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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/10/2025 14:41
Fernando Baer estimó que el tipo de cambio de cobertura de la Base Monetaria con las reservas brutas del BCRA es de $953 (Foto: Reuters) El debate en torno a la dolarización regresó al centro de la escena económica argentina, reforzada incluso por la confirmación del paquete de asistencia financiera puesto en marcha el jueves pasado por el Tesoro de los EEUU. La discusión cruzó opiniones de economistas y equipos técnicos en la búsqueda de determinar si existen condiciones reales para avanzar hacia la adopción del dólar estadounidense y cuáles serían sus posibles consecuencias. En un contexto caracterizado por dudas sobre la solidez del régimen monetario vigente y la atención puesta en la eventual llegada de asistencia externa, distintos referentes plantearon sus visiones sobre la viabilidad, los mecanismos de implementación y los riesgos asociados a la eliminación de la base monetaria en moneda nacional. Tipos de cambio de cobertura: dos fórmulas y sus implicancias Fernando Baer, economista de Quantum Finanzas, presentó a partir de distintos supuestos el cálculo del tipo de cambio de cobertura, es decir, el valor teórico al que se podría convertir toda la base monetaria a dólares utilizando los recursos disponibles. En la primera hipótesis, Baer tomó el total de reservas internacionales brutas (USD 42.330 millones) como fondo potencial para dolarizar. Comparó ese monto contra la base monetaria ($40.356.005 millones), lo que arrojó una relación de $953 por dólar. De esta manera, si se utilizara el stock entero de reservas sin deducciones, ese sería el nivel de conversión necesario para absorber la totalidad de la moneda local circulante. EL tipo de cambio de cobertura de la Base Monetaria sube a $ 1.362 si a las reservas brutas se le restan los encajes en dólares El segundo ejercicio excluyó de las reservas el llamado efectivo mínimo o encajes bancarios (USD 12.700 millones), que son fondos en custodia de los bancos y no están disponibles para libre uso del Banco Central. El monto real de reservas líquidas quedó en USD 29.630 millones. Bajo este enfoque, el tipo de cambio de cobertura subió hasta $1.362 por dólar, dado que el respaldo disponible se redujo y la base monetaria a cubrir permaneció inalterable. “Si se tiene en cuenta la posibilidad de asistencia del Tesoro, no parece para nada inviable una dolarización. La conveniencia, mientras tanto, es debatible: por un lado se deja de emitir pesos que la gente no quiere, por el lado de los costos le saca flexibilidad a la economía”, dijo Baer a Infobae. Los promotores del cambio: argumentos y cifras Entre quienes impulsan el reemplazo pleno del peso por el dólar, Alfredo Romano, presidente de Romano Group, defendió que “Argentina no sabe flotar”. Romano sostuvo que este esquema constituye una “oportunidad histórica para dolarizar” y la alternativa más resistente frente a retornos de gobiernos que puedan buscar revertir el régimen instalado. Romano propuso concretar la dolarización a un tipo de cambio oficial de $2.000, cifra que describió como muy atractiva para la conversión. Según su evaluación, una vez implementada la dolarización, la inflación medida en dólares podría ubicarse en un rango del 5% anual en un horizonte de 12 meses, un ritmo considerablemente menor que los registros previos en moneda local. Argentina no sabe flotar (Romano) Dentro de las condiciones necesarias para consolidar el esquema, Romano identificó el ingreso de dólares mediante el desarrollo de Vaca Muerta, el impulso derivado de reformas impositivas y laborales y la habilitación de nuevas líneas de crédito privado. La combinación de estos elementos debería, según el consultor, garantizar el respaldo necesario para la transición y la posterior estabilidad bajo el sistema dolarizado. Alfredo Romano expresó su recelo ante la posibilidad de un regreso del peronismo al poder, argumentando que la dolarización constituiría una barrera estructural contra políticas económicas que pudieran erosionar la estabilidad planteada. Posturas escépticas y advertencias técnicas Emiliano Libman, economista de Fundar e investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), adoptó una visión crítica sobre la viabilidad operativa de la dolarización. Libman puntualizó que para dolarizar a un tipo de cambio de $2.000 sería necesario contar con casi USD 100.000 millones en reservas netas para cubrir los depósitos, cuando el stock real alcanzó únicamente los USD 5.500 millones. El secretario del Tesoro de los EEUU, Scott Bessent, y el ministro de Economía, Luis Caputo, sellaron un acuerdo de apoyo financiero Libman calculó que con USD 30.000 millones apenas se podría rescatar la base monetaria. Ese cálculo representa un fuerte condicionamiento financiero si el objetivo consiste en respaldar toda la moneda local sin dejar márgenes sin cubrir. Emiliano Libman explicó que la reaparición del debate en la agenda respondió a la “insostenibilidad de la política económica” y a la expectativa acerca de un potencial aporte de divisas desde el Tesoro estadounidense. El investigador