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» Radiosudamericana
Fecha: 11/10/2025 02:59
Viernes 10 de Octubre de 2025 - Actualizada a las: 18:57hs. del 10-10-2025 OPINIÓN Las elecciones provinciales de este año se nacionalizaron, y el oficialismo perdió 8 de las 10 que se disputaron. Ahora, las elecciones nacionales parecen internacionalizarse, abriendo nuevos interrogantes. La asistencia económica de Estados Unidos busca evitar una explosión del programa económico, postergando los problemas de fondo. Esta ayuda neutraliza los efectos inmediatos de la crisis, pero no resuelve sus causas estructurales, que radican en la inconsistencia del plan de estabilización y su escasa sustentabilidad. El programa se basa en tres ejes: contener la inflación mediante el ancla del dólar, aplicar altas tasas de interés y permitir una apertura indiscriminada de importaciones. Para recibir esta ayuda, se exigen tres condiciones principales: Reconocer el fracaso del programa de estabilización y el incumplimiento de los compromisos con el FMI para 2026: 4.600 millones de dólares en enero, 5.000 millones en julio y 13.000 millones en intereses de deuda soberana, además del roll over de vencimientos a tasas elevadas. Aceptar la motivación ideológica y financiera de la potencia hegemónica: el alineamiento con la nueva derecha global y la necesidad de proteger a los tenedores de bonos argentinos, beneficiando a fondos de inversión vinculados a funcionarios del Tesoro estadounidense. Asumir el costo político interno, tras haber perdido la mayoría de las elecciones provinciales, intentando evitar que las nacionales terminen en un “Waterloo” electoral. Existen antecedentes históricos de este tipo de asistencia. En México, diciembre de 1994, durante la transición entre Salinas de Gortari y Zedillo, se produjo una fuerte devaluación y crisis de balanza de pagos conocida como el “efecto Tequila”. El presidente Bill Clinton solicitó al Congreso apoyo financiero, que fue rechazado, y utilizó en su lugar el Fondo de Estabilización Financiera. Otro antecedente se dio bajo Barack Obama, quien, tras el tsunami de Japón en 2011 y el desastre nuclear de Fukushima, autorizó una intervención coordinada con el G7 para comprar yenes por 1.000 millones de dólares y evitar un efecto dominó financiero global. En esta oportunidad, Donald Trump aplicó un recurso similar para estabilizar el mercado argentino, sumado a un acuerdo de swap de monedas por 20.000 millones de dólares entre el Tesoro estadounidense y el BCRA. Este convenio permitiría aumentar las reservas y cumplir con los pagos al FMI en 2026, evitando un eventual default. La noticia generó alivio transitorio y se interpreta como un amortiguador electoral hacia los comicios del 26 de octubre. Podría decirse, irónicamente, que las elecciones provinciales se nacionalizaron —y salieron mal—, y ahora las nacionales se internacionalizan. El economista Paul Krugman, Premio Nobel, advirtió que el programa Milei–Caputo recuerda al Plan de Convertibilidad de 2001: “Euforia inicial seguida de desastre”. Por su parte, Ricardo Arriazu sostuvo ante empresarios que defender el tipo de cambio antes de las elecciones es clave: “Si se escapa, se pierde”. Afirmó que una devaluación o liberación del tipo de cambio tras los comicios sería negativa, y desaconsejó la dolarización, por considerarla inviable en las condiciones actuales. Cabe recordar que Arriazu fue asesor de Martínez de Hoz, el ideólogo del plan económico que inspiró al actual gobierno, y creador de la recordada tablita del dólar, que terminó en un fuerte deterioro industrial, caída del empleo, pérdida de inversión y endeudamiento masivo. En conclusión, esta asistencia sin un programa de mediano plazo ni una reingeniería de la deuda externa —con reestructuración, quita, rebaja de intereses y recompra de bonos soberanos a valor de mercado— equivale a una alquimia transitoria. La Argentina necesita equilibrio fiscal sustentable, reducción de la deuda soberana mediante herramientas simultáneas y una transformación de la matriz productiva, apostando a la economía del conocimiento. Actuar por razones electorales o afinidades ideológicas es imperdonable: esta ayuda es apenas un placebo que detiene la hemorragia, pero no extirpa el tumor ni soluciona las causas de fondo. Solo neutraliza los efectos, y lo hace transitoriamente. Noel Eugenio Breard - Senador Provincial UCR
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