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  • Por las dudas, narco

    » Misionesparatodos

    Fecha: 07/10/2025 14:05

    La morbosidad por la masacre. Los discontinuos tratamientos de un delito complejo y la utilización política de la barbarie mientras se cosechan cadáveres en el marco de una guerra anquilosada e imaginaria. Innecesarios paralelismos. Absurdos contrapuntos y la necesidad de tomar un triple crimen conforme al lado del desquicio del cual se esté. Sucede que en Argentina el narcotráfico no tiene un abordaje sostenido en los medios y en el plano de la política adolece de una política de estado. Pero esa adolescencia no es más que la constatación de que no existe lucha contra el narcotráfico, sino un camino reactivo para posar para la foto. Además del oportunismo de la cultura falopera de querer imponer la legalización de las drogas como arma de combate. Como si esa legalización fuese a mover la brújula criminal. Como si la droga no fuese un medio para alcanzar el lavado de activos. Columna vertebral de todas las categorías delictivas de la variable compuesta crimen organizado. Delito federal sólido en la composición de la matriz subterránea de la narcocriminalidad. Cantidad de vulgaridades se suman a creer que con el narcotráfico se asciende socialmente cuando en realidad el ascenso es solo económico y en caso que los involucrados llegan a ese estadío sin que la muerte los encuentre antes. Y aunque lleguen los costos siempre son altos. La irresponsabilidad de poner a toda la estructura política en una olla de caterva. O decidir por "sorteo" cuál de todos los adversarios será etiquetado de narcotraficante para luego no bancar la parada. Banalización extrema de la "bala" y sobreactuación catastrófica de la "metra" para luego huir en moto. Y la etiqueta se volvió en contra. Tratamiento abstracto retórico de la seguridad. Simplificación procaz de una frontera con alambre en donde bagayeros, contrabandistas y otros pasan con sus bultos en la cara de la abusada y desgastada Gendarmería. En paralelo a la Aduana sintomáticamente pasiva que expone a la Fuerza Federal. ¡Güemes quédate dónde estás! Simulacro con nombre de próceres y empresarios que ponen para fortalecer el verso del imaginario sin cuartel. ......................................................................... La calamidad del Triple Femicidio encuadrado en el universo narcocriminal cachetea. Pero nadie se puede salvar aunque lo intente. Tres territorios. Nación, PBA y CABA. En orden. Por donde ingresaron, en dónde asesinaron y dónde tenían y tienen sus satélites. No hay tecnología que pueda superar al narcotráfico que camina millones de pasos adelante. No hay camarita que lo amedrente en su brazo narcomenudista. Al contrario, la cámara lo estimula. No hay tecnología que supere lo esencial y fundamental de la inteligencia criminal. Y desde ya, para desarticular y posteriormente desbaratar, de la investigación criminal. No hay aviones ni lanchas para Prefectura que sirvan para la hidrovía si no se le da al corredor el rango de enclave federal del narcotráfico. Si en los puertos no se revisan las barcazas que van en los convoyes y si no se articula, desde donde nace la hidrovía, con la Justicia. Porque la banderita internacional es, en muchos casos, la operación de velo y engaño. Especialmente para lo que tiene que quedar y que podrá conocerse -tal vez, quizás- como el "Cártel de Carmelo". Divulgación de slogans en los que quedan atrapados en el servilismo Ministros de Seguridad de algunos territorios amparados en el circo nacional. Y entre el slogan y la jactancia, los muertos llegan. Los cadáveres se cosechan. El tejido social se revuelve en su desintegración al saber que el delito es el verdadero panóptico. Pero la premisa es visibilizar los muertos de forma acomodaticia. No aprendieron que en seguridad el que se jacta pierde y el que subestima también. Las líneas que permitieron El Triple Crimen consterna pero no sorprende a los que estamos en el territorio. Las líneas peruanas y paraguayas están de forma constante y operativa. Con etapas de territorialización/explosión. Con etapas de deterritotorialización/implosión. Se acomodan en la superficie y en lo subterráneo. Con culto a la droga santa y envueltas en el santo narco, dichas líneas saben que la sangre es la primera opción. No hay aviso al que los subestime y tampoco para quienes se sobrestimen. Mientras tanto, las líneas colombianas, mexicanas, y los Comandos de Brasil, Familia do Norte incluída, operan en desplazamiento circular y golondrina al tiempo que el Tren de Aragua se instaló y sigue de cerca el movimiento Afgano en la Triple Frontera y la hidrovía. Además de la impronta magrebí. La guerra enquilosada En su momento el temor era que Argentina fuese Venezuela. Entonces la heroína olvidó sus diferencias. Dejó la moral de costado y por la República pactó. Entonces no fuimos Venezuela. Pero algo había y hay que construir con el tiempo si no hay coincidencias políticas y si la brutalidad nos atraviesa. Entonces, qué mejor que forjar que la Provincia de Buenos Aires es Sinaloa. Obscenidad empírica brutal. Desconocer la trama criminal de Sinaloa y lo que es peor, desconocer el territorio al que quieren representar. Y no porque el territorio sea un oasis sino porque las comparaciones forzadas para el efecto mediático revelan precariedades. Pero la Provincia es un "Narcoestado", dicen algunos. Y La Cámpora un brazo del narcotráfico. Y aquí los errores. Primero, si La Cámpora fuese ese brazo Kicillof no sería el Gobernador. Segundo, los extranjeros que se unieron a los recursos humanos criminales locales no llegaron por magia. Y la droga, en su grueso, no apareció como el milagro evangélico en la caja fuerte del pastor de Chaco. Un narcoestado provincial, para constituirse como tal, debe tener una antesala. Y esa antesala es Federal. Porque ya tenemos producción in situ de estupefacientes pero no en el volumen necesario para cubrir la densidad demandante y el negocio inquietante. También, en su momento, se intentó equiparar el crimen de Santa Fe con las mafias de Chicago. Y otros paracaidistas de la seguridad se fueron a buscar el modelo Medellín sin antes haber ingresado a la parte subterránea del territorio rosarino al que pensaban importar el método colombiano. Argentina es una fiesta. Un narcotráfico móvil que gira a los ejecutivos nacionales con la misma dinámica que los ejecutivos nacionales giraron y giran a la DEA. Hasta el cansancio. Y lo que es peor, hasta el ridículo. El narco vino para mostrar que su proyecto de poder era posible en Argentina. Lo logró. Lo constató. Y se maneja por el campo de la anomia trazado en el fascinante ecosistema en donde todas las expresiones de la distribución y comercialización de estupefacientes hacen sinapsis en favor de las mutaciones y reconfiguraciones. Por Laura Etcharren-https://soclauraetcharren.blogspot.com/

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