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Parana » Informe Digital
Fecha: 07/10/2025 18:37
En la zona de Corbett, en el partido bonaerense de 9 de Julio, productores que se preparaban para la cosecha —que no pudieron realizar desde hace semanas— pasaron a tener más de 40 centímetros de agua en los lotes. Allí la cosecha se convirtió en un drama: en pocos días el agua cubrió campos enteros y dejó maquinaria inutilizada. Ese fue el caso de Agustín Iaconis, productor y contratista de la zona, quien contó que hace apenas diez días aceptaron levantar una cosecha en un campo y terminaron con la máquina encajada y bajo el agua. “Fuimos a prestar un servicio hace unos diez días y se nos encajó la cosechadora. No hay manera de poder sacarla si no es con una retro. Todavía está ahí la máquina, me la está tapando el agua porque se desbordó un canal y donde se encuentra la cosechadora entra el agua. Si no la puedo sacar, directamente la termino perdiendo porque me la tapa el agua”, explicó Iaconis a LA NACION. El productor contó que, junto con otros vecinos, planeaban intentar recuperar la cosechadora, aunque admitió que la tarea parece imposible sin un equipo especializado, ya que desde entonces el nivel del agua subió al menos 50 cm. “Mañana iba a ir con unos vecinos que me van a dar una mano con otros tractores para ver si la podemos sacar, pero creo yo que va a ser imposible”, lamentó. La Challenger, modelo 2010, todavía la están pagando. En el mercado, señaló, cuesta 220.000 dólares. Si bien estaba asegurada, el seguro no cubre este tipo de incidentes por inundaciones. El productor lamentó la situación que atraviesan en la región Según relató, aun teniendo una posible solución para sacarla, la familia no puede afrontar los costos: “La solución sería una retro, pero en la situación en la que estamos los contratistas es imposible pagar ese servicio. Es un año muy complicado para todos. Se nos complicó con el agua y no pudimos trabajar. Este era un laburo que agarramos para poder seguir viviendo, porque ni las cuentas podemos pagar. Es muy lamentable porque se terminan los sacrificios de mi abuelo, de mi padre, los míos… de todos juntos”, acotó. El valor del alquiler de una retroexcavadora para realizar el trabajo rondaría los 4 o 5 millones de pesos: “Es una locura y la plata no la tenemos para pagar”. Su familia lleva años dedicada a la actividad agrícola. La cosechadora encajada en el campo “Mi viejo [Gabriel Iaconis] arrancó con mi abuelo hace 35 años y venimos pasando de generación en generación. Ahora sigo yo; tengo 25 años, y desde que tengo uso de razón no me acuerdo de algo así. Mi papá y mi abuelo siempre me contaron que en el 2000 o 2001 también hubo una inundación grande, pero dicen que nada que ver con lo de ahora. Esto es mucho más grande”, dimensionó. Intentaron sacar la máquina, pero terminaron afectados A raíz de las inundaciones, muchos campos de la zona quedaron sin levantar la cosecha. “Es muy lamentable lo que estamos viviendo. En otros años, una cosecha normal que hacíamos era de 1500 hectáreas. Este año no llegamos a las 500. Y los gastos este año superan el doble de lo normal, por combustible, roturas, todo lo que se necesita. Los costos operativos son mucho más altos que en años normales”, detalló. El campo donde permanece la cosechadora está sobre la ruta 65, camino a Bolívar, en el paraje Corbett. “Si alguien lee esto y tiene una retro que me pueda dar una mano, se lo agradecería. Tengo otra vieja, pero es una máquina chica que hoy, con la tecnología que hay y las exigencias de los dueños de los campos, ya no sirve para trabajar”, dijo. Máquina encajada en el campo La situación afecta a una extensa franja que incluye Ordoqui, Hortensia, El Tejar y Carlos María Naon, donde el agua no se evapora ni encuentra salida y los caminos rurales quedaron prácticamente intransitables. “Estamos supercomplicados en la zona. Nos llega mucha agua desde Carlos Casares que va hacia Ordoqui y Hortensia, porque el agua tiene poca salida. Acá llueve y el agua se queda. La ruta 65 hace un gran dique en estos momentos”, explicó Jorge Dawney, productor de la zona. Así están los caminos rurales en el paraje de Corbett, provincia de Buenos Aires Dawney sostuvo que los productores perdieron alrededor del 20% de la superficie de soja y que no pudieron ni sembrar trigo ni aplicar fertilizante por la falta de piso. “Queríamos arrancar la campaña de gruesa, pero tampoco pudimos. Desde marzo no bajó el agua. Perdimos tiempo, hectáreas y caminos”, resumió. Parte de los caminos afectados en Corbett El impacto logístico también es severo. “No pudimos cargar un camión de nada porque siempre nos faltaron caminos. Tuvimos que vender hacienda arreando y cargarla en un campo vecino para poder seguir girando la rueda”, describió. Ante la falta de asistencia estatal, los propios productores se encargaron de reparar los caminos, con una inversión millonaria que compartieron tres familias. “Los caminos se acomodaron comprando piedra en Olavarría y contratando retroexcavadoras privadas. Todo lo hicimos a pulmón. Entre tres campos gastamos más de 70 millones de pesos para arreglar menos de 5 kilómetros. Lo hicimos para poder sacar la hacienda”, señaló el productor. Los caminos que tuvieron que hacer los productores agropecuarios Comentó que, aunque la red vial del municipio prometió descontar hasta un 30% del impuesto rural por los trabajos realizados con esa inversión, aún no hubo respuestas concretas sobre los trabajos que pueda ejecutar la comuna. “No tenemos respuesta de nadie: ni de la autoridad del agua ni del municipio. A nivel provincial, nadie aportó nada. Nadie tiene la culpa de nada. Somos los productores los que, juntándonos, estamos acomodando los caminos para poder movernos”, dijo con resignación. En su caso, como en el de muchos, apenas está sembrando el 50% de la superficie que cultivó el año pasado. Por eso advirtió que el verdadero golpe de estas inundaciones se verá en 2026. “Este año estamos cosechando, pero el año que viene no vamos a cosechar. El problema económico recién empieza”, anticipó. Así están los campos de Corbett La zona solicitó la emergencia agropecuaria por inundaciones y además evalúan pedir el desastre agropecuario si las lluvias continúan. “Está todo igual. Hay otras localidades muy afectadas, como Bacacay, El Tejar y Carlos María Naón”, sintetizó Dawney.
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