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» La Capital
Fecha: 08/10/2025 18:54
Ezequiel "Chapu" Franco comenzó a ser juzgado como uno de los atacantes que en 2022 abrieron fuego contra dos mujeres en venganza por un doble crimen El doble crimen ocurrió en Bermúdez y Juan Pablo II, en Molino Blanco. Al día siguiente balearon a Paula y a su hija Un doble crimen, una represalia a tiros con dos mujeres heridas y un trasfondo de conflictos barriales conforman la trama de un juicio oral que arrancó este miércoles en el Centro de Justicia Penal. Ezequiel “Chapu” Franco comenzó a ser juzgado como uno de los tiradores que en 2022 dispararon contra una vecina de barrio Molino Blanco y su hija embarazada de seis meses para vengar el asesinato del día anterior de Jonatan Schneider. Quien había sido acribillado junto a una vecina que quedó en la línea de tiro. La fiscalía pidió 12 años de prisión para el acusado, que contaba con una condena previa. El debate comenzó ante los jueces Valeria Pedrana, Rafael Coria y Carlos Leiva. El fiscal Lisandro Artacho acusó a Franco, de 30 años, como coautor de dos intentos de homicidio agravados y la portación ilegal de un arma. El acusado había sido condenado el 1º de junio de ese año a 3 años de prisión por portar un arma de uso civil. A raíz de ese antecedente el fiscal pidió que la pena solicitada se unifique en 15 años con la anterior. Al caer la tarde del 5 de septiembre de 2022, Paula y su hija Tamara, embarazada de seis meses, salieron de su casa de la zona sur para ir a una pollería. Desde abajo de un puente aparecieron dos chicos en bicicletas y les dispararon doce tiros de los que lograron reponerse luego de pasar varios días internadas. Fue a las 19.30 en el pasaje 525 al 600, en la zona de Bermúdez y Circunvalación. Los disparos partieron de una pistola 9 milímetros. Los tiradores huyeron en las bicicletas hacia el lado de calle San Martín, cruzando la vía. El padre y esposo de las víctimas salió de su casa apenas escuchó los disparos. El hombre cargó a su hija en un auto para llevarla al hospital Roque Sáenz Peña y le pidió ayuda a un vecino, que trasladó a Paula, luego derivada al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. Los tiros dejaron gravemente herida a Tamara, quien cursaba el sexto mes de embarazo. Recibió ocho disparos y estuvo en terapia intensiva. Su madre sufrió cuatro balazos que le afectaron un pulmón, el hígado, el intestino, el colon y rozaron el corazón; heridas de las que se repuso tras permanecer once días hospitalizada. “Por suerte al bebé no le pasó nada”, dijo la chica cuando pudo declarar. El ataque ocurrió al día siguiente del doble crimen de Jonatan Schneider y Graciela Carrizo, una mujer de 58 años que quedó en el camino de las balas dirigidas al primero cuando tomaba mates en una placita de Molino Blanco. Los dos ataques están conectados: Chapu fue acusado de balear a las mujeres por ser parientes de uno de los atacantes que dispararon contra Schneider. >>Leer más: Condenan a 25 años de cárcel a dos hombres por un doble homicidio en barrio Molino Blanco La madre de la chica embarazada es prima de Miguel Angel López, de 35 años, quien en abril pasado fue condenado a 25 años de prisión por el doble homicidio motivado en una vieja enemistad que mantenía con Schneider. Con él, al término de un juicio, fue condenado a la misma pena Diego Fernando Aguirre como otro de los tiradores. Venganza desde prisión Franco fue acusado de cometer la balacera en represalia junto a un sobrino adolescente de Schneider al que le dicen “Monito” y que también está detenido. De acuerdo con la investigación, Chapu era cuñado de un sobrino de Schneider que cumple en Piñero una condena a 10 años de prisión por delitos varios y por su pertenencia a la asociación ilícita de Uriel “Lucho” Cantero —tercera generación de Los Monos— de quien sería medio hermano. Algunos testimonios referidos en la acusación sugieren que este preso ligado a Los Monos habría ordenado la balacera contra las mujeres y que Monito y Chapu fueron su mano de obra. Según los testimonios, el día de la balacera los dos muchachos iban armados pero fue Monito quien disparó sin decir nada. Con una pistola 9 milímetros el tirador disparó al menos doce balas, primero hacia Paula, que en vano intentó cubrir a su hija: fue herida en el pecho y, al caer, en una pierna. Luego el agresor abrió fuego contra la chica embarazada, que alcanzó a gritar “No, no, Monito”. “Le disparó hasta que ella se cayó. No dijeron absolutamente nada. El que disparó fue Monito. El otro tenía un fierro también, lo sacó pero no vi que haya tirado. Fue todo rápido. Se fueron rápido en bici”, contó un testigo. >> Leer más: Quién era Graciela, una de las víctimas del doble crimen del barrio Molino Blanco Las víctimas, en tanto, admitieron que tenían relación con su primo ahora condenado por el doble crimen. Habían sufrido amenazas y tras el ataque debieron dejar el barrio. Desde un comienzo el ataque fue vinculado con el doble homicidio porque días antes Paula había ido a visitar a una tía que vive justo enfrente de la casa de Ojudo. A quien, el mismo día, balearon dos muchachos desde una moto cuando estaba en la vereda de su domicilio. Tras ese ataque Ojudo salió con un ladero a buscar a Jonatan Schneider. Lo encontraron alrededor de las 15.30 del domingo 4 de septiembre cuando iba en bicicleta por el pasaje 544 al 6600, a metros de un espacio verde junto a la avenida de Circunvalación, donde las vecinas del barrio habían logrado que se levantara una placita con juegos. En ese lugar tomaba mates y cuidaba a sus nietas Graciela Carrizo, quien fue alcanzada en la cabeza y el cuello por dos de los balazos dirigidos a Schneider, quien murió tras recibir 17 balazos.
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