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» Corrienteshoy
Fecha: 10/10/2025 21:23
BELLEZA! Dos cachorros de Aguará Guazú fueron rescatados del los Esteros del Iberá en Corrientes El regreso del aguará guazú: dos crías rescatadas renuevan la esperanza para una especie en peligro de extinción Dos cachorros de aguará guazú, Kuarahy y Jasy, fueron rescatados en los Esteros del Iberá, en Corrientes, cuando apenas tenían 45 días. Tras ser encontrados sin su madre, recibieron atención de la Fundación Rewilding Argentina y luego fueron trasladados al Centro de Recuperación de Especies de Temaikèn, donde atraviesan un proceso de rehabilitación clave para su regreso a la naturaleza. El objetivo del programa es que los animales crezcan en condiciones controladas, sin contacto humano directo y con todas las habilidades necesarias para sobrevivir en libertad. En el centro, los especialistas monitorean su desarrollo mediante controles veterinarios y análisis de comportamiento que garantizan su bienestar y adaptación progresiva al entorno silvestre. Cada paso en su recuperación es fundamental: estos ejemplares representan una esperanza concreta para la conservación del mayor cánido de Sudamérica, una especie emblemática que enfrenta una alarmante reducción de su hábitat y una constante amenaza por la pérdida de ecosistemas naturales. El trabajo de la Fundación Temaikèn no solo busca devolver animales a su ambiente original, sino también restaurar los equilibrios ecológicos que se ven comprometidos por la expansión agropecuaria, la caza furtiva y el tráfico ilegal de fauna. El aguará guazú: símbolo del monte y víctima del avance humano El aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) habita originalmente los pastizales, sabanas y esteros del noreste argentino. Su distribución abarca Corrientes, Chaco, Formosa, Santa Fe, Misiones, Santiago del Estero, norte de Córdoba y Entre Ríos, aunque los registros recientes muestran un desplazamiento hacia zonas marginales, incluso hasta el norte de Buenos Aires, en busca de refugio. Este desplazamiento evidencia un proceso de fragmentación del hábitat cada vez más grave. La transformación del paisaje para el cultivo intensivo de soja y maíz, los incendios forestales recurrentes y el avance urbano reducen las áreas disponibles para su alimentación y reproducción. En la actualidad, la especie está catalogada como de “casi amenazada” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Aunque su distribución es amplia, las poblaciones son naturalmente pequeñas y dispersas, lo que las vuelve vulnerables a la pérdida de hábitat y a enfermedades transmitidas por perros domésticos. El aguará guazú puede pesar entre 20 y 30 kilos y medir hasta 1,40 metros de largo. Su dieta omnívora —basada en frutos, pequeños mamíferos y aves— lo convierte en un regulador natural del ecosistema. Su desaparición tendría consecuencias ecológicas profundas en los humedales y bosques del norte argentino. Aguará Guazú en su hábitat natural 25 años de conservación activa La Fundación Temaikèn cumple 25 años trabajando en la conservación y restauración de la biodiversidad argentina. A lo largo de este tiempo recibió más de 16 mil animales silvestres, priorizando la atención de especies en riesgo como el cardenal amarillo, el guacamayo rojo o el propio aguará guazú. El programa de conservación incluye acciones en Patagonia, Misiones y Buenos Aires, con el fin de fortalecer corredores biológicos y garantizar la continuidad de los ecosistemas. Su enfoque combina rehabilitación, investigación y educación ambiental, promoviendo una convivencia más armónica entre las comunidades humanas y la fauna autóctona. La recuperación de Kuarahy y Jasy no solo representa un triunfo veterinario, sino también un recordatorio del valor ecológico del aguará guazú como especie paraguas: al protegerlo, se protegen también los ambientes que lo sostienen. En un contexto de crisis ambiental global, estas iniciativas de rescate y reinserción se convierten en una respuesta concreta frente a la pérdida de biodiversidad. La supervivencia de estos dos cachorros simboliza una victoria en pequeña escala, pero con un enorme impacto ecológico y cultural para el futuro de la fauna argentina.
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