de las manifestaciones. Ante los disturbios, el general Jocelyn Rakotoson, jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, pidió que los uniformados regresaran a sus campamentos y exhortó a la ciudadanía a detener la destrucción de bienes públicos y privados. No obstante, su llamado fue recibido con abucheos por parte de algunos militares, lo que evidenció una fractura en las fuerzas armadas. La intervención militar dio un giro cuando soldados a bordo de tanques se aproximaron a la zona de Lake Anosy para animar a los manifestantes, quienes respondieron con gestos de agradecimiento. En ese momento la Policía empleó gas lacrimógeno y fuerza para dispersar a la multitud. Durante estos enfrentamientos se registraron dos muertes por heridas de bala —un civil y un soldado— según testimonios recogidos en el lugar, aunque no hubo confirmación oficial sobre el estado de los cuerpos. La comunidad internacional expresó su preocupación por la escalada del conflicto. El Departamento de Estado de Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos permanecer en sus domicilios. “Se recomienda encarecidamente a los ciudadanos estadounidenses que se resguarden en sus hogares. Los informes indican que la Gendarmería y el Ejército intercambiaron disparos en el centro de la ciudad, cerca del lago Anosy, y algunas facciones de las fuerzas de seguridad se han unido a las protestas. La situación sigue siendo muy volátil e impredecible”, señaló el gobierno estadounidense. El epicentro de la protesta fue la emblemática plaza 13 de Mayo, vinculada históricamente a agitaciones políticas. Jóvenes de la Generación Z encabezaron la llegada masiva, inspirados por recientes movimientos sociales en Kenia y Nepal. El estallido social responde a la crisis energética, los reiterados cortes de agua y electricidad, el desempleo, la precariedad y la percepción de ineficiencia del sistema educativo. La falta de respuestas del gobierno despertó pedidos de renuncia al presidente Andry Rajoelina y exigencias de una transición política. Los organizadores rechazaron la propuesta de diálogo nacional impulsada por el jefe de Estado. La inestabilidad se agravó después de la disolución del gobierno, anunciada la semana pasada por Rajoelina, y del nombramiento del general de división Ruphin Fortunat Zafisambo como nuevo primer ministro. En ese contexto, Zafisambo, mediante Facebook, envió hoy un mensaje al personal militar: “Todos nosotros, ya seamos militares, policías o gendarmes, procedemos del pueblo, por lo que debemos escuchar su voz y sus quejas”. Desde el inicio de las protestas, el 25 de septiembre, la represión estatal ha sido constante. Según Naciones Unidas, se registran al menos 22 muertos y más de 100 heridos, aunque el Gobierno malgache no reconoce oficialmente esas cifras. Las fuerzas de seguridad han empleado gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras para dispersar concentraciones. Los disturbios provocaron saqueos y destrucción en varias zonas de la capital. En paralelo, aumenta la incertidumbre sobre el paradero de Andry Rajoelina. Fuentes de Europa Press señalan que ese vacío intensifica la confusión política e impide el diálogo con las fuerzas sociales movilizadas. La presidencia permanece bajo fuerte escrutinio tras su reelección en diciembre de 2023, en un proceso electoral impugnado por la oposición. Desde el golpe de Estado que lo llevó al poder en 2009 y su regreso en 2018, Rajoelina, de 51 años y ex disc jockey, afronta su mayor desafío, impulsado por una juventud que reclama servicios básicos, oportunidades laborales y mayor transparencia pública. A nivel internacional, la advertencia del gobierno estadounidense elevó el nivel de alerta, subrayando la extrema volatilidad tras la participación del Ejército en las protestas. (Con información de EFE y Europa Press)
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