puso de manifiesto los riesgos legales, políticos y económicos de una implementación apresurada o incompleta de la dolarización, advirtiendo sobre las consecuencias negativas de un régimen lanzado con escasez de dólares y deficiencias normativas. La reaparición del debate en la agenda respondió a la insostenibilidad de la política económica y a la expectativa acerca de un potencial aporte de divisas desde el Tesoro de EEUU (Libman) Libman también cuestionó la sincronización entre los ciclos económicos de Argentina y Estados Unidos, y la mayor exposición a shocks externos que la dolarización podría introducir una vez desaparecida la moneda local. El economista de Cedes consideró que si bien la volatilidad podría mantenerse similar a los niveles actuales, solo la existencia de una “buena política” con moneda propia podría reducir esos riesgos de manera más eficaz que el cambio de régimen. Las condiciones necesarias La consultora 1816 sumó una serie de advertencias respecto de las condiciones imprescindibles para encarar el proceso. Según su análisis, la dolarización con “riesgos controlados” requeriría, en primer lugar, un préstamo neto de entre 40.000 y 50.000 millones de dólares por parte de Estados Unidos. Según la consultora, con solo USD 16.000 millones al tipo de cambio vigente se podría cubrir la base monetaria, pero en ese caso los depósitos en pesos que pasarían a dólares no tendrían ningún respaldo genuino. Las reservas internacionales del BCRA están en niveles muy bajos, lo que dificulta una dolarización (Foto: Reuters) La otra condición identificada por la consultora refiere a la legitimidad institucional. Estimó que haría falta una consulta popular no vinculante que diera aval social al proyecto, ya que previó un Congreso escéptico respecto a esta iniciativa y con posibilidades reales de frenar un decreto presidencial, incluso si el gobierno lograba imponerse en las urnas. Estos factores plantearon una doble barrera, financiera y política, para quienes abogan por encaminar a la economía argentina hacia la dolarización total. Fundamentos económicos y advertencias institucionales La Fundación Mediterránea elaboró un informe basado en criterios de las áreas monetarias óptimas para analizar la pertinencia de una moneda común. Según el trabajo de Gustavo Reyes, economista de Ieral Mendoza, Argentina y Estados Unidos no presentan sincronía en sus ciclos económicos, ya que en las últimas cuatro décadas la tasa de crecimiento estadounidense solo explicó un 10% del crecimiento argentino. A esta ausencia de correlación se sumó la escasa integración de los mercados laborales y la imposibilidad de pensar en transferencias fiscales directas para compensar recesiones asimétricas. Argentina y Estados Unidos no presentan sincronía en sus ciclos económicos, ya que en las últimas cuatro décadas la tasa de crecimiento estadounidense solo explicó un 10% del crecimiento argentino (Reyes) El análisis también contempló que desaparecería el señoreaje, es decir, los ingresos que obtiene el Banco Central a partir del crecimiento de la demanda de dinero local. En un escenario de dolarización, esos ingresos serían absorbidos exclusivamente por la Reserva Federal de Estados Unidos. Según el analisis del investigador de Fundación Mediterránea, “la imposibilidad de actuar como prestamista de última instancia frente a crisis de liquidez y la dificultad para ajustar ante shocks negativos a través del tipo de cambio real poseen implicancias potenciales para el empleo y la actividad, favoreciendo la aparición de procesos deflacionarios y de endeudamiento”. Maximiliano Gutiérrez, referente del área internacional de Fundación Mediterránea, destacó que la baja reciente de la inflación quitó atractivo a los beneficios inmediatos de la dolarización, pero los costos estructurales no experimentaron variaciones. El experto remarcó que la adopción de esta estrategia no garantiza crecimiento ni blinda al sector público ante eventuales déficits fiscales, que en ese caso deberían financiarse con nueva deuda. El debate sobre la dolarización involucró discusiones entre miembros del gabinete nacional y que la selección de estrategias de estabilización implicó el análisis de los límites prácticos, políticos y financieros El vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, manifestó su perspectiva sobre el proceso, describiéndolo como “muy complejo de implementar”. El funcionario recordó que Luis Caputo, ministro de Economía, intervino personalmente al inicio de la actual gestión presidencial para persuadir Javier Milei de dejar de lado la idea de eliminar el peso. La referencia de Werning consignó que el debate involucró discusiones entre miembros del gabinete nacional y que la selección de estrategias de estabilización implicó el análisis de los límites prácticos, políticos y financieros que supondría una transición hacia el dólar. Encadenando estas posturas e informes, el debate argentino sobre la dolarización cobró una nueva dimensión, en un momento de volatilidad cambiaria y reconfiguración de expectativas, tanto en los mercados como en el plano institucional.
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